Apenas 100 días y ya le hacen un paro. Qué disgusto. Si la idea es hacerlo pasar mal al hombre, avisen y le empezamos a fumar en la cara nomás.
Apenas 100 días y ya le hacen un paro. Qué disgusto. Si la idea es hacerlo pasar mal al hombre, avisen y le empezamos a fumar en la cara nomás.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáTabaré empezó este mandato con entusiasmo pero en cualquier momento, se va a pescar y no vuelve más. Había arrancado con unas ganas bárbaras, de tan viejo-ansioso que estaba por empezar ya hizo su primer discurso presidencial la noche que ganó las internas, ¿se acuerdan? Y nos dijo que hasta iba a dejar su trabajo en La Española esta vez, para dedicarse 100% a la presidencia, cosa que nos enteramos que no hizo en la primera gestión gracias a su gesto noble de contárnoslo. Tal parece que en la anterior su prioridad era el trabajo en La Española, y no lo culpo, yo si tuviera que elegir una prioridad entre trabajar para el Oscar y para La República Oriental del Uruguay, trabajo para el Oscar y en los ratos libres hago lo otro. Ahora que ya no está el Oscar, se toma esta atribución de poner como prioridad la presidencia. Genial.
Pero no paran de aparecerle problemas, todas las semanas, cuando no son las feministas, son las viejas defensoras de los perros, y si no el PIT-CNT; cada día se encuentra con algún clavo nuevo que le dejó Mujica: los presos de Guantánamo, los gurisirios, la marihuana que planta el Estado para vender en farmacias, los aviones de Alas-U, déficit fiscal, Huidobro, etc. El otro día le llevaron una carta de las redes frenteamplistas en la que le exigían la remoción de Huidobro. ¡A Tabaré le exigían! ¡Le quieren echar a Huidobro por Facebook! Cartón lleno. No queda nadie que no se quiera anotar ese poroto: la Vertiente Artiguista (¡!), La Casa Grande de Constanza, y ahora unos que militan con la compu y el celular, cualquiera se tiene fe para exigirle a Tabaré.
Y a todo esto las empresas extranjeras se toman los vientos, el agro empieza a llorar la milonga, la constru está a media máquina (ya no se hacen edificios de millones de dólares para nadie en particular, se nos cayó esa pata de la economía), la apuesta-país de Mujica de ir en el “estribo de Brasil” (que quiere decir ser un parásito de Brasil) no está funcionando porque justo Brasil —por enésima vez— se cae a pedazos. ¿Se terminó la fiesta, se habrá acabado la década de los 90 progre? Lo lindo que tuvieron estos 90 progre que vivimos del 2005 al 2015 es que están sostenidos en el agro, la inversión extranjera y el consumo: tres demonios para la izquierda uruguaya de los 90. Tres vectores de la economía a los que la izquierda siempre acusó de puntal del capitalismo salvaje y se opuso sistemáticamente: agro, inversión extranjera, consumo. Gracias a esas tres actividades económicas pudimos vivir nuestra década de los 90 progre, nuestra fiesta de signo supuestamente opuesto al neoliberal de los 90. Y la verdad, se pasó precioso, igual que los 90 por otra parte, porque ahora todo el mundo dice que pasó horrible en los 90, mentira, la pasamos bárbaro, y con esta década de fiesta progre también. Estuvo lindísimo, muy rico todo, muy inclusivo. Pero da la impresión de que Tabaré nos está diciendo: “miren que terminó, chiquilines, no se lo tomen a mal pero se acabó el whisky y prendimos las luces como para que se den cuenta de que ya estaría terminando la fiesta”. Mientras nosotros estamos indignándonos con la FIFA y deleitándonos con lo justo que es el mundo porque Suárez hizo gol y los de la FIFA van a ir presos, y Ni Una Menos, y todas esas cosas que nos tienen tan indignados y/o orgullosos, e incluso ambas al mismo tiempo, nos han ido bajando la música, se llevaron los parlantes y las luces, se fueron los mozos y hay cuatro muchachas del servicio de limpieza barriendo y trapeando los baños.