Guía para viajar a Catar: mujeres con “brazos y piernas cubiertas”, y sin fotos ni manifestaciones de afecto en lugares públicos

escribe Leonel García  
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El viernes 25 de marzo las banderas de Arabia Saudita, Japón y Uruguay se sumaron a las ya izadas en la corniche de Doha, bañada por el golfo Pérsico. De esta forma se saludaba la clasificación de estas tres selecciones al Mundial de Catar conseguida el día anterior. El embajador uruguayo en ese país árabe, Jorge Seré, dijo a Búsqueda que tuvo “la suerte” que algunos compatriotas que ahí residen lo acompañaran en la ceremonia del izado, mientras que en los otros casos solo participó personal diplomático. “Fuimos los únicos que lo hicimos acompañados por nuestro pueblo”.

También con la clasificación, el embajador Seré envió a la Dirección Nacional de Asuntos Consulares y Vinculación, “que es la dependencia del Ministerio (de Relaciones Exteriores) que se encarga de coordinar todos los aspectos con las embajadas cuando hay eventos como los mundiales”, una guía para “todos los ciudadanos uruguayos” que quieran asistir a ese país —un emirato absolutista cuestionado por organizaciones internacionales y activistas en materia de derechos humanos— durante el desarrollo del torneo. “Eso está en consideración de las autoridades uruguayas y cuando ellas lo estimen conveniente la darán a conocer. Nosotros la enviamos inmediatamente que Uruguay se clasificó”, expresó.

Esta guía no solo incluye requisitos y recomendaciones de dónde y cómo alojarse y manejarse. También suma pautas de comportamiento en un país donde, según ha denunciado Amnistía Internacional, la libertad de expresión está restringida, las mujeres discriminadas y las prácticas homosexuales son consideradas un delito.

Mercado codiciado

El Mundial de fútbol que comenzará el 21 de noviembre será atípico. Se hará en un país de superficie más chica que el departamento de Durazno, donde la distancia en línea recta entre los dos estadios más alejados entre sí es de unos 65 kilómetros, con una población de 2,7 millones de habitantes de los cuales solo 12,2% son nativos y un PIB per cápita que está entre los 10 más altos del mundo.

Es un país, además, que ha logrado al decir del embajador Seré “un fino equilibrio” en sus relaciones internacionales. Con Irán comparten el yacimiento de gas natural más grande del mundo, situado en el golfo Pérsico; con Estados Unidos, la base militar aérea de Al Udeid, clave para Washington para vigilar Medio Oriente. Entre 2017 y 2021, Arabia Saudita lideró un bloqueo de naciones musulmanas contra Catar, acusado de apoyar al terrorismo islámico, lo que este rechazó. El Mundial de fútbol es visto como un capítulo más para posicionar geopolíticamente al emirato como un actor de peso, algo que comenzó con la explotación de sus inmensas reservas de hidrocarburos, en la década de 1940, y la expansión de la cadena televisiva Al Jazeera, fundada en 1996.

La selección de Uruguay quiere lograr la mejor actuación posible y el gobierno de Uruguay, expandir el comercio bilateral, las inversiones y las conexiones tanto como se pueda. Prueba de ello es la visita de 48 horas que el presidente Luis Lacalle Pou y el canciller Francisco Bustillo realizaron a ese Estado el 12 y el 13 de diciembre pasado. También lo es un informe elaborado por la Universidad Católica para la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU), presentado ya en noviembre de 2019, donde se destacaban las ventajas de expandir un mercado donde, salvo derivados de combustibles fósiles, prácticamente todo lo que consumen es importado y donde la participación de Uruguay aún es muy escasa.

El comercio, todavía pequeño, ha tenido grandes incrementos. Según datos de Uruguay XXI, las exportaciones a Catar —carne bovina o avícola y derivados, lácteos, preparados para alimentación animal— pasaron de 5.949.023 dólares en el decenio 2002-2011 a US$ 14.507.426 en el 2012-2021; las importaciones de Catar —abonos minerales o químicos, polímeros de etileno, instrumentos de medicina, odontología o veterinaria, subproductos de combustibles fósiles— crecieron exponencialmente de US$ 2.915.884 a US$ 99.272.635, respectivamente. La balanza comercial les es notoriamente favorable.

