En total son nueve senadores y 36 diputados. La bancada obtenida por el Espacio 609 es la más grande de la posdictadura y sus representantes de por sí cumplirían los requisitos constitucionales, por ejemplo, de interpelar a un ministro presciendiendo del resto de la oposición, dado que son más de un tercio de la Cámara Baja.
El 29 de octubre, dos días después de la elección, el politólogo Daniel Chasquetti resaltó que la hoja 609 en Montevideo fue la lista “más exitosa de la historia electoral uruguaya”, desplazando a la 15 de 1954. Eso es porque esa lista frenteamplista logró 15 diputados y contribuyó a la elección de nueve senadores, cuando la colorada obtuvo 14 diputados y colaboró en la elección de 10 senadores.
Mientras que la nómina de senadores electos de la 609 está compuesta por personas que ya han ejercido cargos legislativos (a excepción de la exconductora televisiva Blanca Rodríguez), en Diputados las novedades son mayores. Solo en la lista de Montevideo habrá varios debutantes en el ámbito legislativo: Julieta Sierra, Sol Maneiro, Pablo Inthamoussu, Víctor Aldaya, Diana Noy y Melody Caballero. Otros, en cambio, ya han tenido experiencias legislativas, tanto en Diputados como a nivel departamental. Pero la renovación podría acrecentarse aún más en caso de que el Frente Amplio se haga con el Poder Ejecutivo. De ocurrir esto, el sector más grande de la izquierda aparece a todas luces como el principal insumo de cuadros para la gestión de gobierno.
Ante tanta renovación y con el arribo de varios primerizos al Parlamento, la circunstancia incita al Movimiento de Participación Popular (MPP) a tomar medidas de precaución. La populosa bancada permitirá no obstante algunas ventajas. El número de legisladores es tan alto que le posibilitará al sector tener hasta dos diputados en la mayoría de las comisiones de la Cámara Baja. La fórmula, explicó uno de los actuales legisladores del sector, será poner en cada una de esas comisiones a legisladores debutantes con otros más experimentados.
Otro tema aparte es la comunicación de las tareas de los legisladores, en pleno auge de redes sociales. Actualmente, el sector tiene un equipo de medios a cargo de Leticia Benítez, con “integración” y responsabilidad “política”, dado que actúa con un “criterio político”. Pero además implementará capacitaciones en el uso de redes sociales a los equipos de los respectivos legisladores, en donde cada uno tendrá a una persona como referente.
Algunas fuentes del sector explicitaron que en la futura bancada cada legislador tendrá una suerte de community manager propio, aunque eso fue matizado por integrantes del propio grupo de legisladores. “Tenés que controlar a la barra. Siempre se preparó a la gente, también en lo discursivo. Algunos lo necesitan más que otros, pero cada uno va a tener que estar ahí representando al país y en contacto con su territorio”, dijo un dirigente del sector. Un legislador del MPP aseguró, en cambio, que la idea es que no se funcione “con una lógica de community manager” porque el manejo de las redes tendrá “un criterio esencialmente político”. Según sostuvo, las capacitaciones a los legisladores y sus equipos no son exclusivamente en las redes, sino también en otros temas del quehacer legislativo como la “oratoria” y son comunes en cada legislatura.
Sectores postergan autocríticas
El resto de los sectores del Frente Amplio han optado por postergar sus balances sobre las votaciones que tuvieron en las pasadas elecciones del 27 de octubre, aunque, como una contracara de la populosa bancada del MPP, las primeras impresiones de la mayoría de los grupos no son demasiado positivas.
Sacando al Espacio 609, la lista al Senado liderada por la 1001 fue la única que logró conseguir más de una banca en la Cámara Alta. Pero el resultado no parece ser demasiado auspicioso. Esa misma lista, también con Óscar Andrade a la cabeza hace cinco años, había obtenido 154.407 votos, con un Frente Amplio reducido, con 39%. Hoy, con casi cinco puntos porcentuales más y de nuevo con el exsindicalista a la cabeza, cosechó 128.101 votos.
El editorial del pasado viernes 1º de noviembre de El Popular, el órgano de prensa del Partido Comunista, realizó unas apreciaciones de las elecciones. “Al igual que con la votación del Frente Amplio y de la papeleta blanca del Sí (a la reforma de la seguridad social) había expectativas que no se cumplieron totalmente. Pero la 1001 es, por segunda elección consecutiva, la segunda lista más votada del Frente Amplio, incluso quedó entre las cinco listas más votadas del país, tomando en cuenta todos los partidos políticos”. Además, el semanario resume que se lograron dos bancas en el Senado y se retuvieron las cinco en Diputados, lo que transforma al sector en la segunda bancada frenteamplista.
