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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa violencia doméstica y el acoso laboral y sexual son una pandemia a combatir.
Recientemente, el gobernador de Nueva York Andrew Cuomo debió renunciar a su cargo, acusado de acoso sexual.
El 3 de agosto la CNN informa que el propio presidente Biden pidió la renuncia del gobernador de su mismo partido demócrata.
El alcalde de la misma ciudad, Bill de Blasio, declaró que la renuncia “es por el bien de todo Nueva York”. También destacó que “es el resultado de que las víctimas hayan contado con valentía sus historias”.
Destaco la valentía de asumir el problema y no barrer bajo la alfombra intentando cubrir lo sucedido bajo un manto de silencio. Bien por el presidente Biden y el alcalde de Blassio que actuaron a pesar de que el acosador pertenecía a su propio partido. Bien por las víctimas que se animaron a denunciar. Bien por la prensa que difundió lo sucedido (estas inconductas se mantienen en la oscuridad hasta que la prensa las difunde ayudando de esta manera al control social).
Es claro que en el mundo democrático de hoy resulta inadmisble que acosadores ocupen posiciones de poder en el gobierno del Estado.
El mundo ha cambiado para bien.
Hubo una denuncia que la Justicia comprobó y eso fue suficiente para que el gobernador debiera renunciar.
En Uruguay, cuando se buscan ejemplos, aparece el alarmante caso del presidente de AFE, Miguel Vaczy.
En octubre de 2020 Búsqueda informó que en 2019 —meses antes de asumir en AFE— Vaczy fue denunciado por violencia doméstica contra su expareja e hijos. La jueza de familia especializada de 7o turno ordenó a Vaczy medidas de alejamiento de su familia de 500 metros, que luego aumentaron a 800 metros. También lo derivó al “grupo de hombres para control de ira o violencia”. Bastante peligroso resultó Vaczy. Es que los hechos denunciados involucran episodios recurrentes de violencia psicológica y física contra su expareja y sus hijos.
Surge del expediente judicial que en el momento de ser expulsado de su hogar Vaczy reclamó llevarse sus trencitos de juguete. ¡Cuánta ternura!
La misma nota relata la actitud hostil de Vaczy con una funcionaria que realizó una denuncia de acoso sexual en AFE, que debió acudir al Ministerio de Trabajo ante la actitud indiferente asumida por Vaczy.
En julio de este año, Búsqueda informó sobre la denuncia de acoso laboral contra Vaczy por parte de un abogado donde parece que se incluyen hechos posibles de responsabilidad penal. Y para colmo, Vaczy decidió con su voto que la empresa le pague su propia defensa. Seguramente la Justicia penal deba tomar cartas en el asunto e investigar lo sucedido.
Basta conocer los hechos para advertir lo indignante de este “caso Vaczy”, que incluye antecedentes de violencia doméstica contra su expareja e hijos; denuncia de acoso laboral por parte de un abogado y una actitud hostil contra una funcionaria de AFE que presentó una denuncia de acoso sexual en AFE.
Es hora de que el gobierno y el sistema político reaccionen. Es hora de legislar para impedir que personas con este este tipo de “distorsiones” accedan a posiciones de gobierno. Es hora de prohibir que alguien con esos antecedentes judiciales, donde quedó probado que cometió violencia contra una mujer y sus hijos, siga tan campante cobrando el sueldo que pagamos con nuestros impuestos.
Es hora de tomar acciones para rescatar los principios y valores que en el pasado nos distinguían como sociedad.
Es hora de actuar, estamos a tiempo.
Jorge Quiñones
CI 2.345.567-4