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Los chivos marcados con caravanas con los números 66 o 666, el número del diablo, son los más requeridos para “macumbas” y si el chivo es negro, más aún. Las autoridades del Parque Lecocq decidieron retirarle a los animales las caravanas con esta numeración porque eran robados para sacrificarlos en ritos.
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“Se roban los chivos para las macumbas”, informó Tavares, director del Sistema Departamental de Zoológicos. En el último año los robos de animales han disminuido “muchísimo” debido a la mejora en los controles y la vigilancia pero aún persisten problemas de matanza de algunas especies dentro de Lecocq. Hay intrusos que ingresan al predio y cazan carpinchos de la reserva.
“De noche se escuchan los tiros de lejos, es muy difícil controlar aunque hacemos normalmente recorridas”, comentó Tavares. Lecocq trabaja junto con los guardaparques de los Humedales de Santa Lucía porque comparten “un área que es bien complicada”.
“Ahora pensamos aplicar métodos más modernos como cámaras de vigilancia. Nos va a ayudar”, agregó.
A fines de 2012 en Villa Dolores desapareció un tucán. Tavares comentó que el ave fue liberada por un grupo de ambientalistas. Dijo que “si querían demostrar que hay poca seguridad, lo único que terminaron haciendo” al liberarlo fue “matarlo” porque estaba acostumbrado a que le den de comer y no sabía valerse por sí mismo.
Durante el II Congreso Uruguayo de Zoología en la Facultad de Ciencias, estudiantes, profesionales recibidos y docentes coincidieron en que los problemas de seguridad y los robos de animales son comunes a todos los zoológicos del país. Comentaron que en el interior hubo casos de robo de animales por parte del público que visitaba el lugar, que se los llevaban en bolsos.