En otro artículo del semanario, se sostiene que comparar la lista con su desempeño anterior “resulta especialmente difícil” debido sobre todo a las alianzas departamentales y, además, porque en la elección anterior “hubo más listas que en esta que votaron nuestro Senado”. Sí se comparan los votos de los departamentos en los que la 1001 obtuvo diputados, y allí se informa que, mientras en Montevideo hubo 5.000 votos menos, en Canelones y Durazno, con las alianzas respectivas, se logró superar la votación de 2019 con más de 2.000 votos en cada caso.
Fuentes del sector dijeron a Búsqueda que el partido maneja números internos de la 1001 y las alianzas departamentales que reflejan que la votación se redujo respecto a 2019. “No se lograron ninguno de los objetivos: votamos menos que en 2019 y no logramos capitalizar la papeleta del Sí a la reforma de la seguridad social”, dijo un dirigente.
En tanto, La Amplia, el sector de Carolina Cosse, pasó la prueba, y la lista que llevaba al Senado tuvo tan solo 15.000 votos menos que la encabezada por Andrade. Pero tras bambalinas también quedó expuesto que buena parte de sus socios tuvieron un papel trascendental en la tracción electoral exitosa. Los dirigentes Humberto Castro y Yamandú Costa, de los espacios Sumemos y 2040, respectivamente, fueron colaboradores de un potente caudal de votos que influyeron en la buena votación de esa lista al Senado. Según datos internos a los que accedió Búsqueda, la lista 1358 de La Amplia obtuvo 40.354 votos en todo el país, según el escrutinio departamental, centrando su votación en Montevideo, donde Cosse fue intendenta, con poco más de 24.000 votos. Mientras, las listas de Sumemos y el Espacio 2040 en su conjunto lograron 71.253 votos a escala nacional.
En cambio, fue especialmente preocupante la cosecha de la lista al Senado de Seregnistas, encabezada por el reelecto senador Mario Bergara. Ahora, con el respaldo de Asamblea Uruguay, su lista al Senado obtuvo, sin embargo, poco menos de 2.000 votos más que en 2019 y las aspiraciones de conseguir entre dos y tres miembros en la Cámara Alta quedaron lejos. “Asumimos que esperábamos un resultado mucho más potente del que obtuvimos. Este resultado nos interpela y nos obliga a asumir responsabilidades tanto colectivas como individuales”, dice un comunicado del bloque tras una reunión el pasado martes 5 de noviembre.
En ese encuentro, Bergara abrió la oratoria y anunció que, sin importar el resultado de las elecciones, el sector realizará una reunión de autocrítica el próximo 30 de noviembre. Además, dio una lista de factores —internos y externos— que pueden haber incidido en el resultado, aunque sostuvo que no necesariamente está de acuerdo con que esas variables hayan sido decisivas. Así, mencionó la política de alianzas del sector, la demora en componer el espacio, su funcionamiento como una “federación de grupos” y el caso del diputado Gustavo Olmos como posibles asuntos internos, además del corrimiento del MPP hacia el centro del electorado, la incorporación de Blanca Rodríguez como candidata al Senado en el Espacio 609 y el éxito de las listas colectoras en el Frente. La magra votación del sector, dijeron fuentes de Seregnistas, complica aún más las aspiraciones del reelecto senador a ser candidato a intendente de Montevideo.
Con un poco más de matices, en el Partido Socialista consideran la votación “agridulce”. Tras un quinquenio plagado de alejamientos, la lucha del histórico partido de la izquierda pasaba principalmente por conservar su banca en la Cámara Alta, por fuera de los dos grandes sublemas. Ese objetivo se cumplió, pero a costa de perder toda su presencia en la Cámara Baja: los dos diputados que actualmente tienen en Montevideo, más el de Soriano y uno que entró en Lavalleja por un acuerdo con el MPP. Tampoco, dijeron sus dirigentes, se logró sacarle provecho a su respaldo a la papeleta del Sí a la reforma de la seguridad social para crecer.
Entre tantas postergadas evaluaciones que no vaticinan un balance positivo, la diferencia la marcó el sector liderado por Cristina Lustemberg (PAR-El Abrazo), que consiguió una banca en la Cámara Alta y renovó su presencia en Diputados. Además, mediante una alianza con la Vertiente Artiguista y un reaseguro en la lista 609, el esquema electoral también incluyó la llegada a la Cámara Alta de Edgardo Ortuño. En ambos sectores destacan que la alianza funcionó y que es posible que se reedite de cara a las departamentales de 2025. “Se cumplieron todos los objetivos”, dijo un dirigente del sector de Lustemberg, asegurando que se buscaba tener presencia en ambas cámaras legislativas y también las dos bancas en el Senado en el esquema planteado junto con la Vertiente.
