Hay cosas que el senador blanco Gustavo Penadés no puede decir, asuntos y detalles del expediente de Fiscalía que por ahora prefiere no responder. O al menos se cuida de declararlos públicamente mientras se continúa con la investigación en su contra sobre abuso y explotación sexual de menores. “De más está decir que esto es todo mentira, ¿no?”, dice a Búsqueda en el living de su casa en el Parque Rodó. Penadés, en licencia de sus actividades y desaforado por el Parlamento, ha seguido su propia línea de investigación y está convencido de que detrás de las acusaciones de la que es objeto hay una compleja trama de estafas, extorsiones, proxenetismo, influencers de redes sociales y hasta posibles conexiones con el narcotráfico. “Tengo la tranquilidad de que después voy a escribir algo para Netflix y me voy a hacer millonario”, bromea el exdirigente del Partido Nacional.
Lo dice apenas horas después de que saliera a luz una investigación periodística en Radio Universal que coincide con su propia versión de los hechos, con su estrategia de defensa legal en este proceso que lo tiene envuelto desde hace más de tres meses. Desde aquel día a principios de abril en que la militante blanca Romina Celeste Papasso denunció que había sido abusada sexualmente por el legislador a los 13 años, cuando aún no había hecho su transición de género, y abrió la puerta a una decena de nuevos testimonios en su contra con un patrón en común entre las víctimas: todas eran menores de 18 años.
“Entre las cosas que más me ha golpeado de este conjunto de denuncias es lo de la minoridad”, afirma Penadés en diálogo con Búsqueda. “Para mí es inaceptable la idea de mantener cualquier tipo de relación con niños de 13 o 14 años. Francamente, eso me parece realmente insostenible. Tampoco de 15, de 16 o de 17. Pero lo que me parece una barbaridad es la acusación en mi contra sobre los menores. No importa la edad. Pero especialmente golpea y mucho cuando se habla de adolescentes en su primera etapa de la vida. Reitero: eso no quiere decir que se justifique otra cosa. La condena, sobre todo. Porque esto no existe. Una vez más yo insisto sobre mi inocencia. Y eso es lo que sigo sosteniendo”.
El legislador remarca que “solo pensar en la idea” de que lo involucren en una situación de abuso sexual de menores le parece “absolutamente inaceptable”.
Niega además el modus operandi que le atribuyó la investigación de Fiscalía, que lo señalaba como un habitante frecuente de los alrededores del parque Batlle. En su pedido de desafuero, la fiscal Alicia Ghione relató que la forma de lograr el contacto con los adolescentes variaba según los lugares y las oportunidades. “En algunas ocasiones se contactaba con adolescentes que simplemente estaban jugando a la pelota en la calle, o iban caminando, en otras lo hacía en el parque Batlle, donde hace unos 10 años atrás era una zona conocida por la explotación sexual de menores de edad”.
“Absolutamente, no. Eso no es así. Al parque Batlle no lo he transitado desde hace más de 15 años”, responde el senador, pero enseguida evita una repregunta de Búsqueda sobre las nuevas formas de acceso para tener acompañantes.
Entiende que en este proceso ha quedado expuesto. “Debo ser de las personas de las cuales se le ha hurgado más en profundidad sobre su vida privada en los últimos años. Y creo que con esto se rompe una tradición en el Uruguay, que era el respeto sobre la vida privada de la gente”.
Sin embargo, agrega que, ahora, con las cartas vistas, no tiene “ningún inconveniente en reconocer que en algún momento hubo acuerdos de pago con mayores de edad” para tener relaciones sexuales.
Con el pedido expreso de no profundizar en detalles de las acusaciones y su defensa mientras haya una investigación en curso, Penadés señala: “Para una persona que está cumpliendo 34 años de legislador permanentemente electo y para una familia que tiene su tradición y su apellido, esto ha sido realmente espantoso. Mi familia y yo estamos pasando los peores momentos de nuestras vidas”.
De todas formas, dice que no ha recibido “una condena social”, que no siente la mirada reprobatoria de la gente y los vecinos mientras hace las compras en el supermercado o saca a pasear a su perro por las calles del barrio Parque Rodó. “En las redes sociales, el insulto y las amenazas desde el anonimato han existido. Por supuesto que sí. Pero personalmente, frente a frente, en ningún lado”.
—¿Y qué le dicen en las redes?
—Que me van a matar. Pero me mato de la risa con eso. Yo sigo haciendo mi vida normal porque lo que me permite hacer mi vida normal es que tengo la conciencia tranquila. Que puedo caminar con la frente en alto. El tiempo lo dirá.
