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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl senador de la República Óscar Andrade, representante por el Partido Comunista, tuvo un fin de semana por demás agitado. Todo se desató a raíz de una promoción televisiva del programa Santo y seña que anunciaba poner al descubierto irregularidades del senador en la construcción de su casa en el balneario San Luis. Las redes sociales se hicieron eco de lo que se iba a anunciar y, sin saber la población con exactitud cuál era el problema, la defensa hacia el dirigente por sus “compañeros” fue elocuente y lastimosa.
Los hechos: Óscar Andrade compró un terreno en el balneario San Luis en el año 2011 con la intención de construir una vivienda para habitarla junto con su esposa. Hasta aquí todo correcto. Hoy, agosto 2021, en ese terreno hay una casa construida con dimensiones y materiales de nivel medio. Nunca el senador realizó ninguno de los trámites necesarios para habilitar la construcción. No solicitó permisos, no presentó planos, no pagó ningún tributo municipal y tampoco contribución inmobiliaria por terreno baldío, no se inscribió en el Banco de Previsión Social, no realizó aportes obreros, no hizo ningún trámite requerido por ley para ejecutar la construcción de una vivienda, no hizo absolutamente nada, salvo edificar la vivienda. Este ramillete de irregularidades fueron las que denunció el programa periodístico y desataron la polémica. Por diferentes razones, que no vienen al caso enunciar, debe haber muchos ciudadanos con inconvenientes para hacer frente a sus tributos municipales. Corren los plazos, aparecen las multas y recargos (algunos departamentos con cifras leoninas), pero siempre hay que pagar, presentarse y hacerse cargo de la mejor manera. No es lo mismo atrasarse en los pagos que eludirlos y que la vida siga como tal, y mucho menos siendo senador de la República representando al partido que en forma permanente dice apoyar a los más vulnerables exigiendo más dinero a la clase media y alta. Lo grave en la postura de Óscar Andrade es no haber hecho nada en absoluto para blanquear su situación. Y peor aún, ya que, cuando queda al descubierto su irregularidad, recurre a justificaciones infantiles aduciendo salarios bajos (cobra como un albañil), otras deudas pagadas e incluso involucra a su exesposa diciendo que pensaba afrontar la regularización cuando saliera su divorcio. Dentro de este acto deshonesto, impropio de un senador de la República, el camino más lógico y sencillo era reconocer su error y afrontarlo presentándose a regularizar la situación. Pero no, optó por minimizar el tema con excusas fuera de lugar para una posición que, si fuera de la vereda de enfrente en la que él está, bien se encargaría de condenar enérgicamente. Además, realizó declaraciones lastimosas al comparar su situación con la del economista Alfie: “Los impuestos a la Intendencia los voy a pagar, parece que hubiera pedido una exoneración, pero el que pidió una exoneración fue Alfie”. La diferencia está en que, guste o no, la solicitud de Alfie es legal y la de Andrade es irregular.
Pero, para que en este menú no falte nada, igual o más grave son las declaraciones posteriores de los “compañeros” del dirigente comunista. La intendente de Montevideo le erró feo en su tuit “Ladran Sancho…”, pues si se refiere a “señal que cabalgamos” el camino que recorre de esta manera Andrade es hacia un precipicio. Olesker llamó a no ver el programa como si de esa manera se evitara el problema. Mario Bergara ya se olvidó de sus clases desde el Banco Central y dijo: “Yo apoyo al Boca”. La moral de los inmorales, dijo una diputada muy novel, como si la existencia ya de deudores justificara no pagar. Y hay más pero ya aburre, faltó que Lucía saliera a decir: “Yo vi los planos del Boca”.
Otra vez el Frente Amplio tropieza con la misma piedra. No sirvió de aprendizaje lo sucedido cuando salieron a defender a Sendic por Ancap, a Placeres por Envidrio, a Lorenzo y a Calloia por Pluna, al Pato Celeste y a unos cuantos más que luego se demostró en los hechos o en la Justicia que habían cometido actos irregulares o corruptos. Esta fuerza política sigue queriendo mostrar que si es de izquierda no es corrupto, si es de izquierda meterá la pata, pero no la mano en la lata, y se siguen olvidando de que la corrupción no tiene partido ni ideología, lamentablemente, es inherente al ser humano, minoría pero real y palpable. No se cambian los hechos por salir en patota a culpar al mensajero que, en este caso, cumple una labor periodística de informar un acontecimiento de interés para la opinión pública. Existía un solo camino y el más sencillo: reconocer el error, afrontarlo y regularizar el tema. Quien más ruido político hizo junto con Andrade fue su partido haciéndose cómplice y solidarizándose de los hechos que son indefendibles. Incluso el nuevo coordinador del FA debutó defendiendo y apoyando al senador.
Todo muy triste, el partido que representa a cuatro de cada 10 uruguayos sigue transitando por el camino errado. No solamente no tienen autocrítica, sino que no ven que son blanco de la crítica, que ya no tienen el poder, sobre todo algunos personajes que se abusaron de él y que buscan volver.
Sergio Barrenechea Grimaldi
Egresado de la Escuela de Periodismo de Búsqueda,
primera generación, 2017