Migrantes en Uruguay

El equipaje perdido de los migrantes mayores de 45 que llegan al Uruguay. Soy migrante venezolana. Llegué al país a finales del 2017 y desde entonces he transitado más de 688 competencias para conseguir un empleo estable y cónsono con mi formación y experiencia que me traje en mi valija de vida, sin mayores resultados por el momento, y teniendo que volver nuevamente a la pista de salida en la búsqueda de empleo para una mujer como yo, migrante de 50 y pocos años y con la testaruda voluntad de conseguir algo en mis áreas de competencia. A todas estas tengo que decir que tengo una licenciatura en Museología (sí, en gestión de museos), una especialización en Estudios Sociales de la Ciencia y una maestría en gestión y políticas de la innovación tecnológica. Dichos títulos están certificados electrónicamente y apostillados debidamente. Además 20 años de experiencia y dominio de otros idiomas. En mi caso particular no puedo revalidar mis estudios debido a que museología a nivel universitario no está en el menú de oferta académica universitaria del país, y mis estudios de posgrados tampoco. Mi híbrido perfil entre gestión de museos y de innovación científica-tecnológica da para muchas opciones. En ese contexto he transitado, en la búsqueda de un empleo. Conozco la normativa del requisito de contar con la credencial cívica para optar a cargos públicos. Sin embargo, he participado en muchos llamados en los cuales no es excluyente ser nacional, e incluso en reiteradas ocasiones participé en llamados de un mismo ente como en el caso del Parque Tecnológico de Pando o en la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, sin ni siquiera haber tenido la oportunidad de acceder a una entrevista y sin ningún resultado. Asimismo, he hablado con el responsable de los museos del MEC de la gestión presidencial anterior, como también lo hice con una viceministra del actual gobierno, ofreciendo mi experiencia y formación para asesorías de los museos nacionales y departamentales e incluso también con algún diputado, sin resultados nuevamente. Y aunque hay beneficios para empresas que contrata gente mayor de 45 años, al parecer en algunos entes públicos que hay llamados y no es excluyente ser nacional, a veces se obvia ese mismo beneficio. En esta reinvención, incluso, hablé con el redactor jefe del diario El País, con una propuesta de temas para una nueva columna en el diario sobre los nuevos migrantes que han llegado al país, que no vienen en barco, sino en avión o en auto y que son vecinos de la región; con el director de El Observador para una propuesta de suplemento digital para el Día del Patrimonio, de un reportaje de los museos nacionales. En ambos casos otra vez 0 resultados. Tengo que decir que para sobrevivir he trabajado como cuidadora, telemarketer, vendedora de chocolates en un shopping, administrativa y docente temporal. Ese es mi panorama laboral desde que llegué. Y hoy en día estoy sin empleo, por efectos de la pandemia, con deudas y préstamos por pagar y con el agua al cuello. Debo decir los motivos de mi testarudez de continuar mi carrera laboral de mis capacidades profesionales. Es porque considero que Uruguay es un país extraordinario. Donde se hace el mejor asado, los mejores alfajores y el mejor fútbol del mundo y tenemos los más bellos atardeceres. A los venezolanos nos abrió las puertas. Todos tenemos los mismos derechos y deberes y somos parte de una nación seria, educada, oyente, igualitaria. Sin embargo, la inclusión laboral para los migrantes mayores de 45 en sus áreas profesionales aún sigue como un objetivo pendiente que resolver. Este colectivo tiene mucho que sumar para el desarrollo del país. Nuestra incorporación laboral en el sector de pertinencia dará sin duda buenos resultados a nuestra nueva patria, porque muchos como yo queremos quedarnos “sembrados en Uruguay”.