Más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de los combustibles fósiles

redacción Agro 
6 minutos Comentar

Más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la quema de combustibles fósiles, el agro emite 12% y la deforestación menos del 10%, mostró el científico uruguayo Walter Baethgen, vicepresidente del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (Inia) y director del programa de investigación regional y sectorial del Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad (IRI) en la Escuela del Clima de la Universidad de Columbia.

Baethgen participó de una conferencia organizada por Conaprole en la Mercoláctea. Al desarrollar sobre la responsabilidad de los distintos sectores económicos en las emisiones de gases de efecto invernadero, dijo que las pérdidas de metano por fugas generan picos de emisiones de metano, como en las minas de carbón en Australia o la perforación de pozos de petróleo.

Enfatizó que todas las pérdidas por fugas de combustibles fósiles representan el 5,8% de las emisiones, “igual a todas las emisiones de metano de toda la ganadería del mundo”.

Señaló que China, Estados Unidos y la Unión Europea explican 52% de las emisiones. Y comentó: “generalmente me río de las teorías conspiracionistas, pero en este caso me hace lugar”.

Baethgen afirmó que “si queremos combatir el cambio climático debemos reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero; eso es la mitigación del cambio climático. Para reducirlas emitimos menos o secuestramos más. Lo fundamental es descarbonizar, eliminar los combustibles fósiles lo más rápido posible. En eso Uruguay es un ejemplo”, ya que “casi el 100% de la energía es renovable”.

También se refirió a la deforestación como “no sostenible” y dijo que “tiene que desaparecer”. Además de la gestión de residuos, donde “hay mucho por hacer”. Sobre las posibilidades de sacar carbono de la atmósfera dijo que “hay oportunidades” para el agro.

Bajar emisiones

Planteó que las emisiones hay que bajarlas por un tema de conciencia ambiental y porque los hábitos de consumo están cambiando. Consideró que en esto “hay un componente ambiental y otro económico-financiero” y advirtió que esto “se puede transformar en barreras paraarancelarias o en una oportunidad”. Y sostuvo que “la academia tiene que apoyar mucho la medición de esas huellas y medirlas bien”.

Destacó que “en Uruguay hay un ejemplo muy bueno: es la primera vez que veo a los ministerios de Agricultura y de Ambiente trabajando juntos, sin pelearse, para armar la huella ambiental y ver cómo está afectando el sistema de producción a los recursos naturales. Eso no pasa en el mundo. Uruguay tiene una gran posibilidad de diferenciarse, ese es el camino a seguir”.

Oportunidades

El vicepresidente de INIA planteó que “hay desafíos para bajar la huella pero también hay oportunidades de certificar productos ambientalmente amigables”. Reconoció que “no sabemos cómo será el clima en el futuro”, pero aseguró que “seguirán habiendo eventos cada vez más frecuentes e intensos”.

En ese sentido, planteó “mejorar nuestra capacidad de adaptarnos, pensar en sistemas de producción más resilientes y menos vulnerables”.

Dijo que “si somos serios en cambio climático, la mira tiene que estar en los combustibles fósiles. Lo demás ayuda, pero eso es lo importante”. Consideró que este tema “desde el arranque se encaró mal y se sigue encarando mal, pero hay una batalla que tiene que dar la comunidad científica con más robustez”.

Ciclo natural del metano

El científico señaló que en el planeta “hace 10.000 años había animales y pasturas” y ya “había carbono en el aire, que capturaban las plantas, se la comían animales y volvían al suelo. Es el mismo carbono que circula por miles de años”.

Sin embargo, hay carbono que no estaba en el ambiente, como el petróleo y el gas natural, entre otros, y se inyecta al ambiente. Y que la ciencia debe considerarlos de manera diferente, “no tratarlos de la misma manera”, reclamó.

Puntualizó que el carbono que emiten los rumiantes genera metano, pero es parte de un ciclo natural y que solo permanece durante 10 años en la atmósfera, después se oxida.

Explicó que “la cantidad de carbono que hay en el suelo es muchísimo más de lo que se emite. Si aumentara 0,4% el carbono de los suelos habría 0 emisión neta. Pero hacer que todos los suelos del mundo secuestren 0,4% es dificilísimo”. Sin embargo, si se captura cualquier poco de carbono “queda en el suelo por siglos”. Planteó que “debemos medirlo bien y ese tiene que ser un crédito para el productor”.

Inercia y lluvias

Baethgen explicó que los resultados no serán inmediatos. “Si cierran todas las industrias y plantas de energía del mundo, la inercia hará que el clima siga cambiando por 50 o 60 años. El dióxido de carbono queda durante 1.000 años en la atmósfera. Hoy estamos con los efectos de la revolución industrial (de 1760 a 1840). Incluso en el más optimista de los escenarios tendremos que adaptarnos”, dijo.

Comentó que la ciencia plantea diferentes modelos para proyectar el futuro. El escenario más optimista indica que la temperatura media aumentará 0,5°C y el más pesimista 7°C. “Todos los modelos dicen que la temperatura va a aumentar, pero no se sabe qué pasará con las lluvias”, indicó.

A continuación mostró datos que evidencian el aumento de la variabilidad del régimen de lluvias en los últimos 45 años. Tras analizar las precipitaciones de 90 años en el departamento de Treinta y Tres, confirmó que se incrementó el promedio de lluvias en los meses de diciembre, enero y febrero, pero con una gran variabilidad.

“Aumenta la variabilidad, la frecuencia y la intensidad de eventos extremos, como esta sequía catastrófica. Hay una parte de los riesgos que no podemos manejar y tenemos que transferir, con seguros por ejemplo”, señaló.

Pronósticos incorrectos

Baethgen advirtió que “donde hay más bolazos es en los pronósticos climáticos”. Dijo que “hay una buena capacidad de pronosticar el tiempo en los próximos tres días”, pero después cae mucho la robustez del pronóstico. Agregó que “a tres meses también son bastante buenos”, pero para el próximo mes, por ejemplo, “la ciencia no ha avanzado”.

En ese sentido, comentó que los climatólogos del IRI muestran las probabilidades de lluvias superiores, iguales o menores en relación al promedio en los próximos tres meses. También puntualizó que “estadísticamente la probabilidad de que un año sea normal o promedio es cero”.

El clima en Uruguay es afectado por El Niño, y eso permite tener cierta previsibilidad. Pero puntualizó que “son probabilidades, pero no quiere decir que vaya a ocurrir”. Agregó que este año se está configurando como Niño, algo que se podría instalar en agosto o setiembre, aunque reconoció que “estos son los peores meses para hacer pronósticos”.

Cambio climático

Baethgen sostuvo que “existe el cambio climático porque hay calentamiento global”. Explicó que el efecto invernadero “es algo natural” y “si no pasara no habría prácticamente vida, porque habría 15°C menos”. Sin embargo, puntualizó que “en los últimos 150 años la actividad humana aumentó muchísimo la producción de gases con efecto invernadero”.

Agro
2023-06-06T08:39:00