“La industria nos está castigando con precios desastrosos, tanto para la vaca como para el novillo”, aseguró a Campo, Jorge Riani, quien posiblemente ocupará la Presidencia de la Federación Rural a partir de mayo próximo, luego de las elecciones que se realizarán en el marco del 99º Congreso a celebrarse los días 27 y 28 de mayo en la Asociación Rural de Florida.
Para este productor del departamento de Artigas, que actualmente ocupa el cargo de contador en la Directiva de la institución, con los valores actuales del ganado “los precios de la invernada no cierran por ningún lado” y el sector enfrenta serios problemas de competitividad, que llevan a que el productor tenga que dedicarse a “tapar agujeros que deberían escapar a su responsabilidad”.
Mostró confianza en que las autoridades están haciendo esfuerzos en mejorar los accesos arancelarios a los distintos mercados, pero con cierto escepticismo en que una vez logrados, esos beneficios sean trasladados al precio de la materia prima.
Productores hicieron los deberes
— ¿Cómo analiza el momento para la ganadería?
— El momento es muy complicado, tenemos un problema de competitividad en Uruguay y precios en la industria frigorífica que hacen que no nos cierren las cuentas de la invernada por ningún lado. A pesar de que el país sigue exportando, la industria nos está castigando con valores desastrosos tanto para el novillo como para la vaca.
Los productores uruguayos hemos hecho todo los deberes y no vemos cómo capitalizar todo ese esfuerzo burocrático y de trabajo, como sí lo está haciendo la industria. Con la trazabilidad, por ejemplo, enfrentamos un sobrecosto en la producción en una apuesta a largo plazo con la esperanza de formar una cadena que no vemos, ni parece interesarles a los industriales.
—¿Cómo se lograría consolidar “la cadena”?
— Para lograr la cadena habría que conversar mucho, comprometernos, poner de cada parte y así trabajar mancomunadamente sobre un aspecto difícil de la producción. La no voluntad de todas las partes atenta contra el futuro de la ganadería nacional, y ahora lamentablemente estamos pagando las consecuencias. Consecuencias que se van a ir agravando dado el desestímulo a la hora de invertir, los valores magros juegan su papel en un momento como este, donde se tenía que haber apostado fuertemente a las pasturas que garanticen la preparación de ganado gordo para setiembre.
Nosotros desde la Federación Rural hemos trabajado sobre el tema reuniéndonos reiteradas veces con la industria, pero su intención no va más allá de aprovechar la posición de los mercados. Esto perjudica también al sector industrial pese a que hagan la diferencia en este momento, ya que hace muchos años que venimos estancados en los mismos números y eso se debe a esa falta de estímulos en momentos clave de la producción. Seguimos sin entender que el meollo del asunto pasa por finalmente formar una cadena y que todos tiremos para el mismo lado; tendría que ser un tema inmediato de trabajo.
Cuestionamientos a la trazabilidad
— ¿Qué opina sobre la trazabilidad y los mercados?
— A diez años de su instauración, gracias a ello se han conseguido mercados diferenciales respecto a los vecinos. Lamentablemente, hoy día nos estamos cuestionando al respecto debido a que comparativamente, en la actualidad, los valores que consiguen los productos de los países vecinos son muy similares y eso nos hace reflexionar sobre la inversión en trabajo, esfuerzo económico y en tiempo que se ha hecho.
Actualmente los esfuerzos tienen que estar orientados más bien a cuestiones como las arancelarias. Hay todo un trabajo para hacer en materia de comercio exterior para evitar los costos que tenemos para colocar la carne, eso ya mejoraría los precios y la duda solo radicaría en el hecho de que realmente se transfiera esa ganancia a los productores y no solamente a la industria.
El gobierno está haciendo los deberes pero no hemos logrado entrar con aranceles más bajos en los principales destinos con los que contamos y hay que redoblar esfuerzos para defender el producto insignia del país. Tenemos confianza en que se está trabajando y no es algo fácil de conseguir pero debemos ponerlo en el foco, los países se protegen y es un tema de gobierno a gobierno el negociarlo.
