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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáPara los ávidos consumidores de la cultura nos es preocupante la dirección que ha tomado el Sodre y específicamente el Ballet Nacional (BNS) en los últimos meses.
Mi padre en su infinita sabiduría me ensen~ó que, si algo funciona bien, no hay que arreglarlo ni cambiarlo. Cuando algo funciona tan espectacularmente como el Sodre es inquietante la cadena de acontecimientos, rumores y decisiones que se han tomado en los últimos meses.
Como en muchas cuestiones, proyectos y al igual que en muchos ministerios del gobierno anterior, también en el Sodre se han encontrado irregularidades.
Sera la función de este gobierno y administración en remendarlas.
Por esa mismi´sima razón, no se entiende por qué un exfuncionario y referente de la anterior administración estatal, el Sr. Marti´n Inthamoussu´, haya sido nombrado a la presidencia del Sodre.
Al Sr. Marti´n Inthamoussu´ se le adjudica una cuestionable gestión en su cargo previo en la Enfas (Escuela Nacional de Formacio´n Arti´stica). Su gestio´n se podri´a decir que ha sido bastante pole´mica, las diferentes sedes estaban en condiciones paupe´rrimas (preocupa´ndose en su refaccio´n solo con vistas a las elecciones), mientras el director paseaba por congresos y teatros del mundo. En su gestio´n se perdio´ el prestigio de antan~o y la popularidad entre sus potenciales alumnos.
Su estilo directivo esta´ basado en autoridad unilateral, no informa de los objetivos, solo da consignas y nunca consulta al consejo asesor del Sodre, tomando siempre decisiones por su propia cuenta.
A mi entender, es esta conducta la gota que derramó el proverbial vaso y causó la abdicación de el Caballero de la Cultura Rioplatense, don J. M. Onainda.
Pienso que fue un intento desesperado Sr. Onainda de llamar la atencio´n al ministro Da Silveira, y tal vez al presidente, Luis Lacalle Pou.
Parafraseando a Horacio en Hamlet: “Algo huele a podrido en Dinamarca”. Onainda tomó accio´n y dimitio´ a su cargo de forma irrevocable como el director arti´stico de los Auditorios.
Para que alguien de su envergadura, reconocimiento, experiencia y gestio´n renuncie, realmente algo grave debe estar pasando.
El Sr. Onainda hubiese sido la mejor elección para dirigir al Sodre, pero en la política no siempre se toman las mejores resoluciones.
La peor decisio´n de todas por parte del Sr. Marti´n Inthamoussu´ fue la de no renovar el contrato del flamante director Igor Yebra, el cual si bien tuve mis dudas al principio resultó ser un gran aporte y sus logros han sido destacados culminando ahora con La tregua.
En un an~o de pandemia, en el cual la continuidad, estabilidad y tranquilidad del trabajo del cuerpo de baile son imprescindibles, el Sr. Marti´n Inthamoussu´ decidio´ darle el cargo de Igor Yebra a su mejor amiga, me refiero a María Noel Riccetto.
Sabemos que el Sr. Marti´n Inthamoussu´ trata de hacerlo parecer una decisio´n ministerial, pero tambie´n sabemos que el ministro Pablo da Silveira lo dejó a su criterio.
María Noel Riccetto es una excelente bailarina, no fue la u´nica, no fue la mejor, pero sí una de las mejores y evidentemente la ma´s media´tica que tuvimos.
Es una hermosa y magne´tica persona, llena de gracia y amabilidad, pero hace poco menos de unos meses colgo´ las zapatillas de baile y uno se pregunta que es lo que María sabe de dirigir una compan~i´a.
No nos olvidemos que adema´s tiene una carrera televisiva, su academia particular y se rumorea que seguiri´a al frente de la Enfas y que tambie´n quiere ser madre.
Dirigir una compan~i´a es un trabajo de horario completo. ¡Hay que ser li´der!
