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Cuando se comenzó a hablar de un proyectado Museo de la Memoria, el Centro de Estudios de Derechos Humanos del Uruguay (CEDDHHU) se presentó ofreciendo material donde se revelaban las transgresiones a los mismos por parte de la subversión constituida por los tupamaros (hoy dirigentes oficialistas). Como era de presumir, nunca obtuvimos respuesta alguna.
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Por eso observamos con satisfacción el hecho de que se mostrará al público la llamada “Cárcel del Pueblo”, verdadero instrumento de tortura construido por los sediciosos.
Sin embargo las declaraciones del director del Museo de la Memoria (del que esa cárcel forma parte), nos hacen reconocer que el supuesto “afloje” tupamaro en su campaña anti-historia era simplemente una cortina de humo.
En efecto: el citado director, Elbio Ferrario, ha manifestado que “los derechos humanos fueron violados por el Estado”, mientras que las acciones de los tupamaros (crímenes, secuestros, torturas, depredaciones, etc.) fueron simples “delitos”, por lo cual exonera de la condición de violadores de esos derechos a los sediciosos terroristas. Y es más: Ferrario trata de justificar la aparición de los tupamaros en los comienzos de la década del 60, afirmando que esa aparición fue consecuencia de “falta de un proyecto de desarrollo por parte de la clase dominante, el rompimiento de la convivencia democrática, las luchas sociales, la represión, la falta de garantías”. Quienes vivimos en esa época sabemos que esas afirmaciones son todas mentiras. Pero así escriben ellos la “historia reciente”.Para conocer la verdadera reseña de esos “delitos”, consulte en internet el sitio www.ceddhhu.uy Hugo Ferrari