— ¿Cuál es la situación en lo productivo?
— La situación está atada a un tema netamente de oferta y demanda. La industria, como un oligopolio con seis o siete actores, aprovecha de la coyuntura de miles de productores a raíz de la importante seca del sur en su momento y que sigue mostrando sus efectos dado que en el último año los productores del sur casi no han embarcado. Si hay seca en el norte regalamos los precios para la gente del sur y viceversa; afecta de igual manera.
En el norte la situación forrajera es muy buena como lo ha sido en el último año en términos generales. No podemos quejarnos, pero sí debiendo reconocer que rubros puntuales han sido afectados seriamente, dado que en algunos lugares se han registrado más de 400 milímetros acumulados en los últimos quince días. Rubros como el arrocero y el ovino, por ejemplo.
La gente está reteniendo los ganados esperando que cambie la situación de los precios. Tenemos expectativa de que se presente una situación de escasez de ganado que revierta los valores actuales, que creemos se daría sobre agosto o setiembre. Hoy estamos en plena zafra y con una situación financiera complicada para los productores.
La reposición tiene buenos valores, el criador se está viendo beneficiado frente al invernador. La relación flaco-gordo hoy es histórica, algo que es por demás importante y la manera de entenderlo se explica dado que mucha área de la agricultura pasó a la ganadería y los puentes verdes. La ley de conservación de suelos ayudó y eso dio lugar a muchos terneros.
Profesionalización
— ¿Cómo encuentra este año a la Federación Rural?
— En la Federación Rural tenemos diversos frentes de batalla, dando mucha importancia a las delegaciones en las distintas entidades donde se tiene representación. Estas representaciones tienen que ser los ojos y los oídos de la institución de manera de que sea representativa la presencia de los productores.
Aun así, la presencia de la Federación siempre puede estar mejor, se ha hecho todo el esfuerzo pero pesa ser un gremio tan amateur y la institución debería apuntar a profesionalizarse.Tendría que transformarse para ser realmente más representante de los productores, los gremios cada vez van a ser más representativos y la ganadería, con su implicancia para la economía uruguaya, amerita poseer una mayor profesionalización y hacerla competitiva gremialmente.
Los productores colaboran mediante el “uno por mil” y allí procuraremos otro camino para que los aportes conformen, para que permitan que en la Federación estén presentes aquellos representantes más capaces y no aquellos que simplemente puedan ir. Trabajamos en un ámbito honorario donde los costos son asumidos por los mismos representantes y eso limita a muchos quienes quieren tomar parte. Eso es una meta alcanzable mediante la profesionalización del gremio.
Deberíamos tener una Federación más competitiva y atenta a cuestiones también importantes como la imagen, el marketing, la investigación. Una institución más adaptada al futuro del mundo.
No hay que olvidarse de ninguna manera de la implicancia y el esfuerzo que significa enfrentar un cargo en la Federación, el mérito que merece el trasladarse semanalmente de una punta a otra del país en algún caso y corriendo con los costos. Por ende, como resultado, uno puede abandonar la responsabilidad de estar al frente de su empresa en un determinado tiempo pero no muy prolongado para enfrentar una responsabilidad tal.
— ¿Qué cuestiones están sobre la mesa en la Federación Rural?
— Uruguay no está siendo competitivo, el costo país es altísimo, los combustibles son un tema aparte y no es nada agradable el hecho de pagar las deudas de Ancap. La energía eléctrica tampoco ve reducido su costo pese a la incorporación de más fuentes como los parques eólicos. Los impuestos preocupan, no tanto por el monto pero sí por la frecuencia de pago, que no se adecua a los ciclos productivos ni al dinamismo burocrático. En vez de focalizar los esfuerzos en producir, el productor está pensando en cómo tapar agujeros que deberían escapar a su responsabilidad.
La moneda nuestra debería acompañar a los vecinos, estar más atentos a las economías regionales, las fronteras siempre van a ser permeables y se pierden potenciales mercados y aumentan los costos.