María es muy amable y no pinta de dirigente, no alcanza con ser una bailarina profesional, hay que tener tambie´n motivacio´n docente, y tanto en su academia como en la Enfas (otro puesto “arreglado” por Inthamoussu´) esta no parece ser su principal motivacio´n.
Por si faltase muestra de esa carencia de liderazgo, el cargo le fue ofrecido a Riccetto ya a fines del mes de junio, el cual fue inmediatamente aceptado por ella. ¿Por qué esa demora en asumir esa realidad, por qué poner en esa tensio´n innecesaria y preocupacio´n al futuro del cuerpo de baile?
Y hablando del “Corps du Ballet”.
En una compan~i´a hay mucho compan~erismo y amistades, pero tambie´n hay muchas rivalidades y rencores.
¿Podri´amos asegurar que María sabri´a afrontar estas tensiones, cuestiones y liderazgos cuando hasta hace unos pocos di´as trabajaban juntos?
El cuerpo de baile precisa alguien que les inspire liderazgo y motivacio´n, alguien que admiren, pero al mismo tiempo respeten.
¿Existe alguien asi´? ¿Y que´ pasari´a si se lo deja´semos a los bailarines tomar esta decisio´n?
Julio Bocca remodeló una compañía cansada y en decadencia y pasó a ser la mejor de Ame´rica Latina, con esta´ndares y una cultura de trabajo internacionales. Esto no lo hizo popular con los bailarines, con los sindicatos y dema´s trabajadores del Sodre, pero si algo se puede decir que es irrefutable es su conocimiento y el respeto que todos le imparti´an.
En un pai´s en el que nos gusta parafrasear y comparar todo con el futbol, ¿dejari´amos a Cavani o a Godin dirigir a un cuadro grande unos meses despue´s de dejar su actividad profesional? Miremos el caso Forla´n y lo que pasó en Pen~arol. Un desastre del cual todavi´a no se recupera.
¿Podemos darnos el lujo que esto pase en el Ballet Nacional?
¿No seri´a mejor que estos jugadores antes dirigieran una divisio´n inferior, ganen experiencia y confianza y tal vez cinco an~os despue´s reciban las superiores?
Pienso que la decisio´n de nombrar a María Noel Riccetto como la nueva directora del BNS es inadecuada. Por lo menos en este momento.
Bien hari´a el ministro en reconsiderar y darle la oportunidad a María de adquirir ma´s experiencia en la Enfas antes de concederle tan prematuramente la perla de nuestra cultura.
Para dirigir el Ballet se precisa adema´s alguien con mundo, alguien con muchos contactos, ya sea de coreo´grafos, productores, compan~i´as de ballet y bailarines de todo el planeta.
Se precisa para promover nuestra cultura, por ejemplo, El Quijote de Plata y la mismi´sima La tregua en el exterior, asi´ como importar producciones para nuestro pu´blico.
En esto son pocos los que pueden ayudar, y Riccetto no es una de ellas. Pero nuestro pai´s tiene en su seno más de un/a bailari´n/a poseedor/a de una extensa carrera internacional y con la experiencia necesaria para gestionar este cargo.
Extenderle el contrato a Igor Yebra sería la opcio´n ma´s lo´gica, o tal vez a pesar de que renunció a su cargo en el 2017 se le podri´a consultar a Julio Bocca sobre un posible retorno al Ballet Nacional y no ofenderlo da´ndole un cargo completamente irrelevante a su formacio´n para cubrir las apariencias del presidente del Sodre.
Por cierto, siempre existe el recurso de llamado a concurso o la formacio´n de un comite´ asesor profesional, como se hizo en los otros entes de la institucio´n.
El amiguismo no es un criterio por más querida y popular sea esa persona. ¿Acaso es una decisio´n econo´mica?, y de ser asi´, ¿no existe para eso negociacio´n?
No arruinemos los logros de toda una de´cada en un instante.
Nuestro Ballet Nacional merece continuidad y liderazgo, no es un terreno de prácticas y caprichos de nadie.
M.E.
CI 4.327.556-1