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Eduardo Radaelli está harto de que permanentemente se asocie su nombre al llamado caso Berríos. “Es un tema que pasó hace 30 años y siempre reaparece en la prensa para hostigarnos políticamente: cada vez que me nombran por Cabildo Abierto aparece el caso Berríos”, protestó este teniente coronel retirado, que es también uno de los principales asesores del senador y líder partidario, Guido Manini Ríos. “Es como decir: ‘Este delincuente está en Cabildo Abierto’”, afirmó.
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Radaelli entró a la Escuela Militar en 1976, donde conoció a Manini Ríos, uno artillero y el otro infante, y son “amigos de toda la vida”. Hasta ahora ha mantenido un perfil público bajo, coordinando con las distintas agrupaciones cabildantes y comunicado “la línea estratégica” del partido. De hecho, fue coordinador electoral en las municipales y trabajó para el comando territorial de la campaña de la candidata multicolor Laura Raffo.
Eugenio Berríos fue un bioquímico chileno que integró la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) durante la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile, entre 1973 y 1977. Ingresó a Uruguay con un pasaporte falso en 1991, fue secuestrado en 1992 y hallado muerto en 1995 en una playa de Canelones con dos balas en la nuca.
Aunque hoy prefiere no entrar en detalles sobre aquel episodio de su vida, Radaelli insiste en que se cometió una “grandísima injusticia” con él y con los otros militares involucrados en el caso, los coroneles retirados Tomás Cassella y Wellington Sarli, todos condenados por la Justicia chilena.
“Que conocí a Berríos, ya lo dije, es cierto. Que estuvo en mi casa en Parque del Plata ese fin de semana, también es cierto. Ahora, todo lo otro que se ha dicho... Que Berríos fue secuestrado, que fue asesinado por integrantes del Ejército uruguayo... Toda esa otra historia... Todo eso es una novela que se armó, por irregularidades de la Justicia chilena. ¡Acá en Uruguay nunca se pudo comprobar absolutamente nada! ¡Y pasaron 13 años de investigación, cuatro jueces y cinco fiscales…! ¡Todo en plena democracia! Y después se llega a la extradición, una barbaridad jurídica desde el punto de vista técnico, para ser juzgados en Chile. Que se hizo porque políticamente servía hacerlo. Y, bueno, hoy la versión es esa”, contó.
La Justicia chilena comprobó la participación de servicios de inteligencia militares de Uruguay y Chile en este caso y resultaron condenados 11 militares chilenos y tres uruguayos: Casella, Sarli y Radaelli.
“Si estudiamos lo que hizo la Justicia chilena y lo que nosotros le presentamos... Si estudiamos cuándo nos dio pelota y cuándo no, que fue la mayoría de las veces..., ¡era pelear contra molinos de viento…! Porque la chilena es una Justicia ideologizada, política y, se lo tengo que decir de esta manera porque es así, una Justicia corrupta”, aseguró Radaelli. “Dieron por válidas las declaraciones de un testigo pago y no las mías. ¡Eso en la justicia es corrupción! Podría nombrar millones de cosas más, pero no vienen al caso ahora. La chilena es una Justicia totalmente corrupta”.
Bioquímico chileno Eugenio Berríos
En 2015, el Tribunal Supremo de Chile dictó sentencia definitiva en la investigación por los delitos de secuestro, homicidio y asociación ilícita en la muerte de Berríos. Radaelli fue condenado a 10 años y un día de prisión por su responsabilidad como autor de secuestro y 800 días por asociación ilícita. “No me condenaron por el asesinato. Ni acá ni en Chile ni en ningún lado. Ya tuve que declarar por eso, y quedó superclaro”, indicó.
A finales de 2016, volvió a Uruguay a cumplir su condena y en diciembre de ese año recibió la libertad condicional. “Hoy es un tema pasado. Yo tenía 34 años entonces y ahora tengo 62. Todo eso me costó 10 años en el destierro y varios de cárcel. Por eso me molesta cuando no se dicen todas las verdades, cuando primero ponen este caso... por una cuestión personal, humana”, dijo, y agregó: “No tengo una gota de odio”.