Hogares declararon un gasto anual de US$ 334 millones en el consumo de alcohol, cigarrillos y drogas

escribe Alejo Estavillo 
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Los hogares uruguayos destinaron algo más de US$ 334 millones al consumo de alcohol, tabaco y estupefacientes en 2016, calculó Búsqueda a partir de microdatos de la Encuesta de Gastos e Ingresos de los Hogares (Engih). En promedio por núcleo familiar fueron unos US$ 270.

La Engih es efectuada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) con una periodicidad cercana a los 10 años y las hechas en 2006 y 2016 coincidieron con el primer y el último gobierno de Tabaré Vázquez. Desde 2005, las sucesivas administraciones del Frente Amplio aprobaron leyes y decretos que buscaron regular el mercado de sustancias como los cigarrillos o el alcohol. Entre otras medidas, hubo aumentos impositivos —como el Impuesto Específico Interno (Imesi) y el IVA— con el objetivo de desincentivar el consumo.

En 2006 el gasto promedio de los hogares uruguayos en el rubro “Alcohol (incluidos los consumos hechos en restaurantes y hoteles), tabaco y estupefacientes” fue de US$ 246 anuales, calculados a precios de 2016. Los microdatos de la encuesta de 2016 publicados a principios de año muestran que estos desembolsos representaron unos US$ 270 en 2016. Esto representa un aumento de 9,4% en términos reales y en dólares —es decir, descontando el efecto de la inflación y el tipo de cambio—, mientras que los salarios incrementaron su poder de compra en moneda extranjera 147% durante el período.

Rubros

La categoría “Alcohol, tabaco y estupefacientes” informada por el INE no incluye los gastos por dichos conceptos en hoteles y restaurantes. Para incorporar esta información al análisis, Búsqueda clasificó las observaciones por tipo de bebida, y las sumó a las definidas previamente por el instituto.

Con más de la mitad del gasto total concentrado en la compra de estos productos (51%), la categoría “Cigarrillos y afines” fue el principal, seguido de lejos por el consumo de cerveza (25%) —que repuntó considerablemente— y vino (14%). Siempre en términos del hogar promedio, en 2016 los desembolsos fueron por unos US$ 137 anuales en el caso del tabaco y cerca de US$ 70 y US$ 40 para las bebidas. A estos rubros le siguen los destilados como el whisky o el coñac (5%), las bebidas blancas —vodka o caña— (2%), y los licores y tragos (2%).

Por otra parte, respecto a 2006, el gasto promedio en cigarrillos y afines ascendió a US$ 137 anuales, un aumento real de 7%. Sin embargo, dado que su precio se multiplicó por seis, se verificó una caída sustancial en el consumo.

El gasto en alcohol aumentó 11% en términos reales entre 2006 y 2016, mientras que el Imesi, en este caso, varía según el producto. De hecho, mientras que en algunas categorías como los destilados y el vino el gasto cayó en términos reales (y antes de considerar el efecto del impuesto), las compras en algunos subrubros como la cerveza o las bebidas blancas —la caña o el coñac— aumentaron incluso descontando la sobrecarga de estos tributos.

En 2006 la Engih no registró declaraciones de compras de estupefacientes como la marihuana u otras drogas. En 2016, en tanto, el gasto total anual en estas categorías representó 0,2% del presupuesto total de los hogares; significó un mercado declarado de US$ 695.940 en marihuana y de US$ 305.727 en otras drogas; los promedios, en tanto, son ínfimos (menos de US$ 2 anuales, entre ambos).

Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS

Consumidores

Otro aspecto relevante del mercado de estas sustancias es quiénes son los consumidores.

Por departamentos, en 2016 un hogar promedio de Montevideo consumió unos US$ 329 al año, prácticamente US$ 100 dólares más que los del interior del país. El departamento que más gastó en esta categoría fue Río Negro (US$ 337 por núcleo familiar), seguido por San José ($ 330). En contrapartida, los hogares de Tacuarembó (US$ 97), Rivera y Paysandú (US$ 100) fueron los que menos desembolsaron.

Según el ingreso (deciles de la distribución), el gasto se distribuye de forma creciente con su nivel. Sin embargo, esto no ocurre así en todos los rubros.

En el caso de los estupefacientes, por ejemplo, el gasto en marihuana fue particularmente desigual, concentrándose además en los extremos de la distribución (20% inferior y superior) y en Montevideo.

Sin embargo, dado que el objetivo de la Engih es dar un panorama global del Uruguay, la descomposición por ingreso o departamento puede no ser exacta, pero sí da una idea en términos generales de qué es lo que ocurre. Junto con estos detalles de muestreo, además, pueden existir subdeclaraciones, en particular en estos rubros.

De hecho, según datos de la Junta Nacional de Drogas, la brecha en el consumo de cannabis entre Montevideo y el interior se redujo entre 2001 y 2018.

El consumo de otros estupefacientes —como el ácido o la cocaína—, en cambio, se concentra particularmente en los hogares de altos ingresos, o más específicamente en el noveno decil de ingresos. Esto, como en el caso del cannabis, no quiere decir necesariamente que otros hogares no los consuman, sino que existen limitaciones dado el objetivo de la encuesta y una eventual subdeclaración o no declaración de su uso.

En lo que respecta a las bebidas alcohólicas, la distribución del gasto promedio es creciente en el ingreso: a mayores recursos, más consumo. Sin embargo, se registran dos saltos significativos. El primero se da entre el decil sexto y el séptimo (donde los desembolsos aumentan casi 40%); el otro es entre el decil octavo y el noveno, con una suba de casi 42%. Únicamente el 20% de mayores recursos gasta, en promedio, más que la media general.

En el caso de los cigarrillos, la distribución del gasto es relativamente estable entre deciles. De todas formas, los deciles cuatro y cinco son los que más gastan en promedio, mientras que el noveno es el más austero.

Economía
2020-10-07T19:08:00