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    Servicios del estudio Damiani para Figueredo incluyeron proveer testaferros que adquirieron propiedades a nombre del ex dirigente

    Los servicios que brindó el estudio JP Damiani & Asociados al ex vicepresidente de la FIFA Eugenio Figueredo incluyeron la provisión de testaferros que se encargaron de comprar varias de las propiedades que el dirigente procesado adquirió con dinero de coimas a través de sociedades anónimas.

    En las transacciones de al menos siete propiedades que Figueredo reconoció tener en su acuerdo con la Justicia uruguaya, aparecen como firmantes de los compromisos de compraventa personas que eran empleadas del estudio Damiani o a las que el bufete recurría asiduamente para que actuaran como apoderados de sociedades de clientes que querían comprar inmuebles sin que sus nombres quedaran registrados, según información a la que accedió Búsqueda.

    Como derivación del procesamiento de Figueredo en diciembre de 2015, la Justicia especializada en Crimen Organizado investiga el nivel de participación del estudio Damiani y de otros profesionales en el esquema que permitió al ex presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol adquirir propiedades con las coimas que recibió de manos de empresarios a cambio de favorecerlos con los contratos de televisación de torneos de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).

    Las fechas.

    En diciembre del 2013 siete equipos de fútbol y la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales presentaron una denuncia penal ante la Justicia de Crimen Organizado contra Figueredo y otros dirigentes y empresarios por los delitos de estafa, asociación para delinquir y lavado de activos.

    Pocos meses después, en febrero del 2014, el fiscal Juan Gómez consideró que había mérito suficiente para investigar y para citar a Figueredo en calidad de indagado, quien declaró finalmente en octubre de ese año.

    En mayo del 2015, después de la detención de Figueredo en Zurich (a pedido de la Justicia de Estados Unidos), Damiani, que había denunciado a Figueredo por estafa, lavado de activos y asociación para delinquir, se presentó ante las autoridades uruguayas para informar que su estudio manejaba algunas sociedades anónimas del ex vicepresidente de la FIFA.

    El estudio trabajó para sociedades de Figueredo al menos hasta marzo del 2015, según surge de los “Panama Papers”, una investigación internacional en la que participó Búsqueda junto a un centenar de medios de todo el mundo y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.

    Cuando fue interrogado por la Justicia uruguaya en diciembre del 2015 acerca de sus sociedades anónimas, Figueredo dijo que “la mayoría se las compraba” a Damiani. “Ellos me pasaban trimestralmente qué impuestos debía pagar y ellos lo pagaban, y debo decir que eran trabajos honorarios”, añadió.

    Damiani fue a declarar como testigo en el caso en dos ocasiones. La última fue el 28 de enero del 2016, cuando Figueredo ya había sido procesado por un delito continuado de estafa en reiteración real y un delito continuado de lavado de activos. “El estudio que presido nunca manejó un solo peso de Figueredo”, dijo Damiani a la salida del Juzgado en rueda de prensa, según consignó “El Observador”. “Nunca realizamos ninguna tarea de ocultamiento de los bienes. Nosotros no manejamos ni un solo peso de Figueredo”.

    Los testaferros.

    El ex vicepresidente de la FIFA debió declarar otra vez en junio del 2016, en esa ocasión como parte de las investigaciones derivadas de la causa por la que fue procesado. En ese marco, Figueredo fue interrogado sobre los detalles de la operativa mediante la cual recibía los sobornos y luego adquiría propiedades mediante sociedades anónimas.

    Figueredo y su esposa participaron en varios emprendimientos inmobiliarios junto a Weiss Sztryk Weiss (WSW).

    “En la última época, cuando vinieron los ingresos más grandes fue cuando hicimos las inversiones más grandes. (…) (Daniel) Weiss me llamaba y me decía cuánto dinero precisaba para un emprendimiento y yo le decía que en cuatro o cinco días lo tenía. El sponsor depositaba el dinero en el número de cuenta que me había dicho Weiss a través de giros bancarios”, relató. (Ver nota aparte)

    Consultado acerca de quién le manejaba las offshore, Figueredo mencionó al estudio Damiani, aunque aclaró que ese bufete “no llevaba la contabilidad” de sus empresas.

    El interrogador le preguntó al ex dirigente cuál era su relación con los apoderados que aparecían representando a sociedades de su propiedad, entre los que nombró a Martín Carlos Darriulat, Manuel Corral Cano, Javier Rubira y Gustavo Ángel Veiga Dobrich. Figueredo respondió: “Ninguna, no los conozco aunque aparezcan firmando”.

    La siguiente pregunta fue “quién tomaba la decisión de quién lo representaba”. “Creo que era una combinación entre el estudio contable de Damiani, la empresa Weiss y el escribano (Élder) Améndola”, afirmó el entonces indagado.

