Cuestionamientos de Bolsonaro a las negociaciones con China suman obstáculos a la estrategia internacional uruguaya

REDACCIÓN  
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En un principio, cuando el tema saltó a los primeros planos en abril del año pasado, Brasil era visto como un aliado —el aliado— de Uruguay en sus pretensiones de flexibilizar el Mercosur. Para octubre, el silencio del gigante sudamericano y su acercamiento con Argentina, el otro coloso del bloque, generaba las primeras dudas. Finalmente, el lunes 10 de enero, en declaraciones a Radio Sarandi, del municipio homónimo de Rio Grande do Sul, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, calificó directamente como “un problema” la intención de su par uruguayo Luis Lacalle Pou de negociar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China de forma bilateral.

“El tema Mercosur es siempre inestable, con sus pros y contras. En este momento Uruguay quiere comprar todo lo que viene de China directamente, independientemente de la cláusula de barrera. Es un problema que estamos enfrentando”, dijo Bolsonaro a la emisora gaúcha. Si bien precisó que él “particularmente” entiende que “un Brasil libre” de los consensos que exige el bloque podría tener un mejor desempeño comercial, añadió que su gobierno respetará “los acuerdos que se han hecho en el pasado”.

Esta postura, ahora explícita, deja al gobierno uruguayo “bastante empantanado” en sus intenciones y desnuda que su estrategia respecto a China “no resultó clara”, según coincidieron varias fuentes diplomáticas uruguayas y del Mercosur consultadas por Búsqueda. Las declaraciones de mandatario brasileño dejan a Uruguay aún más solo que luego de su reciente negativa, formalizada el 17 de diciembre, de acompañar la rebaja de un 10% del Arancel Externo Común (AEC) del Mercosur impulsada por los dos socios mayoritarios y apoyada por Paraguay, el miembro restante. “Se buscaba que Brasil se mantuviera al margen (de las negociaciones con China), pero estas declaraciones nos meten en un callejón sin salida. Logramos un milagro impensado: unimos a Bolsonaro con (el presidente argentino, Alberto) Fernández”, añadieron los informantes.

Ambos mandatarios, ubicados en las antípodas del pensamiento político, han tenido cruces que han llegado a lo personal. Estas declaraciones de Bolsonaro fueron recogidas por distintos medios argentinos, como la agencia noticiosa estatal Télam.

Mirada de bloque

“Más que un ‘problema’, lo que se ha generado con Uruguay es una incomodidad que puede afectar el animus societatis (intención de colaboración entre los asociados a una misma empresa) del Mercosur”, señalaron fuentes diplomáticas del bloque.

El viraje de la postura de Bolsonaro, dijeron, puede deberse a que Uruguay eligió al aliado equivocado en Brasil. El acercamiento del gobierno de Lacalle Pou fue con el ministro de Economía del país vecino, el ultraliberal Paulo Guedes. De hecho, de él obtuvieron “una señal favorable” al planteo de negociar un TLC bilateral con China, durante la visita que en junio le hicieron los ministros de Economía, Azucena Arbeleche, y de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo. Sin embargo, la Cancillería brasileña, Itamaraty, no compartía la línea de Guedes.

“El ministro Guedes fue perdiendo fuerza en este tiempo. La visión política de la integración que tiene Brasil en Itamaraty tuvo un peso relativo mayor a la postura económica más liberal de su ministro de Economía”, indicaron las fuentes del Mercosur consultadas.

En un mercado bursátil con turbulencias que hicieron temer por su dimisión y la necesidad de priorizar gastos sociales por sobre el ajuste fiscal, Bolsonaro —que está bastante mal parado en los inicios de un año electoral que seguramente lo enfrentará con el izquierdista Luiz Inácio Lula Da Silva— dejó en falsa escuadra a su secretario de Estado.

“Uruguay priorizó un vínculo con Guedes y luego Brasil tomó otro camino. Guedes quedó debilitado y Uruguay también”, resumieron. La ausencia de un Plan B le quita al país un mayor margen de maniobra, agregaron.

Tanto se ha escogido la vía económica por sobre la diplomática que el embajador uruguayo en Brasil, Guillermo Valles, tuvo muy poca participación en este tipo de negociaciones. Valles, además, no tiene una buena relación con el canciller Bustillo; eso es algo que, además de incidir negativamente en este vínculo, preocupa al Partido Colorado, socio mayor del Partido Nacional en la coalición de gobierno.

Turquía

En ambientes diplomáticos uruguayos está creciendo la idea de que China no le está dando mayor importancia a avanzar en un TLC con Uruguay, pese a que se mantiene cierto optimismo sobre la posibilidad de finalizar en el primer semestre del año el estudio de factibilidad. En setiembre de 2021 la intención era culminar el proceso antes de fin de año, algo que no ocurrió.

De acuerdo con distintos diplomáticos, esa ausencia de avances con China colaboró a debilitar la posición uruguaya en el seno del bloque. En este contexto, entrevistado por Canal 4 el 22 de noviembre el presidente, Lacalle Pou, dijo que el país había recibido “formalmente la presentación de Turquía para iniciar un TLC con Uruguay, a partir de marzo”.

Ubicado entre Asia y Europa, Turquía tiene un mercado de casi 84 millones de personas y su Producto Interno Bruto la ubica hoy como la onceava economía del mundo.

Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de Paraguay, país que recientemente asumió la Presidencia Pro Témpore del Mercosur, dijeron a Búsqueda que “fue Uruguay el que se acercó a Turquía”, que recién están evaluando una propuesta de ese tenor y que “ellos privilegian un vínculo con el bloque antes que uno bilateral”.

El martes 11 de enero el embajador de Turquía en Paraguay, Serhat Aksen, fue recibido en la sede de la Cancillería paraguaya. Según consignó el portal institucional, el diplomático turco “manifestó el interés de su país para retomar el diálogo en el ámbito del Acuerdo Marco para el Establecimiento de un Área de Libre Comercio” entre el bloque y su país, el que fue negociado en 2008 y que entró en vigor en el año 2019.

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2022-01-20T00:04:00