Comandantes de las Fuerzas Armadas piden a oficiales, molestos por falta de ascensos, que eviten reclamar en chats y redes

Denominados Patria o Muerte, Lanza y Sable y Santa Bárbara, la aparición de los grupos obligó a Fregossi a emitir una directiva a todo el Ejército recordándoles que cualquier tipo de planteo debe ser elevado por la cadena de mando. Para evitar situaciones similares, también en la Armada el comandante Jorge Wilson ha repetido verbalmente en varias oportunidades que la puerta de su despacho está abierta para escuchar reclamos ante la falta de ascensos. En la Fuerza Aérea, en tanto, el comandante Luis Heber de León no advirtió sobre el uso de chats pero sí recibió quejas formales.

Llanamente

La disconformidad dentro de los oficiales de las Fuerzas Armadas tiene como base el artículo 42 de la ley orgánica, elaborada por el último gobierno del Frente Amplio y aprobada en julio de 2019. Ese artículo, modificado por la coalición multicolor en 2020, establece un tope para el número de oficiales superiores dentro de las tres fuerzas, una reducción respecto a la cantidad que estaba vigente: en el caso del Ejército Nacional, de 156 coroneles, en el caso de la Armada Nacional, de 82 capitanes de navío, y en el caso de la Fuerza Aérea, de 47 coroneles aviadores.

De acuerdo al artículo 168 de la ley orgánica, estas cifras debían cumplirse para julio de 2022. Sin embargo, para esa fecha los cargos previstos no se alcanzaron y desde entonces, para evitar que la situación se agudice, no hubo más ascensos pese a que los concursos fueron superados. Hoy en el Ejército hay, por ejemplo, 174 oficiales superiores, que incluyen tanto a aquellos que ocupan vacantes reales, es decir, que están en el planillado, como a quienes ascendieron a esa jerarquía por antigüedad pero no ocupan vacantes reales, denominados “fuera de cuadro”.

“Todos sabemos que en Uruguay vivimos dos años y medio muy particulares en los que las Fuerzas Armadas llevaron adelante un despliegue muy importante. Toda nuestra concentración estuvo vinculada a los aspectos sanitarios y de frontera, dos misiones absolutamente nuevas que llevaron adelante las Fuerzas Armadas, y realizar esa reducción en esos tiempos no nos pareció apropiado, por decirlo llanamente”, argumentó García en diciembre en la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados.

Ante las críticas de los oficiales, el Ministerio de Defensa envió a fin de año un proyecto de ley que pretende cambiar el artículo 168 y estirar el plazo de reducción a febrero de 2025, una propuesta que busca “preservar los derechos” de quienes aún no ascendieron y permitir a las Fuerzas Armadas una planificación que entregue al próximo gobierno la escala adecuada de coroneles y capitanes de navío.

El ministerio también informó al cierre de año que el general Mario Stevenazzi reemplazará como comandante en jefe del Ejército a Fregossi, quien pasará el martes 31 a retiro obligatorio. El anuncio desactivó parte de la dura interna en el Ejército, que ante el descontento de los ascensos fue aprovechada para impulsar posibles sucesores como Julio Ifrán, director general de los Servicios de las Fuerzas Armadas, y Jorge Fernández, director del Instituto de las Armas y Especialidades. Los cuestionamientos a Fregossi incluyeron otros temas como la reforma de la seguridad social.

A la vez, el Poder Ejecutivo espera que durante el correr del primer semestre del año quede aprobada la nueva ley orgánica militar presentada en 2022 al Parlamento para reemplazar la actual normativa del Frente Amplio. Uno de los cambios incluidos es que el Estado Mayor de la Defensa adopte mayor jerarquía respecto al Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea y que a las fuerzas se pueda ingresar con educación primaria cumplida y no exigir también ciclo básico. En cuanto al sistema de ascensos, Fregossi valoró que pasarán a implementarse “mediante la generación de vacantes presupuestales reales”.