Conmebol dice que “ahora hay transparencia”, pero “es difícil” creerles a los dirigentes cuando afirman que están “limpios”

REDACCIÓN  

Una serie para Netflix del FIFAgate. El escándalo de corrupción más grande de la historia del fútbol es una relato plagado de ribetes cinematográficos. Comenzó en Zurich en mayo de 2015 tras los famosos arrestos de la cúpula de FIFA y Conmebol, tuvo su derivación en Uruguay con el procesamiento de Eugenio Figueredo, y aún continúa en los juzgados de Estados Unidos. Tres años en donde el fútbol compartió protagonismo con revelaciones de sobornos, fraudes y lavado de dinero. “Hay tantos personajes, y de tantos lugares, que sería muy interesante mostrarlos en su ámbito. Cada uno con su propio clan y familia de mafia”. La idea de una ficción televisiva ronda por la cabeza del periodista Ken Bensinger desde que publicó el libro Tarjeta roja, la investigación de casi 500 páginas que revela cómo se levantó el imperio FIFA, qué causó su caída y por qué el fraude todavía no terminó. Mientras el máximo organismo del fútbol trata de vender transparencia, nuevas revelaciones periodísticas dejan en evidencia que la opacidad que rodea a este deporte tiene nuevos protagonistas, como el magnate Dmitry Rybolovlev, suegro de Juan Sartori. “Quizás hay alguna conexión entre Rusia y Uruguay que aún no conocemos”, menciona Bensinger en conversación con Búsqueda.

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