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La capital uruguaya alojó el inicio de dos propuestas para buscar una salida a la crisis que enfrenta Venezuela. Aunque con algunos imprevistos, la que el gobierno de Tabaré Vázquez encabeza junto a la Unión Europea (UE) avanza, mientras que el Mecanismo de Montevideo, impulsado con México, parece moverse con más lentitud.
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Diplomáticos uruguayos y europeos viajaron en los últimos días a Caracas para mantener las primeras reuniones organizadas por el Grupo de Contacto Internacional (GCI). Ese esfuerzo busca generar las condiciones necesarias para que haya elecciones “libres” y “transparentes” en Venezuela cuanto antes.
La delegación uruguaya, sin embargo, no estuvo completa. El 13 de febrero, el canciller Rodolfo Nin Novoa le envió una carta al presidente de la Corte Electoral, José Arocena, para pedirle la colaboración de ese organismo en el trabajo diplomático.
El ministro de Relaciones Exteriores le explicó que el 7 de febrero, durante su reunión en Montevideo, el GCI había resuelto enviar “una misión técnica a Caracas”, integrada por representantes de Uruguay y la UE, “para determinar las garantías necesarias para un proceso electoral y para permitir la entrega urgente de asistencia, de acuerdo a los principios internacionales de ayuda humanitaria”.
La misión, según Nin Novoa, sería el 20 y 21 de febrero. “Sería del mayor interés para esta Cancillería poder contar con el acompañamiento de un experto en temas electorales que permita obtener un panorama claro y objetivo sobre la situación, aportando elementos eminentemente técnicos que contribuyan a la posterior toma de decisión”, explicó el canciller en la carta, a la que accedió Búsqueda. Y culminó diciendo que, dado lo exiguo de los plazos, le pedía a Arocena que la Corte considerara la solicitud con la mayor urgencia posible.
La respuesta llegó dos días más tarde, firmada por Arocena y el secretario letrado de la Corte Electoral, Felipe Schinapi. Eran malas noticias para Nin Novoa.
“La Corte Electoral decidió hacerle saber que, por encontrarse abocada a la preparación del proceso electoral que se iniciará próximamente en el país, necesita de todos sus recursos humanos y técnicos para el mejor éxito de dicho proceso y en consecuencia no puede prescindir en esta instancia de los aportes especializados con los que cuenta”, respondió la Corte. “Por lo demás, por su situación y jerarquía institucional, la Corporación se ha relacionado y se relaciona, en el ámbito internacional, con los demás organismos electorales del continente, a través de la Unión Interamericana de Organismos Electorales, el Consejo Electoral de Unasur, la Reunión Interamericana de Autoridades Electorales y otros mecanismos establecidos a tales fines”.
En el último párrafo de la carta, aclaró que si bien no podía enviar a uno de sus funcionarios a Caracas, la Corte estaba dispuesta “a contribuir a los procesos democráticos de la región, tal como lo ha hecho a lo largo de su historia reciente, a través de la observación electoral internacional de cuyas misiones ha formado parte y seguirá haciéndolo en todas las circunstancias pertinentes que le sean requeridas”.
El vicecanciller, Ariel Bergamino, declaró el martes 19 a Radio Uruguay que en estos días se está cumpliendo con lo acordado por el GCI. La delegación, aún sin un representante de la Corte Electoral uruguaya, llegó ayer a Caracas para “tomar contacto” con autoridades venezolanas, miembros de la oposición y actores de la sociedad civil para “auscultar la situación, recabar información, que luego el grupo de contacto analizará para coadyuvar a lo que tiene que ser una salida soberana, pacífica y democrática a la situación planteada en Venezuela”, explicó.
Una delegación integrada por la directora de Derechos Humanos, Daniela Pi, y el director de Asuntos Consulares y Vinculación, Jorge Muiño, llegó el martes 19 a Caracas para conocer la situación de algunos uruguayos que reclamaban asistencia del gobierno producto de la falta de medicamentos, informó El Observador.
Mecanismo Muerto
Además de los esfuerzos conjuntos con los europeos, Uruguay decidió participar en una iniciativa ideada por México y que tomó el nombre de Mecanismo de Montevideo. En ese caso, apoyado también por los países que integran la Comunidad del Caribe, no se busca una salida electoral ni se establece ningún tipo de condiciones previas al diálogo. Está pevisto que los mediadores sean el excanciller uruguayo Enrique Iglesias, la exvicepresidenta costarricense y actual secretaria iberoamericana, Rebeca Grynspan, y el excanciller mexicano, Bernardo Sepúlveda.
Consultado por Búsqueda, Iglesias dijo que aceptó participar en el mecanismo después de que Nin Novoa lo llamara “en nombre del presidente” Vázquez para convocarlo a colaborar en la búsqueda de una salida a la “situación tan dramática” que vive Venezuela.
El excanciller dijo que el Mecanismo de Montevideo y el GCI son instrumentos “paralelos que tienen el mismo objetivo”. La diferencia radica en que el primero “implica sentarse en la mesa sin ningún tipo de compromiso”, mientras que el segundo tiene exigencias previas como “el tema de las elecciones y la liberación de los presos”, dijo. Y añadió en seguida: “Está claro que una vez que alguien se siente a conversar, esos dos temas son los primeros que van a estar arriba de la mesa, pero desde el punto de vista de la aproximación, el Mecanismo de Montevideo parecía más fácil”.
“Ahora, inmediatamente el gobierno de Nicolás Maduro aceptó el Mecanismo, pero Juan Guaidó (el legislador autoproclamado presidente encargado) aseguró que no es momento de mediación. Y luego hubo muchas reacciones en el mismo sentido de que ya el momento de la mediación había pasado; por tanto, el mecanismo no se ha puesto en marcha”, explicó Iglesias. “El instrumento está puesto arriba de la mesa, hay que ver si se dan las condiciones para que eso funcione. Mientras tanto, solamente cabe esperar”.