“Hoy es un día histórico para nuestro movimiento y para nuestro país”, comenzó diciendo Guido Manini Ríos en su primer acto como candidato presidencial por Cabildo Abierto.
El líder de Cabildo Abierto advierte que en Uruguay se están difuminando las normas de convivencia y “va ganando terreno la ley de la selva”
“Hoy es un día histórico para nuestro movimiento y para nuestro país”, comenzó diciendo Guido Manini Ríos en su primer acto como candidato presidencial por Cabildo Abierto.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEra mayo de 2019 y en el club artiguense Zorrilla de San Martín lo escuchaba la plana mayor cabildante. “Hoy hace su lanzamiento de campaña un partido de alcance nacional llamado a ser protagonista en la política de nuestro país: el partido Cabildo Abierto”, siguió.
Más adelante y tras criticar a los gobiernos del Frente Amplio, Manini Ríos dijo, sin mayor intencionalidad: “Se les terminó el recreo a los malandras. Vamos a procurar las herramientas legales necesarias para, en los primeros meses de nuestro gobierno, empezar a cambiar y que se sienta un viento diferente, que el delincuente va a pagar caro por su delito”.
La frase “se acabó el recreo” surgió así, de forma casual, según el hoy senador y líder de Cabildo. Sin embargo, esas palabras prendieron en el imaginario popular y se replicaron como promesa y eslogan para proyectar su marca partidaria; una agrupación cabildante se nombró así y hasta se diseñaron banderas y merchandising con esa leyenda.
El ex comandante en jefe del Ejército venía a poner orden, y credenciales no le faltaban. En aquella oportunidad Cabildo Abierto tuvo la mejor votación de un partido nuevo desde la recuperación de la democracia en 1985. Y el grado de adhesión fue además muy similar al del Partido Colorado, lo que evidenciaba que la nueva fuerza política no era marginal: capitalizaba el descontento con la izquierda pero también con la oferta partidaria tradicional.
Cinco años después, Cabildo Abierto ya no es la novedad. Cuenta tanto con la experiencia como con el desgaste de integrar un gobierno. Y en este nuevo panorama electoral la palabra más repetida por Manini Ríos en sus mitines partidarios, así como en varias de sus entrevistas, es restaurar. La restauración que promulga está asociada al “respeto a la autoridad”, que en su opinión se ha ido perdiendo y hoy constituye “la primera política social” que debe recuperar el país.
El líder político, con un destacado pasado militar —una profesión asociada al orden y donde el ejercicio de mando a todo nivel es una constante—, ha sostenido que Uruguay “necesita liderazgos fuertes que lo ayuden a salir” de una crisis de valores y que él es la persona indicada para ello.
Niega la lectura de analistas y actores políticos que califican su discurso como de derecha o de extrema derecha, y en respuesta llena su oratoria de referencias a lo social y a la defensa de los más desfavorecidos.
“Queremos restaurar los valores que se han ido perdiendo en las últimas décadas”, dijo Manini Ríos en el último acto partidario celebrado semanas atrás en Montevideo. Esa idea la repite en todos sus actos de campaña. En su lista de las autoridades que deben recuperar el respeto incluye a padres y madres, a maestros y profesores, a policías y militares, y hasta los símbolos patrios, como ser el respeto a la bandera y al himno nacional.
El líder cabildante insiste en que “restaurar el respeto a la autoridad es la primera política social” que se debe aplicar en Uruguay. Y se anticipa a eventuales voces críticas: “A aquellos que contraponen autoridad a lo social les repito que no hay política social más importante hoy que restaurar el respeto a la autoridad”. Porque cuando se pierde ese respeto, “como está ocurriendo hoy en la sociedad uruguaya”, se van difuminando las normas de convivencia y “va ganando terreno la ley de la selva”, por la cual “el más fuerte impone su razón”, dijo.
¿Y quiénes son los más perjudicados?, planteó en su discurso el 25 de junio, para responder: “Los más débiles, los más frágiles, los que no se pueden pagar la seguridad privada, los que no pueden vivir en barrios cerrados, los que no pueden pagar alarmas ni pagarse rejas”.
En el último acto partidario previo a las elecciones internas, Manini contó que en sus recorridas por barrios de la periferia capitalina y por localidades del interior la queja recurrente es que a partir de cierta hora se escuchan balaceras. “Son situaciones de angustia que no pegan parejo: les pega a los más frágiles”.
“Entonces cuando hablamos de políticas sociales y queremos apuntarle a levantar el nivel de vida a los más frágiles, lo primero es restablecer ese respeto a las normas de convivencia, que es respetar la autoridad en toda su extensión”, explicó Manini entre aplausos. Agregó que “es un tema cultural” que lleva décadas y otras tantas llevará solucionar. Y añadió: “Acá estamos formados desde hace muchos años en el conocimiento de nuestros derechos, pero muy poco en cuanto al conocimiento de las obligaciones para asegurar esas normas de convivencia”.
Manini había anticipado esta idea en una entrevista con Búsqueda publicada en 2019 en la que explicó que por “la ley del péndulo” la gente que tras la dictadura (1973-1985) “odió” la autoridad hoy pide que “alguien ponga orden en el relajo”. Ya en aquella ocasión decía que la ciudadanía se sentía “defraudada” y por eso buscaba un “conductor” que saque a Uruguay de “una crisis profunda” donde el respeto a la autoridad “se ha ido perdiendo” junto con otros valores.
Para “restaurar” la autoridad en el país, hoy Manini entiende indispensable “reestablecer las condiciones de seguridad pública necesarias”. Pide mayor presencia policial en los barrios y “ser muy severos con la falta de respeto a la autoridad”, en particular la policial, como cuando alguien se resiste a mostrar documentos requeridos: “Hay que hacer respetar el uniforme”, dijo en su último acto.