El legislador también esquiva las preguntas sobre su futuro dentro del Partido Nacional, sobre si tuvo en estos meses respaldos o soltadas de mano de sus correligionarios y del sistema político en general. Hay voces notorias que lo han condenado. Acaso la más importante es la de su líder partidario, el expresidente de la República, Luis Alberto Lacalle Herrera, que en una entrevista con Búsqueda soltó un lapidario: “Tristeza y desilusión”, sobre el caso que involucra a uno de sus dirigentes más cercanos y referente de la histórica Lista 71 del Herrerismo en Montevideo. También ha sentido la incomodidad de sus compañeros de bancada en el Senado, muchos de los cuales le insistieron en la idea de que dé un paso al costado de la actividad política mientras la Justicia hace su trabajo.
“Todo lo que tiene que ver con la política y la actitud de algunas personas lo hablaré más adelante”, sostiene Penadés al respecto.
La trama.
El periodista Pablo Fernández, de Radio Universal, informó ayer miércoles sobre la trama detrás de las denuncias en contra que había sugerido Penadés en rueda de prensa al salir de su última comparecencia en el juzgado. En la investigación se revela la participación de Jonathan Mastropierro, un joven que cobró cierta notoriedad cuando se hizo pasar por familiar directo del magnate estadounidense Rockefeller y solicitaba viajes a empresas de remises presentándose como viceembajador juvenil de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Mastropierro fue procesado por cinco delitos de estafa por este caso.
Según el informe, Romina Celeste admitió que fue Mastropierro —que se había presentado como Mateo— quien le facilitó una foto y un video en donde se lo ve a Penadés saliendo de un cajero automático y en un cuarto de un hotel transitorio. La militante nacionalista hizo públicos estos documentos como presuntas pruebas de los abusos y la explotación sexual del senador.
La defensa de Penadés sostiene que Mastropierro —que filmó y fotografió a Penadés en un encuentro sexual en el año 2020, cuando tenía 21 años— es quien reclutó la mayoría de los 11 testimonios para presentar en la Fiscalía. ¿Con qué fin? La defensa intuye que los objetivos son económicos, por el resarcimiento en dinero previsto legalmente a las víctimas de este caso.
Mastropierro tenía vínculos con el profesor del Liceo Militar Sebastián Mauvezín, investigado en la causa como uno de los facilitadores de los contactos sexuales de Penadés. De hecho, de acuerdo al informe periodístico, fue Mastropierro quien le solicitó a Mauvezín conocer al senador.
Y además la defensa del legislador trabaja en una investigación que revela conexiones entre Mastropierro y un grupo de influencers de redes sociales en un lugar conocido como La Fortaleza, en el barrio Piedras Blancas, un sitio que fue escenario de diversas fiestas del ambiente gay. El informe de Radio Universal señala que hay fotos en ese lugar en el que aparece Sebastián Franco, el adolescente que fue asesinado en Sayago y del que Romina Celeste sostenía que se disponía a declarar contra Penadés.
Ayer miércoles Fiscalía comunicó a través de su vocero, Javier Benech, que según la fiscal del caso “no hay ningún elemento a su juicio en la investigación, en este momento, que revele la existencia de algún tipo de trama” como la revelada en este informe. Y añadió que “una gran cantidad de los denunciantes provienen de contextos sociales distintos y no se conocen entre sí, no tienen vinculación con Romina Celeste” ni con Mastropierro. La fiscal informó que cuenta con “otras evidencias para respaldar los testimonios” de las víctimas.
Mastropierro anunció en sus redes sociales que hará una denuncia por difamación e injurias en contra del senador. “No intente desvirtuar la investigación. Deje de chicanear, enfrente la Justicia, y hágase responsable de las atrocidades que viene cometiendo desde hace años”, escribió.
Penadés dijo ayer miércoles a Búsqueda que, así como Fiscalía está llevando su línea de investigación, puede haber otras. “Nosotros hemos llevado nuestra propia línea de investigación y esa línea está dando algunos resultados que, en las últimas horas, fueron confirmados por la propia denunciante que inició la causa”, afirmó.
“Lo que nosotros tenemos son elementos que llevarán oportunamente a Fiscalía con el objeto de demostrar primero mi inocencia y segundo que acá atrás ha habido una trama que está sustentada esencialmente en la participación de una persona, un joven, o de un conjunto de personas que no sabemos cuál es el objetivo final que buscan pero que ya ha tenido algunos elementos importantes. A ver, si solamente pensamos que a un senador de la República se le han levantado los fueros y se le ha suspendido en su acción como senador, ya eso hace despreocuparse de esta situación que se está atravesando”, insistió el legislador.