Con el crecimiento registrado en el tercer trimestre, el PBI por habitante de Uruguay superó a Chile y llegó a máximo regional

Si bien las cifras divulgadas el viernes 13 por el Banco Central (BCU) confirmaron una desaceleración de la actividad económica, el crecimiento acumulado en los 12 meses cerrados a setiembre hizo que el Producto Bruto Interno (PBI) por habitante en Uruguay superara al de Chile y lo desplazara de la posición más destacada en América Latina en este indicador que había ocupado desde 2003.

El desempeño observado en el tercer trimestre asegura que la previsión de un crecimiento de 4% para todo el año realizada por el gobierno se cumplirá: aun si el nivel de actividad se hubiese estancado en este tramo final de 2013 la expansión promedio en esos 12 meses llegaría a 4,1%. Eso obedece a lo que se conoce como “arrastre estadístico” y que surge de comparar los promedios anuales.

Por sectores de actividad, en julio-setiembre se observó una desaceleración del crecimiento en varios de ellos e incluso algunos —como la industria y la construcción— registraron descensos en su nivel de producción al comparar con igual período de 2012 (ver cuadro).

El virtual final de las obras de instalación de la fábrica de pasta de celulosa de la empresa Montes del Plata en Colonia, tuvo que ver con ese magro desempeño del sector de la construcción y también se reflejó en una baja de la inversión privada. El consumo volvió a aumentar a un ritmo superior al del PBI y fue —después de la inversión pública— el rubro más dinámico del gasto en la economía.

Estos datos “son buenos” y perfilan que Uruguay volverá a tener un desempeño destacado en una comparación internacional, declaró a Búsqueda el subsecretario de Economía, Alejandro Antonelli. “Con un 4% de crecimiento en el año no somos los asiáticos, pero estamos en una zona intermedia”, agregó.

Ingreso por habitante.

Algunas consultoras y medios de prensa internacionales como Latin Focus y “The Economist” ya anticipaban a principios de 2013 que Uruguay pasaría a ser este año el país con el PBI per cápita más alto en la región, superando a Chile.

Eso ocurrió en el tercer trimestre del año: el ingreso medio por habitante de Chile pasó de U$S 15.388 anuales al cierre de junio a U$S 15.913 al finalizar setiembre, mientras que el de Uruguay lo hizo de U$S 14.762 a U$S 16.170.

Teniendo en cuenta las estadísticas desde 1961 disponibles recogidas por el Banco Mundial (BM), se trata de la primera vez que Uruguay llega a estar primero en el ranking de países de la región según su ingreso per cápita.

El ascenso en la tabla de posiciones se dio porque si bien la economía uruguaya creció más lento en los últimos tres años, lo hizo a tasas mayores que Chile, Argentina, Venezuela, México y Brasil, los otros países que le siguen en la comparación.

El liderazgo en PBI por habitante fue de Venezuela en la década de 1960 (cerca de U$S 1.200 anuales), en la década siguiente predominó Argentina (algo más de U$S 2.000) y en los años ochenta esos dos países se alternaron en la cima del ranking (entre U$S 3.000 y U$S 5.000). En la década de 1990 Argentina se despegó (su PBI per cápita se ubicó en el entorno de los U$S 8.000) y Uruguay pasó a ser el segundo con mayor ingreso medio.

Al inicio del primer decenio del siglo XXI Argentina primero y Uruguay después atravesaron profundas crisis económicas, y en 2003 Chile pasó a ser el país con ingreso por habitante más elevado de la región (que se expandió en esos años de menos de U$S 5.000 a los niveles actuales, cercanos a U$S 16.000). Esa situación se mantuvo hasta ahora, cuando Uruguay quedó en la primera posición.

De todas formas, algunas fuentes de datos e investigaciones históricas situaban al país como uno de los de mayores ingresos por habitante en el mundo a principios de siglo XX. Luego vinieron décadas de lo que analistas como Gabriel Oddone definieron como un “declive” económico.

El ingreso se utiliza como indicador para comparar la riqueza de los países.

Sin embargo, el PBI per cápita tiene varias limitaciones en ese sentido. Por un lado, supone que la riqueza generada cada año se distribuye igual entre toda la población, cuando en realidad existen diferencias en el reparto del ingreso. Por otro, el poder de compra de esos dólares no es igual en todos los países, por lo que muchas veces se corrige la medición para llevarlo a una “paridad de poderes de compra”.

Si se compara con países de fuera de la región, en la base de datos del BM se observa que al tope de los ingresos mundiales están países como Luxemburgo y Noruega (con cerca de U$S 100.000 anuales), Suiza y Australia (entre U$S 70.000 y U$S 80.000) y Estados Unidos y Japón en el entorno de los U$S 50.000.

En el otro extremo están Burundi, Malawi y Congo, cuyo ingreso por habitante no llega a U$S 300 anuales. Dentro de América Latina, Nicaragua es el que está en peor posición (U$S 1.750), seguido de Honduras y Bolivia (unos U$S 2.500).