El referéndum contra la Luc

REDACCIÓN  
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Sr. Director:

SOY CELESTE, ¿NO? Ayer estaba pesando fruta fresca en el super, cuando un veterano con una remera del PIT-CNT y un tapaboca celeste cielo se acercó, con una inclinación pidió permiso y siguió pesando lo suyo en otra balanza.

Tuve la tentación de preguntarle fuerte: ¿así que también puede haber CNT celestes, como dicen que habrá nacionalistas rosados? No tenía tanta confianza y me callé la boca, seguimos el camino y capaz que no lo vea nunca. Sería mala educación y una ofensa gratuita a un compatriota que piensa otra cosa.

La educación de los uruguayos nos viene de la familia y sus valores, difícilmente de maestros que, como decía mi padre: “El que sabe, sabe; y el que no sabe: enseña”.

Recuerdo que cuando comenzamos a enseñar matemáticas y física en los preparatorios, los estudiantes de Ingeniería volábamos. Y disfrutamos abriendo las mentes a clubes de física, disparando a péndulos balísticos, midiendo la velocidad de la luz y la mini carga del electrón, la masa de la tierra, con jóvenes de dieciseis años. Los profesores de la Secundaria al lado nuestro eran carretas aburridas, el Instituto de Profesores Artigas un plomo.

Fue una gran alegría ver un día a un estudiante de Empalme Olmos ser un muy buen ingeniero.

Ahora que, por un ejercicio militante, se quiere quebrar en el camino la decisión de la mayoría del pueblo, que quiere entre otras cosas hacer de una educación moderna y profunda la vía del desarrollo a una sociedad mejor, no estoy de acuerdo en poner sindicalistas en el gobierno, les falta grandeza para defender los intereses de la Patria sobre los intereses de su gente. Si no me hubiera convencido la LUC, hoy igual votaría que NO para reafirmar el derecho de las mayorías a gobernar. El gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo. Como Lincoln, Como Artigas en Tres Cruces, mi autoridad emana de vosotros.

A la uruguaya, nos juntamos, discutimos, votamos, y los que son más mandan y los demás siguen, por eso somos la más democrática de América. Cada uno con su celular, ya no hay más quien valga más que otro ni que sepa más.

Somos celestes, ¿NO?

Ing. José M. Zorrilla

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2022-01-19T20:01:38