Mariano fue una estrella fugaz en la Intendencia de Montevideo.
Mariano fue una estrella fugaz en la Intendencia de Montevideo.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáDesde los años que compartimos tardes con el Ingeniero Dieste, él y yo, donde escuchar como la arquitectura adaptada a la solución más elegante podía ser también la ajustada a los recursos limitados de un país pobre.
Cuando el presidió la comisión que me dio el premio nacional de infraestructura del FIABCI por la Terminal Portuaria de ONTUR, recordamos esos días y como el Museo de Arte Moderno de Los Ángeles había nombrado a Dieste entre los mejores arquitectos del siglo XX.
“Muchos creen que el Ingeniero Dieste es el mejor arquitecto uruguayo, ¡y yo también!” sonrió Mariano.
Cuando lo invité a la Inauguración del Anfiteatro del Rio Uruguay en Paysandú, quedó fascinado con la vista del río desde la tribuna de 20.000 personas, y la cáscara inédita de homenaje a Dieste. “Si tuviera esto en Montevideo, para 20.000 personas, ¡que movidas que haría! ¡Lo vendrían a ver de todas partes!”
Desde la Intendencia de Montevideo, empujó para una ciudad a la medida de la gente, con prioridad para el vecino y el patrimonio, que esta Intendencia ya se ha olvidado.
Obligó a las empresas a no romper veredas ni calles, y colocar tuberías y cables con perforadoras horizontales dirigidas, una tecnología disponible. Ahora rompen todo porque es más barato, con un cartel “CRUCE A LA OTRA VEREDA”, aunque eso sea un riesgo para el peatón y un riesgo innecesario para el vecino frentista.
Obligó a utilizar equipos especializados, disponibles, para subir muebles o equipos en los edificios. Ahora ya no, ayer mismo cortaron la calle todo el día para usar una grúa monstruosa para lo mismo, sin consideración para los vecinos de mi calle. Lo mismo con los camiones bomba de hormigón, que pagando cortan el tránsito y desorganizan la vida de los barrios.
La protección del patrimonio que fue su pasión, pudo empujarla en la Ciudad Vieja y en edificios magníficos, en la Rambla Sur, en teatros y templos que se restauraron. Esos serán los que mantendrán en el tiempo la cultura uruguaya, y una referencia para los que vengan luego.
Y a escala humana, como las rampas para bajadas y duchas en las playas, bancos cómodos en las plazas y las ramblas, placitas en los barrios para pasear los niños y las familias.
Ojalá una próxima Intendencia recoja su guante que quedó olvidado, para que Montevideo vuelva a ser la bella Tacita de Plata, en la entrada del Rio de la Plata.
Ing. José M. Zorrilla