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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáDeseamos referirnos al episodio que ocupó a la opinión pública en torno al senador Óscar Andrade. Más allá de sus implicancias personales, nos interesa destacar lo que afecta al concepto referido al Estado de derecho. En efecto, el daño no parece tan relacionado, como expresó el citado senador, con que “se funda la Intendencia de Canelones”, sino con que se “funda”, para desintegrarse, la identidad del Estado de derecho. Nos explicaremos.
Si bien parece loable la solidaridad de donar a su propio gremio de la construcción la mayor parte de sus ingresos como senador, para contar solo con el monto que corresponde a un albañil, esto parece tan atractivo como la miel que cubre el veneno que está por debajo. Esa miel oculta la realidad tóxica, de que el resto de los albañiles no dejan de cumplir con el pago de las obligaciones legales exigidas por el Estado. Con su “donación”, el senador Andrade no cubre ni el monto que pagan el resto de los albañiles, ni los demás trabajadores de este país. En cambio, esa presunta “solidaridad”, lo que hace es inducir al error de considerar como “solidario” el hecho de no cumplir con los propios deberes, que los demás reconocen y cumplen.
Por lo expresado, más allá de los aspectos puntuales y concretos revelados en dicho episodio, advertimos una grave y preocupante situación, que induce a corromper el Estado de derecho. Lo mismo ocurre de modo similar bajo otros aspectos, que se advierten también de modo generalizado. Quizá sea una tendencia globalizada, pero esto no lo hace menos grave. Podría resumirse como la situación que lleva a considerar que la civilización humana en el marco del Estado, solo tiene lugar si se asumen derechos, sin dejar de asumir libre y de modo responsable los deberes correspondientes. Este desequilibrio resulta de muy mal pronóstico para la realidad político-social, que hace incompatible asistir derechos con justicia, si no se asumen libre y responsablemente los deberes.
Dr. Eduardo Casanova
CI 1.039.691-4