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Misterio. Expectativa. Todo envuelto en una gran incógnita. En incertidumbre. Así le gusta al empresario Juan Sartori. Así empezó a construir a fines del 2018 el camino político que lo convirtió en senador. Nadie sabía bien quién era Juan, pero todos hablaban de él. Nadie sabía si de verdad un millonario uruguayo casado con la hija de un magnate ruso iba a ser precandidato del Partido Nacional, pero él tampoco desactivaba el rumor: lo alimentaba. En los primeros días de noviembre de 2018, Sartori llegó al Uruguay y se enfrentó por primera vez al enjambre de periodistas sedientos de confirmación. Venía de Nueva York con escala en Buenos Aires, donde alquiló un jet privado que lo llevó hasta Montevideo. El estilo Sartori. Y después de atravesar la puerta de la sala vip del aeropuerto de Carrasco, ni confirmó ni descartó. Dijo que se iba a tomar “dos semanas” para tener reuniones y estudiar la posibilidad de postularse. “Hasta ahora soy un uruguayo con mucho amor por mi país y que tiene ganas de estudiar lo que está pasando y que voy a tener capacidad de proponer. No he confirmado nada, estoy aquí para escuchar y conocer a quienes se pusieron en contacto conmigo. Ni confirmo ni descarto nada”, declaró entonces.
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Y poco más de cinco años después, la misma estrategia. Misterio. Expectativa. Otra vez la llegada a Uruguay —esta vez desde las islas Maldivas— y el minuto a minuto de sus pasos por la televisión. Otra vez los periodistas encima sedientos de confirmación. Y otra vez las “dos semanas” de reuniones antes de la definición. Ni confirma ni desmiente. Así le gusta a Sartori.
El martes 16, el empresario mantuvo al menos tres reuniones. En la mañana fue a la casa de la precandidata Laura Raffo. Habló, escuchó. Nada concreto, ningún anuncio. En la tarde fue al comando de campaña del precandidato Álvaro Delgado. Habló, escuchó. Tampoco hubo anuncio. A la salida les dijo esto a los periodistas: “Muchos están esperando qué definición voy a tomar, si voy a ser candidato, si voy a apoyar a alguien. Yo todavía tengo todas las posibilidades arriba de la mesa. En muy poco tiempo, quizás semana que viene o máximo dos semanas, voy a tomar una definición. No descarto absolutamente nada”. Sartori, con un halo enigmático en todos los informativos, ambientando expectativa.
“Está repitiendo exactamente la misma estrategia que hicimos en las elecciones pasadas. Las dos semanas, las reuniones, lo de ni confirmo ni desmiento”, dijo a Búsqueda una fuente que trabajó con el empresario en la campaña de 2019. En uno de los encuentros que mantuvo, Sartori confesó que le “divierte” esta dinámica en la que tiene a buena parte del sistema político y al periodismo pendiente de sus próximos pasos. “Son minutos no pagos de publicidad en televisión”, le dijo el martes a uno de los precandidatos con los que estuvo charlando. Lo que sí pagó es una serie de spots en los que, con el recurso de la ficción, Sartori se ríe de cuestionamientos tales como sus permanentes viajes al exterior y sus inasistencias en el Senado. “De Sartori dicen cualquier cosa, pero la verdad…”, es el concepto de esos avisos.
Acto de Juan Sartori en Minas, mayo 2019. Foto: Nicolás Celaya / adhocFOTOS
Cortocircuito con los suyos
En la noche del martes, el empresario y senador se reunió con algunos de sus dirigentes más cercanos. Con los pocos que le quedan de una estructura política que se fue menguando hasta quedar en su mínima expresión. ¿Por qué? Porque hay descontento con la forma que ha elegido Sartori para definir su futuro político. No abre el juego, no consulta ni participa de la conversación a su dirigencia en el Parlamento, la referencia local de un político que está más bien poco en el Uruguay. “Con Juan nunca sabés bien con qué va a salir disparado”, dijo a Búsqueda uno de sus dirigentes.
A los que sí les ha hablado, les dijo que está “masticando” en “su fuero más íntimo” qué es lo que hará. “Puede que hoy haya un 55% o 54% a favor de que apoye la candidatura de Delgado. Pero no es un 90% a 10%. Y nosotros le estamos metiendo tanta ficha que capaz inclinamos la balanza hacia una precandidatura suya”, agregó la fuente. “Pero lo está pensando con su familia, sobre todo por lo que implica de tiempo una campaña. Todo puede pasar”. Sartori sugirió el martes que puede llevar adelante una campaña corta e intensa, sin necesidad de mucho recorrido ni grandes actos.
Lo cierto es que tanto en el comando de Raffo como en el comando de Delgado se quedaron con sensaciones ambiguas. “No tenemos muchas pistas. Llegó sin una definición y se fue sin una definición”, dijo una fuente cercana a Delgado. Y en el búnker de Raffo no descartan una alianza. “Dio algunas señales de que puede venir con nosotros. Pero todavía no se sabe”, aseguró una fuente. El enigma Sartori.