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Una moneda digital del BCU es “menos necesaria o innecesaria” si el sector privado ofrece pagos a bajo costo
Monedas digitales de bancos centrales: la emisión a “gran escala” de este tipo de activos, que exploran varias autoridades en el mundo, es el camino al éxito, según un estudio publicado por el FMI
El BCU testeó en un entorno restringido el “e-peso” entre noviembre de 2017 y mayo de 2018
Una moneda digital es un medio de intercambio electrónico emitido por un banco central o por particulares. Según el Banco Internacional de Pagos, a mediados de 2023 la mayoría de las autoridades monetarias del mundo estaban explorando seguir por ese camino —y más de la cuarta parte tenían en marcha pruebas de desarrollos concretos—; años atrás, en Uruguay se puso a prueba como piloto el “e-peso”.
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“¿El Banco Central del Uruguay (BCU) va a retomar la idea de emitir un peso virtual —un proyecto que fue testeado con éxito hace unos años en un ambiente controlado—?”, le preguntó Búsqueda en una reciente entrevista al nuevo presidente de ese organismo, Guillermo Tolosa. “El desafío fundamental desde el punto de vista del sector público es la provisión de papel moneda como forma de transacción e interacción entre privados (…). Entonces, en la medida que puedan surgir soluciones desde el sector privado que involucren pagos a costos muy bajos o inexistentes, sobre todo para los más vulnerables, la provisión pública de ese bien se hace menos necesaria o innecesaria. En la medida que existan costos significativos y demasiados uruguayos que no acceden, entonces la necesidad de provisión desde el sector público vuelve a tener que ser considerada”, respondió.
La introducción de monedas digitales y otras innovaciones en los sistemas de pago podrían tener la consecuencia no deseada de la extinción del efectivo físico, según un reciente estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los autores utilizaron un modelo que explora cómo las decisiones de adopción de monedas por comerciantes (vendedores) y clientes (compradores), influenciadas por costos fijos y el riesgo de perder transacciones si no utilizan las mismas monedas, pueden provocar diferentes equilibrios en el sistema de pagos.
La escala importa
Una conclusión clave a la que llegan es que el éxito de una nueva moneda digital depende de su lanzamiento “a gran escala”. Las simulaciones muestran que solo una introducción significativa tiene la posibilidad de establecerla en el mercado.
Incluso, según los autores, lanzamientos “fallidos” pueden alterar los equilibrios del sistema de pagos, llevando a la desaparición del dinero en efectivo, en la medida que los beneficios colectivos de los billetes y las monedas no son completamente internalizados por los usuarios. El efectivo ofrece anonimato y autogestión y no crea registros de transacciones, lo que lo convierte en una salvaguardia clave durante fallas en los sistemas de pago. Su extinción podría ser irreversible y difícil de reintroducir, lo que resalta la importancia de considerar este riesgo, señalan.
El estudio del FMI analiza la introducción de una tercera moneda (digital) en un sistema en el cual conviven el efectivo y los medios de pago electrónicos como las tarjetas. Las simulaciones, en este caso, revelan que una moneda digital tiene más probabilidades de éxito si se lanza a una escala significativa. Si es incorporada como sustituto del efectivo, tiene un impacto que altera más el mercado que una introducida como complemento. En las simulaciones, una moneda digital complementaria al efectivo tuvo dificultades para despegar, incluso a gran escala.
La adopción de una nueva moneda virtual puede llevar a diferentes resultados en el equilibrio del mercado: el desplazamiento de una de las monedas existentes, el reemplazo de ambas monedas existentes o la coexistencia indefinida con las otras dos. Aun si la nueva moneda digital no tiene éxito, su introducción puede alterar o perturbar el equilibrio del mercado, llevando a la extinción del efectivo o de las tarjetas.
Ante estos hallazgos, los autores afirman que las autoridades deben considerar medidas para que el efectivo siga siendo una opción viable, especialmente ante la introducción de monedas digitales, y anticipar sus posibles impactos en el ecosistema de pagos.
PAPEL
Una eventual moneda digital del BCU es “menos necesaria
o innecesaria” si el sector privado ofrece pagos a bajo costo
