El intendente de Salto y Cuba

En la pasada edición de Búsqueda (N° 2.189) se publica una entrevista realizada por el periodista Santiago Sánchez al intendente de Salto, Andrés Lima, que si bien comienza con preguntas y respuestas relacionadas con la gestión departamental, luego se enfoca en su calidad de referente político del Frente Amplio, manifestando su intención de generar lo que podríamos llamar una tercera vía, tomando distancia del Partido Comunista y del MPP, definiendo la agrupación por la que está trabajando como de centroizquierda. Este reportaje se suma a otras apariciones en la prensa del intendente Lima y a la difusión de su postura sobre temas nacionales que buscan posicionarlo como un nuevo referente, en especial para el interior del país. Es un dirigente joven, con experiencia parlamentaria y gestión departamental que está construyendo una nueva agrupación dentro del FA. Pero para desazón de los que esperamos que nuestros dirigentes políticos sean críticos, sensatos y honestos intelectualmente, varias respuestas de Lima nos defraudan. Ante la pregunta de si no cree que falta acordar políticas de Estado entre gobierno y oposición contesta que el presidente del FA, Fernando Pereira, ha hecho planteos al respecto. El periodista le pregunta por qué en los 15 años de gobierno del Frente no se acordaron políticas de Estado, o sea dar participación a la oposición en temas nacionales. Bueno, la respuesta es increíble, contesta: “No sé”. Así que no sabe que durante 15 años el FA, con mayorías parlamentarias, gobernó en solitario sin dar participación alguna a la oposición y que seguramente este fue uno de los motivos por los que la ciudadanía votó a los actuales gobernantes. Autocrítica cero, y con todo respeto agrego, un poco de cinismo. Luego, tan o más grave que culpar al actual gobierno de hacer lo mismo que en los tres gobiernos anteriores, es su respuesta sobre Cuba. Ante la pregunta de si considera correcto que sectores del FA saludaran al gobierno de Nicaragua por un nuevo aniversario de la Revolución sandinista, responde categóricamente que no se trata de una democracia, y si bien no lo dice expresamente admite que Ortega es un dictador. Consultado por Cuba, responde: “Cuba es distinto. Es el pueblo y su gente la que decide organizarse de una determinada manera…”. Al parecer, al autodefinirse como de izquierda se deben asumir posturas obligatorias, excluyentes e incuestionables, siendo la principal de ellas glorificar a Cuba, defender su proceso revolucionario y sin que se note la más mínima duda afirmar que es una democracia plena, y si se los apura un poco,  bueno, una democracia diferente. Cuesta aceptar que aquellos que proclaman y demandan no más terrorismo de Estado defiendan el gobierno dictatorial de la nomenklatura cubana integrada por la familia Castro, allegados y altos mandos militares. En Cuba no existe la libertad de opinión, a aquellos que el pasado 11 de julio de 2021 salieron a las calles a manifestar disconformidad con el gobierno se los reprimió y a muchos de ellos se los detuvo y juzgó (sumarió) y recibieron condenas que van de 10 a 30 años de cárcel por el simple hecho de manifestarse pacíficamente contra la dictadura cubana, incluso estas penas recayeron sobre menores de edad. La gran mayoría de los cubanos han nacido y criado en un Estado represivo que condena a sus habitantes a la pobreza y sumisión. El absurdo (y parcial) bloqueo de los EE.UU. a Cuba sirve para justificar persecución política, cárceles llenas de disidentes, jóvenes que viven bajo la vigilancia de un gran sistema de inteligencia estatal que los frustra y persigue por cosas que a nosotros nos parecerían ridículas. Esto y mucho más de la realidad cubana lo sabe el intendente Lima, pero su subordinación al aparato frenteamplista le impide admitirlo. Si a pesar de la contundente realidad le queda alguna duda, puede hablar con los cientos o miles de cubanos que han venido a nuestro país buscando libertad, dignidad y futuro. Es increíble que quienes promueven y pintan nuestros muros con eslóganes que piden más libertad de expresión ignoren lo que vive el pueblo cubano. Si sindicalistas y políticos actuaran y se expresaran en Cuba como lo hacen en nuestro país, estarían todos presos y algunos muertos. Cuba, Nicaragua y Venezuela son dictaduras represivas que han empobrecido y subyugado a sus pueblos creando grandes aparatos represivos que obligan al pueblo a emigrar con lo puesto, millones huyen de estos falsos paraísos. No dejo de sentir una sensación de impotencia ante tanta hipocresía de hombres y mujeres que deberían saber que la honestidad es una cualidad imprescindible para la vida. Señor Lima, atrévase a leer el libro de su correligionario Carlos Liscano, Cuba, de eso mejor ni hablar, y súmele al liderazgo de la nueva corriente de centroizquierda que está construyendo el valor de la crítica y la honestidad.