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El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáTras haber leído en Búsqueda con sumo interés las teorías a la distancia de Cantera Carlomagno sobre el proceso electoral argentino, me atrevo a sumar algunos elementos para la reflexión.
Esta elección, tan reñida como crucial para el porvenir inmediato de Argentina, está marcada por los acontecimientos dramáticos vividos en la crisis del año 2001, que no solo llevó a la debacle del gobierno de Fernando de la Rúa, sino también a la Unión Cívica Radical y, en gran medida, puso en cuestionamiento a las ideas de la economía de mercado.
El “noventismo”, identificado burdamente con las privatizaciones de empresas públicas y el régimen de convertibilidad, quedó satanizado en el discurso predominante en Argentina, como si el elenco gobernante actual hubiera sido parte de la oposición al mismo. No obstante, no solo fue el mismo Partido Justicialista —ahora con la denominación de Frente Para la Victoria, que es una alianza—, sino que Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner fueron entusiastas partidarios de la privatización de la petrolera YPF. Muchos ministros kirchneristas fueron duhaldistas ayer y menemistas antes de ayer.
Estas piruetas ideológicas, sin embargo, no son un obstáculo para ganar las elecciones. ¿Y cómo es, entonces, que han venido triunfando en comicios sucesivos desde 2003 en adelante? El kirchnerismo ha sabido instalar una narrativa en la que se presenta como única garantía frente al “caos” que supone un cambio de gobierno. Para segmentos significativos del electorado, en particular en el estratégico conurbano bonaerense —que concentra al 23% de los votantes argentinos—, el “cambio” es sinónimo de inestabilidad, incertidumbre, retorno al “noventismo” y pérdida de planes sociales y dádivas clientelistas. Esto se advierte en los focus groups, una metodología cualitativa que permite conocer con más detalle los temores, las esperanzas y los discursos dominantes. El segundo y tercer cordón del conurbano bonaerense tienen una población en la que predomina la resignación, el miedo a la incertidumbre y el apego a las circunstancias materiales que, si bien son mínimas y precarias, las prefieren antes que un eventual “salto al vacío”.
Esta es una narrativa perversa que provoca el desánimo, el cinismo y el estancamiento. Solo hay pesimismo, una aceptación fatalista de que la vida no tiene nada para ofrecer y que lo único que cabe hacer es sumarse a las estructuras de los punteros barriales. Es la naturalización de una situación que degrada al ciudadano y al Estado de Derecho.
Aún es prematuro para vislumbrar cómo serán los resultados de este año electoral. La primera instancia, las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) serán una gran encuesta nacional sobre si habrá un cambio en los comicios de octubre, o la continuidad de una política que profundiza miedos y prejuicios.
Ricardo López Göttig
CI 5.979.330-3