    “Hay personas que en nombre de sus sociedades compran propiedades, se endeudan y usted no las conoce, no sabe quién las nombró pero firman por voluntad suya. ¿Qué tiene para decir al respecto?”, inquirió el investigador.

    Y Figueredo respondió: “No conozco que compraran a nombre mío y se endeudaran a nombre mío. (…) Yo hacía el negocio pero desconocía la ingeniería de cómo se instrumentaban los mismos”.

    El portal de noticias Sudestada divulgó en setiembre que Darriulat —uno de los nombres mencionados en el interrogatorio que Figueredo dijo no conocer— firmó “un compromiso de compraventa con Daniel Weiss Callejas, presidente del directorio de Dilony SA, la empresa constructora creada por el estudio WSW para la creación del edificio Imperiale Rambla, que se convertiría en el Hyatt Hotel”.

    Darriulat actuó, el 17 de enero de 2013, como “apoderado especial y en nombre y representación de Gilson Overseas SA”, una empresa panameña de Figueredo que recibió dinero de la corrupción. Gracias a esa compraventa, la offshore obtuvo los apartamentos 807, 808, 1103 y 1203 del futuro hotel.

    “De acuerdo a la escritura que autorizó el 4 de enero de 2013 el escribano José Pedro Damiani Blengio, Gilson Overseas SA (cuya dirección coincidía con la del estudio Damiani) confirió poder especial a Martín Carlos Darriulat”, según el documento que publicó Sudestada.

    Fuentes consultadas por Búsqueda explicaron que en el interrogatorio a Figueredo se mencionó a Darriulat, Rubira, Corral Cano y Veiga Dobrich porque ellos y Justiniano Francisco Romero participaron en una decena de transacciones en nombre de sociedades de Figueredo. En 7 casos firmaron compromisos de compraventa y/o escrituras definitivas y en algunos casos fueron quienes tomaron posesión de los inmuebles. Además participaron en al menos dos ventas de propiedades y en la firma de adhesión al fideicomiso del Hotel Hyatt. Algunos de esos bienes integran la lista de propiedades que el ex dirigente de fútbol incluyó en el acuerdo de colaboración con la Justicia uruguaya a cambio de una reducción en la pena.

    El estudio Damiani recurría con asiduidad a esas cinco personas para que actuaran en nombre de decenas de clientes que querían comprar propiedades en Uruguay a través de sociedades anónimas y sin que figuraran sus nombres, según surge de los “Panama Papers” —11, 5 millones de documentos del bufete panameño Mossack & Fonseca—. De acuerdo a esa base de datos, Rubira y Veiga Dobrich eran empleados del estudio del presidente de Peñarol.

    Otros ejemplos de la participación de Darriulat tras gestiones del estudio Damiani muestran que el rematador obtuvo poderes en 2012 para comprar un predio en Manantiales, Maldonado, para la sociedad Cassius Company. En 2015 fue apoderado de Delwood International en la adquisición de dos apartamentos en el edificio Le Parc, en Punta del Este.

    Darriulat y Veiga Dobrich actuaron, en octubre del 2014 y también por intermedio del estudio uruguayo, en nombre de Casupa Services para adquirir un inmueble en Ciudad de la Costa, Canelones.

    Veiga Dobrich representó en 2012 a Chevalier Global, otra sociedad de clientes de Damiani, en la adquisición de un predio en Maldonado.

    Rubira tuvo un poder de representación sobre Gilson Overseas y también actuó para otras sociedades del estudio Damiani, lugar donde trabajaba. Junto con Veiga Dobrich, por ejemplo, recibieron un poder en 2012 para comprar un predio en Punta Ballena a nombre de la offshore Tencity Company.

    Que Rubira fuera empleado del estudio daba otras ventajas. Así, por ejemplo, en julio de 2013 el estudio uruguayo necesitaba aprobar un “poder general de administración y disposición” con fecha del 2012 para la sociedad Hallwood Holdings Global, cuyo director y beneficiario final era el empresario argentino Ramón Ricardo Jorge.

    El poder también debía estar a nombre de Jorge, lo cual era un problema para el estudio. En un correo electrónico dirigido a Mossack & Fonseca, donde emitirían el poder, JP Damiani & Asociados planteó como solución que su empleado firmara un documento con fecha antedatada: “A fin de que el poder no sea otorgado por la misma persona que funge como director y beneficiario del poder, y aprovechando que entre los días 11 y 18 de octubre de 2012 actuó como director el señor Javier Rubira, funcionario de nuestro estudio, es que se nos ha solicitado que se resuelva el otorgamiento en ese momento, para que el mismo sea otorgado por una persona distinta al beneficiario”.