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Inspirado en Cambridge, el Ministerio de Educación ingresa en la evaluación de la calidad de los textos de estudio de la ANEP
En 2022, el MEC probó la metodología en coordinación con expertos de la Universidad de Buenos Aires y de la Organización de Estados Iberoamericanos; en 2023, reclutará y formará a los evaluadores y a fin de año presentará los resultados “para que otros decidan”
Con la idea de “avanzar hacia una evaluación de textos de estudio más profesional en Uruguay”, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) viene trabajando “en el desarrollo de una metodología y de los instrumentos necesarios para mejorar la calidad de los libros” que circulan en el ámbito de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP).
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Para ello, el MEC estableció un acuerdo con un grupo de especialistas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y en cooperación con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), según informó a Búsquedael ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira. La iniciativa se inspira “especialmente” en el modelo aplicado y difundido por la Universidad de Cambridge, del Reino Unido.
Dado que el Ministerio de Educación no tiene competencia para decidir qué libros de texto se usarán en los centros educativos –esa potestad corresponde, según los casos, a las autoridades de ANEP, a las comunidades educativas y a las familias–, la secretaría de Estado “se limitará a generar información e insumos para las decisiones que eventualmente tomen otros actores”, dijo el titular del MEC.
“El MEC no decide cuáles son los textos que se manejan en el sistema educativo. Y nosotros violaríamos la Constitución si pretendiéramos que el MEC le dijera a ANEP qué texto puede utilizar o no. Pero no violamos la Constitución si los evaluamos y hacemos públicos los resultados y luego que hagan lo que quieran”, explicó. Así el ministerio respetará “estrictamente” esa división de tareas y “no se meterá” en área ajena, avisó.
No obstante, Da Silveira sostuvo que el MEC, “por ser el ámbito donde la visión ciudadana mira a la guía educativa”, está habilitado a “generar insumos para la toma de decisiones por parte de otros agentes”. Y de ahí explicó la aplicación de “un sistema de evaluación de textos desarrollado y ya probado a un conjunto de libros de estudio” durante 2022.
“Supongamos, un conjunto de textos que se usan para enseñar Biología en primer ciclo de educación media. Lo que hará el MEC es publicar los resultados de estas evaluaciones de calidad, sin tomar ninguna decisión”, indicó. “Eso puede ser un insumo útil para ANEP, para las comunidades educativas que muchas veces deciden qué textos se van a utilizar y para las familias, a fin de que tengan elementos de juicio acerca de la calidad de los textos que usan sus hijos”.
El jerarca también espera que la difusión pública de los resultados de esta tarea de evaluación, a través de la prensa y de los medios de comunicación del propio ministerio, “aporten elementos de juicio e incentivos de mejora para la industria editorial”.
Los libros de texto, o textos de estudio, son obras diseñadas, para usar como guía, soporte o complemento de la actividad educativa. Se trata de “un instrumento muy importante para la acción educativa en todo el mundo” y “uno de los factores que más influyen en la calidad de los aprendizajes”, valoró Da Silveira, y concluyó que para que esa influencia sea positiva, las obras deben ser “de buena calidad”.
El anuncio del MEC llega a semanas de la discusión sobre el programa de Historia del noveno grado de la Educación Básica Integrada (EBI) –equivalente al actual tercer año de la educación media– que ha sido uno de los aspectos más debatidos de la transformación curricular impulsada por la ANEP. Ello obedeció a varios cambios que el Consejo Directivo Central (Codicen) del ente autónomo introdujo en la bibliografía sugerida para docentes de ese grado.
Algunas de estas modificaciones generaron críticas en distintos actores implicados en la enseñanza de la historia en la educación media. Entre los textos incluidos uno de los más discutidos desde el mundo académico, político y sindical fue La agonía de una democracia, del expresidente de la República y actual secretario general del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti.
Cambridge
A principios del actual gobierno, el MEC decidió crear un programa de evaluación de textos dependiente de la Dirección Nacional de Educación, con el objetivo de incorporar “una práctica propia de los sistemas educativos maduros” y de generar información para la toma de decisiones, explicó el ministro.
También procuró “extender la cultura de evaluación” de Uruguay a un ámbito en el que aún no se ha desarrollado y “generar insumos para un debate público mejor fundamentado”.
Actualmente, existen en el mundo organizaciones independientes, unidades de evaluación e instituciones académicas dedicadas a la valoración de estos textos de estudio. Da Silveira citó el caso de la Universidad de Cambridge, que cuenta desde hace años con un programa que brinda servicios a diferentes sistemas educativos y que ha desarrollado una metodología de referencia.
Para el ministro, avanzar hacia una evaluación de textos “más profesional” implica “construir herramientas y capacidades locales” en la materia. Ese esfuerzo vale la pena, dijo, porque “la experiencia enseña que la mejora de la calidad de las evaluaciones favorece la mejora de la calidad de los textos disponibles”.
“Así estamos dando un paso importante en el avance hacia políticas públicas más actualizadas”, valoró.
La acción realizada hasta ahora por el MEC incluyó un examen actualizado de “buenas prácticas internacionales”, un estudio de las metodologías más reconocidas en el mundo, la definición de un enfoque metodológico propio, el desarrollo de un instrumento de evaluación, además del testeo de este instrumento por parte de “personas idóneas” de Uruguay y Argentina, y la “corrección y ajuste del instrumento” para la evaluación de los textos.
Según Da Silveira, su cartera trabajó “todo el año en silencio” sobre el tema. “Ahora que lo hemos probado sobre textos reales que se usan en Uruguay, y que hemos ajustado bien la metodología, el siguiente paso es el reclutamiento y formación de evaluadores de libros de texto dirigidos a docentes, expertos en didáctica o en edición de textos”, señaló.
En la segunda mitad del año se hará una primera experiencia de evaluación de textos en uso y sobre fin de año se darán a conocer los resultados de este trabajo.
La evaluación de la calidad de un libro de texto “no es sencilla”, evaluó el ministro, porque estas obras tienen “mayores niveles de complejidad” que otros productos editoriales. Quienes se dedican profesionalmente a estas tareas deben considerar factores tales como el cuidado del idioma, la cantidad y relevancia de la información aportada, la adecuada organización del material, la coherencia de las progresiones pedagógicas, el diseño gráfico y las características físicas del libro. En general son libros de autoría múltiple en los que intervienen expertos en contenidos, especialistas en pedagogía, diseñadores gráficos, creativos y otros profesionales de alto perfil técnico.