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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáCuando ya estaba recibido, la ambición por desarrollar rutinas de mejora en cada tema hizo que de rebote asumiera la jefatura de compras de una empresa en desarrollo. En esa lucha, tomaba en cuanta el método recién desarrollado en Harvard:
1. Separar a la persona del problema.
2. Concentrarse en los intereses y no en las posiciones.
3. Inventar opciones de mutuo beneficio.
4. Insistir en la aplicación de criterios objetivos.
Para cada compra importante, la negociación era larga pero los resultados sorprendentes, y la buena compra es el buen comienzo de una ganancia sana. Exasperaba al jefe de Administración cuando negociaba compras que no se cerraban hasta la última rutina de verificación y control, como en Harvard, e integraba rutinas en planillas electrónicas como apoyo. Hasta disfrutar de cada buena negociación honesta.
Cuando compré mi primer auto nuevo, ¡imagínense! Desde la parte mecánica, confiabilidad, rendimiento, potencia, suspensión para caminos malos, chasis, terminaciones. Marketing inverso, testeando los autos, y las opiniones de recientes compradores, sistemas de financiación, soporte posventa y precio de repuestos: barrí todas las opciones del mercado y elegí tres para hacer un test drive. Me quedé con una VW hatchback y la elegí roja.
Cuando al mes mi tío Juancito, el más pícaro y brillante, compró una igual, amarilla, me dejó sorprendido.
—No sabía —le dije— que te gustara esa Brasilia.
—Nooo —se rio—. Te estaba siguiendo. Por tres meses perseguiste y pusiste patas para arriba todos los autos que se vendían en Uruguay, y sos un as comprando. ¿Para qué iba a perder tiempo en elegir un auto? Cuando vos te decidiste, yo solamente elegí el color para el mío.
Años después, para ese amigo del Uruguay y caballero Fernando Nicolás, hicimos con amigos canadienses la mejor modelación logística de la producción de eucaliptos y pasta de todo el Uruguay, Entrerríos y hasta parte de Río Grande. Desde costos de producción directos e indirectos, logística, transporte, mitigación ambiental, el modelo era impresionante. Aplicado predio por predio marcaba dónde sería viable forestar, y la mejor ubicación de los puntos de transferencia logística, y de concentración de celulosa en una planta libre de cloro elemental. Fue más de un año. Al fin se concretó en el desarrollo de una terminal logística, Mbopicuá, sobre el río Uruguay.
Cuando meses después Timo Piilonen, el genio tras Finnpulp, compró el predio de Botnia, sorprendió a todos. ¡El vikingo nos había estado siguiendo en silencio!
Para qué perder tiempo, si ya con Rosario Pou y Fernando Nicolás habíamos hecho ya todos los estudios de factibilidad, logística, económica, social, ambiental, y Fray bentos era el mejor lugar.
En navegación, desde los reyes magos a Colón, desde siempre seguimos las estrellas. Nos dan la referencia cuando está oscuro y el camino no es claro.
En esta época de la mayor pandemia universal desde la peste negra, brillan luces que desde diferentes galaxias hay que tomar en cuenta.
Las precauciones del MIT en Massachussets, la mejor universidad del mundo, son muy fuertes, pero retoman en enero las actividades presenciales, con precauciones, después de la feria de invierno.
“Juntos, estamos comprometidos a abordar el Covid-19 a la manera del MIT: apoyando a la ciencia, trabajando en el problema y modelando la solución para nuestra comunidad y más allá. Nuestras mentes, manos y corazones pueden marcar la diferencia”.
Para muchos uruguayos, la estrella del alba es la Virgen de los Treinta y Tres. Que sea nuestra guía como lo fue un día de los Treinta y Tres, en la madrugada que los guio a la patria que nació cristiana.
Es bueno tener al timón un equipo que no pierda de vista las estrellas y ya deja entrever un destino mejor, un Uruguay nuevo donde seguir al fin de la oscuridad y la pandemia.
Ing. José M. Zorrilla