Aunque recibe amenazas por redes, Gustavo Penadés dice que no siente condena social y que es “inaceptable” que lo asocien con “niños”

escribe Federico Castillo 

Hay cosas que el senador blanco Gustavo Penadés no puede decir, asuntos y detalles del expediente de Fiscalía que por ahora prefiere no responder. O al menos se cuida de declararlos públicamente mientras se continúa con la investigación en su contra sobre abuso y explotación sexual de menores. “De más está decir que esto es todo mentira, ¿no?”, dice a Búsqueda en el living de su casa en el Parque Rodó. Penadés, en licencia de sus actividades y desaforado por el Parlamento, ha seguido su propia línea de investigación y está convencido de que detrás de las acusaciones de la que es objeto hay una compleja trama de estafas, extorsiones, proxenetismo, influencers de redes sociales y hasta posibles conexiones con el narcotráfico. “Tengo la tranquilidad de que después voy a escribir algo para Netflix y me voy a hacer millonario”, bromea el exdirigente del Partido Nacional.

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