La colaboración entre periodistas gana cada vez más terreno

REDACCIÓN  
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El conocido dicho “La unión hace la fuerza” se está aplicando con buenos resultados al periodismo a escala internacional, resume la argentina Marina Walker Guevara, directiva del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por su sigla en inglés), que procesó la investigación conocida como “Panama Papers”.

“Nos une la necesidad de contar historias mejor, historias que son globales, que son complejas, que requieren de esa mirada que es ‘multipaís’, que es ‘multilingüística’, y que también necesita de diferentes habilidades”. Así resumió Marina Walker Guevara el periodismo que se está practicando internacionalmente. Walker sabe de lo que habla pues condujo la investigación que revolucionó los medios mundiales al develar los entretelones de los manejos financieros de empresarios y políticos en varios países. A Walker le tocó conducir el trabajo de 376 periodistas en 109 medios de comunicación de 76 países.

Lo hizo en función de la máxima de: “Para hacer un gran ruido, primero hay que tener un gran silencio”. Walker es subdirectora del ICIJ, con sede en Washington y conformado por 200 periodistas de 65 países, a la que recurrió el diario alemán “Süddeutsche Zeitung” cuando consiguió los documentos confidenciales luego denominados como los “Papeles de Panamá”. Según informó la agencia EFE, la directiva del ICIJ participó a principios de mes en un panel sobre periodismo investigativo en la Universidad de Stanford (California), donde relató cómo fue el trabajo con una red mundial de profesionales que procesaron más de 11,5 millones de documentos durante 2015.

Walker valoró el trabajo inicial de la periodista española Mar Cabra, directora del equipo de análisis de datos del ICIJ. “Sin Mar, que es la editora de data, nada de esto hubiera sido posible. A ella y su equipo le debemos que estos 11.5 millones de documentos pudiesen ser legibles y pudiesen compartirse. Fue una tarea titánica”, dijo Walker a EFE.

La investigadora explicó que le imprimió cierto grado de complejidad el hecho de que muchos documentos se encontraban en formato PDF, lo que impedía realizar búsquedas en ellos. El equipo de Cabra procesó los datos hasta hacerlos “legibles” para subirlos luego a una plataforma segura que se puso a disposición de los periodistas de varios países, quienes pudieron efectuar búsquedas “como si fuese Google”, explicó Walker.

Hubo un acuerdo general de guardar silencio hasta el 3 de abril, momento en el que los periodistas decidieron publicar de forma simultánea los primeros resultados de la investigación.

“Las repercusiones han sido globales, desde investigaciones criminales en Estados Unidos y otros países, hasta la dimisión de autoridades e iniciativas para que no se pueda esconder quién es el dueño de una empresa, que en última instancia es la base de los paraísos fiscales”, explicó Walker al tiempo que destacó la importancia de tender “hacia una mayor transparencia”.

Walker explicó, además, que esta investigación ambiciosa y reveladora permitió confirmar el concepto de que “la forma de hacer periodismo de investigación en el mundo moderno” será la “colaboración”. “Fui la directora de orquesta y para mí fue clave que la colaboración funcionase y que funcionase bien, que la gente se llevase bien, que no hubiese conflictos”, dijo Walker.

El intercambio que permitió la colaboración se generó en una suerte de sala de redacción digital en la que se acordaban las estrategias más convenientes a seguir. “Busqué que los periodistas fuesen sintiendo que si alguna vez ellos son los depositarios de la próxima filtración, van a venir al ICIJ o una red similar a compartirlo, porque se dieron cuenta de que es la manera en que mejor funciona”, agregó. Walker trabajó apuntando a que la red funcionara de forma eficiente, creando resultados, y para el bien común.