En su visita en diciembre, el presidente Lacalle Pou propuso a las autoridades y empresarios cataríes importar más alimentos e invertir en infraestructura en Uruguay, además de una mayor conectividad a través de la aerolínea Qatar Airways, según dijo en conferencia de prensa a su regreso. “Luego de ese viaje nos pusimos en contacto con la Cámara de Comercio de Catar y con las diferentes cámaras uruguayas firmamos este año un acuerdo para generar más comercio y conocimiento entre ambos países”, afirmó a Búsqueda Teresa Aishemberg, gerenta general de la UEU.

Mucho antes de que la pelota empiece a rodar en el estadio Al Bayt de Jor, comenzará a funcionar un espacio de negocios virtual en la que participarán las cámaras de ambos países. Según expresaron fuentes de Cancillería, la Cámara de Comercio Catarí está trabajando en “una nueva plataforma B2B (business to business)”, cuya fecha de inicio estimada, aún no definida, sería “a mitad de año”.

No mostrar afecto

Uruguay abrió su embajada en Catar en 2009. También hay un consulado en Doha, la capital, encabezado por Juan Martín Benavides, quien asumió su cargo poco antes de la llegada de Lacalle Pou. Hay registros de unos 60 uruguayos viviendo en este emirato, incluyendo familias y niños. Según Seré, la mayoría son pilotos de Qatar Airways, docentes de inglés y español, arquitectos que están trabajando en la organización del Mundial y “gente vinculada al fútbol”. De hecho, Jorge Fossati y Diego Aguirre trabajaron ahí como directores técnicos.

Este lunes 28, el embajador recibió en el más atestado que lo habitual aeropuerto de Doha a Jorge Casales y Gastón Tealdi, dos directivos de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) que fueron la avanzada de la delegación uruguaya que asistirá al sorteo del Mundial, el viernes 1º de abril.

El embajador Seré, que se define como futbolero y admirador de su homónimo, el exarquero de Danubio, Nacional y la selección uruguaya —“yo atajo otro tipo de pelotas”—, no cree que lleguen muchos uruguayos como aficionados al Mundial de Catar. Un elemento que juega es el precio. “Acá es muy caro; desde Uruguay se han manejado precios de entre 15.000 y 18.000 dólares por la rueda inicial”.

Además, uno de los elementos señalados en la guía es la necesidad para los asistentes al Mundial de identificarse como tales. “Cada persona que venga aquí va a tener que tener su Fan ID, que se le da a quien haya comprado entradas para los partidos. Esto es para evitar que venga mucha más gente y que los hoteles se vean colmados”, expresó.

Y en la calle, en espacios públicos, pese a que el embajador dijo que “en principio no hay mayores restricciones”, de inmediato agregó que “el tema” es que “las señoras tendrán que estar con los brazos cubiertos y las piernas cubiertas”.

“Lo que sí, ellos (las autoridades cataríes) son muy cuidadosos de que no haya manifestaciones exteriores (de afecto) entre las personas”, añadió. Otro tema “delicado” es sacar fotos en las calles: “No está permitido sacarle fotos a la gente y hay lugares donde directamente no se puede fotografiar nada. Generalmente hay que pedir permiso. Usualmente, hay carteles (No photograpy allowed) bien visibles. Son costumbres y mentalidades muy diferentes”, concluyó.

Según los primeros comentarios que ha recibido, no serían más de 500 los uruguayos que irían al Mundial a acompañar a la celeste. El alto costo es el argumento esgrimido. “Pero en la embajada se están recibiendo permanentes mensajes de uruguayos viviendo en el mundo interesados en venir. Le digo más: hay algunos viviendo en Israel que quieren retomar el contacto con Uruguay a través de la selección y ya están viendo cómo venirse”.

Información Nacional
2022-03-30T23:53:00