Tras cese del presidente de Antel, jerarcas blancos cuestionan la falta de “sensibilidad política“ de técnicos al frente de los entes

REDACCIÓN  

La tarde noche del martes 19 fue una de esas agitadas en la Torre Ejecutiva. Y esta vez el coronavirus no tuvo nada que ver. La jornada se alborotó cuando el presidente Luis Lacalle Pou se enfrentó a una de las decisiones más contundentes que tuvo que tomar desde que asumió la presidencia hace poco más de dos meses. Luego de enterarse de que el ingeniero Guillermo Iglesias, presidente de Antel hasta hace unas horas, había resuelto presupuestar a 857 personas contratadas desde hace más de tres años en régimen de función pública, su reacción fue casi que inmediata. Ordenó que se revocara esa resolución y le pidió la renuncia a Iglesias, que no llegó a sesenta días en el principal sillón de la empresa de telefonía estatal.

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