Antiguos engranajes para nuevos libros

escribe Silvana Tanzi 

Tiene nombre cervantino y engranajes de la Revolución Industrial. Se llama La Galatea, como la novela que Miguel de Cervantes publicó en 1580. Y es lógico que sus propietarios, la poeta Amanda Berenguer (Montevideo 1921-2010) y el investigador y narrador José Pedro Díaz (Montevideo, 1921-2006), la hayan bautizado con ese nombre literario porque el matrimonio dedicó su vida a la literatura y a los libros. La pesada imprenta de hierro fundido marca Liberty, con filetes de oro en sus bordes, tiene 120 años de antigüedad. Desde 2013 pertenece a la Biblioteca Nacional (BN) y en este momento está en proceso de restauración para volver a funcionar. En pleno mundo digital, la vieja maquinaria a tracción humana y tipos móviles hará su magia e imprimirá nuevos libros de poesía, de narración y de ensayos breves a mediados de año.

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