Más de una década después de su separación, y a 17 años de su último disco, Gabriel Fernández Capello, alias Vicentico, y Flavio Cianciarullo vuelven para concretar su viejo proyecto de una ópera rock protagonizada por los hermanos Juan y Solo Clementi, hijos de un farero y separados por el destino: uno, exitoso ingeniero y el otro, músico under y bohemio empedernido. Más allá de lo trillado del cuento —cuya versión escrita, encargada al mexicano Adolfo Vergara, ocupa las 18 páginas del librillo ilustrado por Dr. Alderete— estas canciones son un potente relanzamiento de un ícono del rock latinoamericano. Pero ya pasó el tiempo del ska trompetero que junto a Mano Negra marcó el pulso de una legión de bandas como las uruguayas Abuela Coca, La Vela Puerca y NTVG. Ahora el sonido gira en torno a las guitarras y los bajos, vestidos con una orquestación minuciosamente concebida (No era para vos, El rey del swing), con la acertada intervención del productor venezolano Héctor Castillo, en cuya foja de servicios figuran Gustavo Cerati y David Bowie. El tono es bastante más oscuro que los Cadillacs de Yo te avisé y El león, y más en la línea dark de La marcha del golazo solitario, su anterior obra de estudio. Hay autoplagios, como La tormenta, que parece surgida de una fusión acelerada de El genio del dub y Mal bicho, o citas obvias a The Wall en El profesor Galíndez, pero de todos modos prevalece el talento para la melodía (Averno, el fantasma) y las buenas canciones (1987) en este bienvenido regreso.
Título: Piel de culebra
Autor: Señor Faraón (Feel de Agua)
Señor Faraón es el proyecto solista y solitario de Ismael Varela, guitarrista y cantante montevideano que desde hace una década transita el under, con su voz nítida, hipnótica y expresiva como pocas en la música uruguaya, su guitarra (acústica o eléctrica pero sin distorsión) a cuestas y una pandereta en el tobillo que marca su compás. Siguiendo Al Rayo (Little Butterfly, 2009) y Las Últimas en Inglés (2010) marcaron su etapa inicial, anglófona y blusera. Aquí mantiene su impronta independiente pero se muestra como un compositor más maduro, diverso y complejo, sin perder su conexión con el sonido del Mississippi. En este tiempo ha compuesto las bandas sonoras de los filmes Nunchaku (2011) y Clever (2015), un notable trabajo publicado en Bandcamp, que denota la gran amplitud creativa y estilística que ha logrado Varela en estos años. En Piel de culebra canta en un inspirado y optimista castellano, y muestra sus dotes poéticas en Hacia el filo del alba, La superstición y Vayan prendiendo el fuego, de las pocas con bajo y batería, y de las más disfrutables del disco. Esta colección de tonadas y baladas denota un acertado uso de la armónica, el punteo, el slide y otros recursos guitarreros asociados al blues. Pero excede los límites del género y sitúa a Señor Faraón como un cantautor de amplio espectro, un curioso investigador de la canción contemporánea. En Contigo el salto y Hacia el filo del alba afloran sonoridades sudamericanas propias del folclore andino o de los estilos regionales transmitidos a través de los ríos. Incluso se anima al candombe con buen olfato y todo el swing en Canción en llamas. He aquí un artista para seguir de cerca.
Título: Guelã
Autor: Maria Gadú (Slap)
Conviene escuchar esta beleza antes de que su autora la presente en Montevideo, el 7 de setiembre en Sala del Museo. La portada la muestra desnuda, alada y mirando al cielo, pronta para tomar vuelo como la gaviota del título. Siete años después de irrumpir con el hit Shimbalaiê, transformada en una estrella de la MPB, con un disco junto a Caetano, duetos con Lenine, Gilberto Gil, Alicia Keys y Tonny Bennett, premios y cientos de miles de placas vendidas, la cantautora paulista de 29 años levanta vuelo propio con el disco más austero, intimista y personal de su carrera. Con una orquestación simple, reducida al esquema guitarra-bajo-batería, al estilo de la trilogía rockera de Caetano, invita con toda la gravedad de su voz a un estado de recogimiento y contemplación. A quien esté dispuesto a transitar esas emociones.
