Entre cuatro paredes

REDACCIÓN  

La voz. Desde que allá por junio de 2006 apareció Música para niños tristes, el primer disco de Buceo Invisible, estuvo claro: esa voz profunda, con la misma intensidad del Darno pero más grave, y ese fraseo sereno eran diferentes. Ya no solo en el rock nacional, entonces acaparado por la distorsión afilada del punk y el hard rock y por la festividad forzosa del reggae y el ska. La voz de Diego Presa (Montevideo, 1975) era una excelente noticia para la música uruguaya, a secas.

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