Nueve de cada diez empresas lecheras que integran Fucrea fueron capaces de remunerar la tierra, el trabajo y el capital, en el ejercicio anterior. Esos tres factores de producción que no siempre pueden ser remunerados por empresas de otros rubros, como la ganadería o la agricultura.
El coordinador de gestión de Fucrea, César Mosca, dijo que “es imprescindible que nuestras empresas puedan competir por los recursos que utilizan”. Durante una conferencia organizada por el movimiento, en Mercoláctea, indicó que las empresas del rubro lideran en ese aspecto.
Recordó que en el ejercicio 2019/20 solo el 42% de las empresas ganaderas Crea pudieron remunerar esos tres factores, y que en el ejercicio pasado llegaron a 71%; “tienen mucho por mejorar”, dijo. Y en el caso de las empresas agrícolas, en 2019/20 solo el 22% pudo hacerlo, mientras que en el ejercicio pasado el 88% lo logró.
Mosca explicó que las empresas más competitivas “corren con ventaja” para poder arrendar más tierra, por ejemplo. “Tenemos que tener empresas de altos ingresos y riesgos moderados. Lo que hace variar el ingreso de capital es en primera instancia la productividad”, lo que “determina mucho más” el resultado que los costos de producción, explicó.
En tal sentido, el coordinador de Fucrea señaló que “hay que prestarle más atención a la productividad que al precio”. Agregó que “la dotación representa 83% de la productividad y apenas 14% los litros por vaca masa”, y que por esto también “hay que darle más importancia a la productividad que a la dotación en los sistemas lecheros”.
Confirmó que “la ruta que han seguido las empresas Crea fue la productividad”, pasando de “3.000 a más de 6.000 litros por hectárea, al aumentar las vacas masa por hectárea” y no los litros por vaca masa. “Esta era la estrategia que nos proponía la investigación desde hace muchos años”, dijo, citando trabajos del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (Inia), Facultad de Agronomía y el Instituto Nacional de la Leche (Inale).
“Cuando pasamos esa productividad a ingreso de capital vemos que Fucrea se encuentra en la combinación de 840 kilos de sólidos por hectárea con un ingreso de capital de U$S 540. La investigación nos propone que con el eje de 1.000 kilos de sólidos los sistemas moderados estarían pudiendo arrojar entre US$ 800 y US$ 1.000 de ingreso de capital”, señaló.
Agregó que “si bien estamos más cerca de esa frontera en términos productivos, no estamos alcanzando esa eficiencia que propone la investigación”.
Mosca detalló que en los sistemas de investigación producen 1.000 kilos de sólido y tienen un ingreso de capital de casi US$ 1.000 por hectárea son muy exigentes en carga. Tienen 2,5 vacas masa por hectárea y el consumo de pasto es del 50% y la dieta contiene más concentrados, lo que les permite producir más kilos de sólido por vaca masa. Por lo tanto, cuentan con un nivel de inversión e infraestructura óptima.
En el caso de los establecimientos comerciales “estamos en el subóptimo del uso de ración para producir más leche. A nuestra lechería le cabe más uso de concentrados”, admitió.
Comentó que la razón que se esgrime, en muchos casos, tiene que ver con el costo. Sin embargo, puntualizó que allí está considerado el costo de oportunidad, el de estructura y la renta de la empresa que lo fabrica, factores que no se tienen en cuenta al medir el costo del pasto.
Crecimiento de los encierros
Mosca admitió que le llama la atención “la velocidad de adopción de los encierros techados en la lechería”. Dijo que “por diversos motivos los productores empezaron a encerrar”, aunque puntualizó que “no es para todo el mundo”, sin embargo quienes lo han hecho “están convencidos”.
Sobre las fortalezas de los encierros techados, también conocidos como cama caliente, señaló: la eficiencia de conversión frente a los sistemas pastoriles, que tienen una eficiencia de conversión baja; las relaciones de precios favorables; la eficiencia de la producción de materia seca; la complejidad de usar el pasto; la estabilidad garantizada de los resultados; la alta rentabilidad marginal de cada dólar invertido; y que es una alternativa a las dificultades de acceder al recurso tierra por la competencia de la agricultura.
El 25% superior de Fucrea
El coordinador de gestión explicó por qué las empresas lecheras que integran el 25% superior de Fucrea se distingue tanto frente al promedio. Señaló que manejan 31% más carga, lo que les permite tener muchos más litros por hectárea (43%) y también producen más litros por vaca masa. Además dan mucho más concentrado por hectárea y son más eficientes por litro de leche.
“A todo esto le llamamos gerenciamiento. Es una variable que no hay cómo cuantificar”, pero tiene que ver con el “manejo de recursos materiales y humanos, algo muy importante para la lechería del futuro”, planteó.
Agregó que “gastan 36% más, tienen 48% más de estructura, pero igual les permite tener 62% más de ingreso de capital”. Al multiplicar ingreso de capital por superficie, los dos grupos ganan lo mismo, pero señaló que los del 25% superior “tienen el mismo ingreso con mucha menos área”.
Lechería en Uruguay y Fucrea
El 66% del área destinada a la lechería en Uruguay es arrendada y en Fucrea 42% de la tierra es propia. A nivel país 61% del área de la lechería corresponde a praderas y verdeos y en el caso de Fucrea es 58% . En 2021 los establecimientos Crea fueron responsables del 16% de la leche que se produjo en Uruguay, y el rodeo de esos establecimientos representó 13% del total, 12% de las vacas masa y 14% de las vacas en ordeñe, “lo que refleja la eficiencia reproductiva del rodeo”, resaltó el coordinador lechero de Fucrea, Renzo Pisciottano.
Agregó que a nivel nacional casi 23% de los tambos son de menos de 50 hectáreas, sin embargo en Fucrea no hay ninguno de esa escala. “Solo hay dos establecimientos” de poco más de 50 hectáreas, “de 52 y 54 hectáreas. Casi la mitad de Fucrea explota más de 500 hectáreas”, detalló.
En cuanto a la producción de litros de leche por hectárea, las empresas que integran Fucrea producen 88% más que el promedio nacional. “Los tambos Crea han mejorado su resultado muy por encima de lo que le hubiera permitido el aumento de precio de la leche, con el aumento de productividad y eficiencia en el uso de los insumos”, destacó el ingeniero agrónomo.
También indicó que “se trabaja en la generación de indicadores ambientales, humanos”, como el recambio generacional, entre otros.
“Sabemos que la lechería tiene futuro desarrollando estas cosas. Se está haciendo un gran trabajo en tema ambiental con INIA. La interconexión es muy grande y también trabajan otras instituciones como Conaprole”, comentó.
Además, dijo que “las edades de los productores” son “bastante altas”, y “debería darse un recambio de generación para asegurar que las unidades productivas se mantengan”. Y planteó que “cuando no hay nadie que venga atrás la asociación puede ser un tipo de integración”.