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“¿Cuál es la estrategia de prosperidad de países como Finlandia, Nueva Zelanda y Corea del Sur? ¿Qué lecciones se pueden sacar para países como Uruguay y otros varios de América Latina que aún hoy buscan reinventar la rueda?”. A partir de esa interrogante, el investigador y docente Nicolás Albertoni, se propuso explorar cómo habían logrado su desarrollo países con situaciones similares a la de Uruguay, y qué experiencias podían ser útiles para la realidad local. En su libro “Instrucciones para inventar la rueda. Qué tienen los países que progresan y cómo aplicarlo a Uruguay”, Albertoni conversó con varios referentes nacionales —el dirigente sindical Oscar Andrade, los ex presidentes Julio María Sanguinetti y Luis Alberto Lacalle, el economista Enrique Iglesias y el candidato a la vicepresidencia por el Frente Amplio, Raúl Sendic, entre otros— y se encontró con que las recetas no varían demasiado: educación, infraestructura, innovación, y apertura internacional son las claves para el desarrollo.
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“Si Uruguay y otros países de la región quieren repensarse, deben saber mirar nuevas verdades más allá de sus fronteras, de manera que se puedan encontrar herramientas globales para definir estrategias nacionales”, sostiene el autor. En su análisis, observa las experiencias de un país asiático (Corea del Sur), otro de Oceanía (Nueva Zelanda) y uno europeo (Finlandia). ¿Qué une a estos países tan distantes uno del otro? Albertoni sostiene que “una constante en los casos analizados es que cada uno de ellos ha logrado que los pilares del desarrollo sean claramente identificables y por tanto comprendidos por el conjunto de la sociedad”. Estos países —añade— basaron su estrategia de desarrollo en un conjunto de pilares fundamentales: “Instituciones sólidas que dan transparencia hacia dentro y fuera del país”, “políticas públicas que fomentan la calidad en la educación” y que la plantean como “un eslabón esencial para promover la innovación”, y “un sistema emprendedor dinámico”, que tiene fuerte impacto en la generación de mercados laborales eficientes. Además, se concentraron en las “mejoras en la infraestructura del país” y desarrollaron una “economía abierta que fomenta la inversión externa”.
Luego de conversar con varios referentes nacionales, el autor llega a la conclusión de que en Uruguay “parecería existir un consenso —aún no declarado— sobre cuáles son los principales problemas que el país debería resolver para avanzar hacia el desarrollo”. Según Albertoni, “muchos saben que piensan lo mismo pero pocos parecerían querer admitirlo”, y es en ese punto “donde radica el principal problema”.
Según el economista Iglesias, los temas claves para impulsar el desarrollo del país son “promover una fuerte reforma educativa, cuidar el factor demográfico, promover políticas que resuelvan el problema del núcleo duro de la pobreza en Uruguay y generar una industria de servicios más activa”.
Además, es fundamental “una integración regional más dinámica que nos dé la posibilidad de sumarnos a las cadenas productivas de valor”, afirmó.
En opinión del ex presidente Sanguinetti, la institucionalidad, conectada con la seguridad jurídica, la educación, el sistema de valores de la sociedad, la inserción en el mundo y el rol del Estado son los puntos claves. “Hoy en Uruguay, los centros educativos también son centros de asistencia social, porque se desvirtuó el concepto de familia. Hay que repensar mucho a la luz de este tema”, reflexionó. El ex presidente señaló que Uruguay debe “dejar de mirarse el ombligo” y “abrirse al mundo para mirar hacia el desarrollo”.
Para Lacalle, los puntos centrales son la formación en valores, la ruptura de los tabúes de luchas de clase, una política exterior que promueva alianzas poderosas, y abrir la puerta a todas las alternativas de desarrollo. “A esta altura se han desmitificado las ideologías como instrumento para avanzar al desarrollo”, opinó.
Para Sendic, la clave está en “mejorar la educación, contar con una matriz productiva de mayor valor agregado, invertir en infraestructura, y seguir bajando los indicadores de pobreza”. Según el candidato a la vicepresidencia “hay que hacer una apuesta muy grande a la innovación y a la tecnología, de la mano de un Estado” que lo promueva. “Hoy Uruguay se encuentra en un momento ideal para pensar en estas cosas”, afirmó. Por su parte, Andrade entiende que la inclusión social, la educación, la competitividad, mejores salarios para los trabajadores, la infraestructura y la integración regional son fundamentales para pensar en un país desarrollado.
Recomendaciones.
En sus conclusiones, Albertoni sostiene que “el desarrollo del Uruguay aún parecería no estar instalado de lleno en la agenda pública nacional”. Para el autor, “no solo debería existir un listado de temas sobre los cuales alcanzar el consenso, sino que estos deben estar organizados bajo un plan integral que permita trabajar más allá de los gobiernos. Justamente es la búsqueda de consenso sobre ese listado de temas lo que debe estar en el debate, y ya no los temas en sí mismos”.
A partir de su investigación, el autor propone una lista de asuntos sobre los cuales Uruguay debería trabajar en los próximos años: un Estado transparente, dinámico y eficaz, un país abierto al mundo, una reforma educativa con base en la calidad y la independencia, políticas activas en innovación y fomento de un ecosistema emprendedor, sistemas de partidos políticos con visión de consenso y la creación de espacios para un diálogo social eficiente, una macro y microeconomía sólida, promotora de competitividad, formular políticas estratégicas de población para una demografía de pirámide invertida, una infraestructura que aproveche la ubicación geográfica privilegiada del país, independencia energética, y la elaboración de planes de desarrollo.