El mundo del arte, o lo difícil que es hacer un museo

Gonzalo Aguilar 

No es difícil criticar el mundo del arte. Coleccionistas que compran cuadros por millones de dólares, museos que presentan obras que parecen más el capricho de un artista que el resultado de un trabajo elaborado, performances o acciones que desorientan al público desprevenido y que parecen pensadas para los espectadores más informados o que pertenecen a las sectas. Hace poco la señal Star plus puso en el aire la serie Bellas artes, de la dupla Cohn-Duprat, que está muy productiva y que ya entregó en poco tiempo dos series de muy buen nivel: El encargado, protagonizada por Guillermo Francella, y Nada, con Luis Brandoni y Robert de Niro. No es la primera vez que la dupla se asoma al mundillo del arte: en El hombre de al lado (2009) la historia giraba alrededor de la única casa que Le Corbusier diseñó en la Argentina y en El artista (2007) hasta había un cameo de León Ferrari, uno de los artistas más relevantes del arte argentino del siglo XX (también homenajeado en Bellas artes). Mi obra maestra (2008), otra de las películas de la dupla, es sobre las relaciones entre un artista y un galerista.

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