Walker y los periodistas de la ICIJ estudian ahora formas de utilizar la energía de su red global para hacer otras investigaciones que no manejen este tipo de información filtrada, sino más bien datos públicos. Destacó, además, que el trabajo en conjunto entre los medios los fortalece. “Porque los ricos y poderosos del mundo pueden fácilmente agarrarse con un medio o dos, pero cuando son 109 medios de comunicación, todos juntos trabajando el mismo tema, es otra cosa”, sostuvo. “Puedes tapar un agujero pero tienes otros 100 agujeros y otros 100 periodistas que van a publicar la historia (…) y eso muestra el poder del trabajo en equipo y de la colaboración”, concluyó la ejecutiva del ICIJ.

El trabajo en redes de periodistas facilita a su vez la práctica periodística y la libertad de expresión frente a posibles presiones de las personas y organizaciones investigadas. Walker se refirió a este tema a finales de 2015 durante el Primer Encuentro Caribeño de Periodismo Investigativo en San Juan de Puerto Rico, donde habló de la tendencia del periodismo a las investigaciones colectivas y globales que causan gran impacto, en desmedro de la noticia exclusiva. El Encuentro Caribeño se realizó para generar redes y conexiones regionales con el fin de fortalecer el trabajo de los periodistas en la zona.

“Me parece una excelente iniciativa. Les dará plataforma y soporte a periodistas que pueden estar muy aislados, que viven en lugares que les dan opacidad y ese aislamiento se transforma en presión por parte de grupos de poder que presionan porque pueden. Para estos periodistas saber que no están solos y que hay otros que tienen las mismas ambiciones y las mismas necesidades es fundamental. Y si esa red se conecta con una red más global, las posibilidades del periodismo caribeño son ilimitadas y se lo tienen que creer. No solamente las cosas que pasan aquí los afectan, sino que afectan al mundo entero y necesitamos de esos sabuesos caribeños que vayan tras el rendimiento de cuentas, y que sepan que hay una red que garantiza su trabajo y que va a ayudarles a publicar en otros lugares del mundo si ellos no pueden publicar en sus propios países”, dijo Walker el 5 de noviembre al portal periodismoinvestigativo.com.

Graduada en la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza) y con una maestría en periodismo cursada en la Universidad de Missouri, Walker ha investigado el deterioro ambiental ocasionado por las mineras, la economía mundial en paraísos fiscales y las mafias del cigarrillo en la Triple Frontera de América del Sur, entre otros temas que ha divulgado en medios diversos como “The Miami Herald”, “The Washington Post”, “Le Monde” y la BBC.

El trabajo en consorcios de investigación, es un “ámbito de infinita promesa”, dijo Walker en esa oportunidad. “Están llenos de gente que tiene muchísima pasión; muchos se han quedado sin sus espacios de investigación y crean desde cero un empuje y unas ganas de que funcione. También un reconocimiento de que tienen que perfeccionarse, entrenarse para ser los contralores del poder. Eso es maravilloso, ver que en estas pequeñas células sin fines de lucro, compuestas por periodistas de grandes ideales y a veces sin muchas herramientas, logran hacer grandes investigaciones”. Walker puso como ejemplo las investigaciones realizadas en agrupaciones de Filipinas, Perú y Estados Unidos, así como en el Centro de Investigación e Información Periodística (Ciper) de Chile.

Los periodistas quedan instalados en escenarios nuevos con relación a las prácticas tradicionales. “Se está dando una competencia muy interesante y están haciendo repensar sus estrategias a los medios tradicionales, muchos de los cuales están revitalizando sus unidades de datos y de investigación”, indicó.

Reconoció que el modelo de trabajo en red había ganado primero el territorio de otras profesiones. “Los economistas se dieron cuenta hace mucho tiempo, hasta los organismos de seguridad de los gobiernos, y mal que mal, los criminales se han dado cuenta hace mucho tiempo de que el mundo es pequeño y que trabajando en redes podemos ser más efectivos. El modelo del lobo estepario nos ha hecho quedar un poco atrás, pensando en esa ventaja de la primicia”, concluyó.

Periodismo
2016-07-28T00:00:00