• Cotizaciones
    sábado 26 de abril de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    Quijano el mismo, otro

    Columnista de Búsqueda

    Nº 2173 - 12 al 18 de Mayo de 2022

    Quijano o Quesada quiso ser Quijote, un simple sufijo hizo toda la diferencia en una vida que decidió reinventarse en dirección a lo más grande, a lo que no tiene límites, a lo que confiere sentido supremo a la existencia. El Quijote, debe reconocerse, se ha venido leyendo muy a la ligera y por eso se han perdido en medio del ruido de las caricaturas benevolentes estas gemas radicales que aquí y allá están diseminadas por todo el texto. Con Cervantes ocurre algo análogo a lo que registramos en nuestra experiencia con Shakespeare cuando nos preguntamos: ¿cuánto tiempo se habrá pasado pensando en esto? Sabemos la respuesta; nos consta que a despecho del tamaño y profundidad de este tipo de hallazgos que parecen incidentales y que no toda la crítica supo ver, Shakespeare escribió sus obras en muy poco tiempo; nos damos cuenta de que detrás de esa frescura en la que parece que la pluma volara hay una densidad tal de contenido que solamente una explicación mística debería imponerse para entender cómo estos individuos pudieron fijar en minucias tantos significados. Tal vez por eso Victor Hugo decía de Shakespeare que fue un dios, una entidad divina con la única objeción de que fue un dios mortal; hasta en eso es paradójico.

    Y con Cervantes tenemos un asombro similar; alcanza con el solo manejo del sufijo para hacernos cambiar el enfoque de la novela y ver que encierra mucho más que una serie de anécdotas graciosas y disparatadas que de manera muy entretenida nos hacen reír a voz en cuello, plácidamente sonreír o simplemente pensar. Con la decisión íntima de Quijano o Quesada de cambiarse el nombre aparece ese rasgo de lo genial-inexplicable que estoy tratando de destacar. La resolución es magnífica por donde se la quiera afrontar: el sufijo ote a veces tiene un carácter despectivo, por ejemplo, cuando se habla de un amigote, o de una cabezota, se hace de manera despectiva. Y asimismo se puede usar de manera neutra, por ejemplo, al decir grandote en vez de grande.

    Pero el bueno de Quijano o Quesada no eligió el sufijo ote en su connotación despectiva, y mucho menos para modificar su apellido, del cual estaba muy orgulloso, sino que lo aplicó en el sentido aumentativo, en lo que tiene de añadir volumen al nombre sobre el que opera. Quiso ser superlativamente quien es, serlo en su mejor versión, en el colmo de sus posibilidades y, como se verá a lo largo de toda la novela, aún más. Quijote connota un Quijano que se agranda, que sale del estrecho mundo al que ha sido condenado por la historia, por la geografía, por los calendarios, por la política, por la marcha regular de los astros, por el paso de los años, por las rutinas de la aldea, por los afanes de días sin mayores noticias que las que pueden comentar el barbero o el cura, sin más aventura que el extravío de una cochina o la enfermedad de una escuálida ternera. En ese mundo solamente hay una salida: la biblioteca, la querida biblioteca que apertura hacia el infinito, donde todo es posible. La libertad de ser en toda su amplitud. El sufijo deriva de allí; de donde nace todo lo digno de ser vivido. Del libro.

    Enseñó Aristóteles que toda acción necesita un propósito. Por lo tanto, crea una finalidad. Según la teoría del movimiento de Aristóteles, el propósito genera la acción. Todo movimiento se hace con un fin; todo lo que existe tiene un fin. Por ejemplo, cuando uno quiere algo es necesario que vaya en esa dirección. Esto se explica con la determinación, la elección de los medios para acceder, en fin, el acto voluntario se compone de tres o cuatro características. Una de ellas es la identificación del objeto, otra el discernimiento de los medios adecuados, y demás. El sentido del ser es ser para algo. Uno es lo que es y solamente puede ser lo que es y no puede ser otra cosa. Para poder ser caballero, se necesita tener un propósito. El propósito que es llenar una finalidad, puesto que la finalidad es lo que hace posible el ser. Si no hay un para qué, no importa el qué ni el cómo.

    En ese sentido, el primer acto de su libertad es la identidad; ser libre es querer ser lo que se es. Pero ser libre es, por sobre todas las cosas, tener un propósito para ser. Aquí es donde emerge la expansión; la búsqueda del sentido, por el mero hecho de ser lo que es, es siempre trascendencia.

    Cervantes, antes que Kierkegaard, tuvo algo que decirnos acerca de la singularización.