Juan Pedro Damiani, el cliente privilegiado de Mossack Fonseca que se volvió un “riesgo” por sus presuntos vínculos con casos de lavado de dinero

REDACCIÓN  

Era mediados del 2007 y el estudio Mossack Fonseca (MF) tenía que idear un esquema para engañar a la Dirección de Transporte Aéreo de Panamá. Un cliente importante quería operar en ese país y necesitaba una sociedad anónima de pantalla con mayoría de accionistas panameños. Para MF era un tema sensible y no podía participar cualquier empleado de la empresa en la operativa. “Mi mano derecha para esto es Stella”, escribió en un correo electrónico interno el CEO de la firma, Ramsés Owens. Tan complejo era el asunto que el bufete de abogados solamente había hecho una estratagema similar una vez hasta ese momento y para un cliente muy especial: “Sólo lo hemos hecho para Damiani, para nadie más en la historia” de MF.

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