Título: Gallo
Autor: Rodrigo Ortiz (Perro Andaluz)
Nació en Paysandú, donde moldeó su oído en ese vaivén de estilos que da forma a la música litoraleña. Hijo de un folclorista paraguayo, creció en una casa donde había un arpa que marcó su niñez, y estudió sonido en Buenos Aires, donde trabajó en producción sonora de cine. Esta variedad de estímulos nutre este debut por demás atractivo. En una línea de libertad estilística similar a la de Manu Chao, Lila Downs o Martín Buscaglia, la música de Ortiz se sostiene en una matriz folclórica de fuerte estructura rítmica y orquestación recostada en el rock, pero cruzado por aires de flamenco (Llueve), funk (Echapatrás), chacarera (Mi esperanza) o tango (Mariposa), con gran gusto por los arreglos corales. La zamba sombría que da nombre al disco inquieta con el dramatismo que le pone Christian Cary (La Triple Nelson). Hombre remite a algo parecido al axé bahiano, antesala del hipnótico didgeridoo australiano que cautiva en Vida negra. Como un buen thriller, Gallo atrapa el oído y lo mantiene cautivo con una variedad instrumental inusitada: guitarras, arpas, percusiones caribeñas, contrabajo, acordeón, bandoneón, tres cubano, saxo, violines y chelos, bombos legüeros andinos y zurdos nordestinos. Ese carácter sinuoso que ahuyenta etiquetas invita a escudriñar este trabajo, alto desafío para la sensibilidad.
Título: Alucinaciones en familia
Autor: Alucinaciones en familia (Paulino Records)
Es la banda revelación del año, con seis nominaciones a los Graffiti, entre ellas Álbum, Grupo, Compositor y Artista nuevo. “Caminando desde Capurro, hasta la estación del tren”, canta con voz delicada y algo alienada Pau O’Bianchi en Drones por Capurro, que abre este disco de suaves baladas pop con leves inclinaciones psicodélicas. Esta genuina muestra de la escena indie local es a la vez una puerta de entrada al vasto submundo que nuclea el colectivo Esquizodelia, un ecosistema digital donde conviven más de una docena de bandas y solistas. Desde sus cuevas donde tocan para 20 o 30, lentamente se hacen conocer y llegan —como en este caso— a lograr el favor de la crítica.
Título: Chemistry (High Note)
Autor: Houston Person y Ron Carter
Dos monstruos que tienen mucho para decir y siguen sacando discos a dúo, porque se entienden y se complementan. Este es bien fresquito, de junio de 2016 y cuenta con diez estándares, desde Bye Bye Blackbird hasta Blue Monk, desde But Beautiful hasta I Can’t Get Started. El inconfundible contrabajo de Ron Carter, que suena a madera de la mejor, y el saxo tenor de Houston Person, amable y aterciopelado. No se necesitan más instrumentos ni arreglos. Un disco para usar en modo giratorio: que suene y suene y suene.
Título: Sin palabras
Autor: Olga Delgrossi (Hipocampo)
El rubro buen cantante de tango no es fácil porque no lo es el tango, que requiere un fraseo intransferible, donde la voz a veces debe arrastrarse como un bandoneón. Además, la mayoría de sus músicas se hermanan con letras de enormes poetas y entonces, el tango exige al intérprete que sepa “decir” la letra con una intencionalidad adecuada al texto. No es el caso de la tacuaremboense Olga Delgrossi, que con más de ochenta años nos da en este CD una verdadera lección de cómo se canta y se dice el tango. Un esporádico exceso de vibrato en la voz no alcanza a empañar el disfrute, surco tras surco. En momentos de dulzura triste como María (Troilo-Castillo) y Chiquilín de Bachín (Ferrer-Piazzolla) o en picos de drama como Mi tango triste (Contursi-Castriota), Sin palabras (Discépolo-Mores) y Sin piel (Eladia Blázquez) emociona oír con qué entrega canta. Notables Julio Cobelli en guitarra y Waldemar Metediera en bandoneón.
Título: Totalmente vivo
Autor: Dinamita & La Swing Factory (ind.)
Federico Dinamita Pereda no pasa desapercibido debajo de esa melena enrulada a lo Slash, y en los últimos años se ha vuelto una figura entrañable de la noche montevideana, como violero estable del ciclo Martes On Fire de Francisco Fattoruso, en su rol de sesionista, y en su proyecto solista. De hecho, su último disco de estudio, No hay nada que perder, acaba de ser nominado al Graffiti en la categoría rock y blues. Dinamita es cultor del rock sesentero, de corte rolinga y con la impronta blusera y hard-rock de Led Zeppelin, The Who y ACDC. Un rock clásico de raíces. Este disco, publicado solo en Bandcamp, reúne grabaciones en vivo en los recitales de 2014 en la sala Experimental y de 2015 en la Vaz Ferreira, con su guitarra afilada, su voz bien al frente y los coros de Lucía y Josefina Pereda como marcas registradas. Rockin The Barrio y En el infierno son buenas muestras de solidez, junto a los estándares Son of a Preacher y Gimme Shelter.