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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl año pasado por esta época, envié una carta a Búsqueda en la que hacía referencia a la insensatez del gobierno, que —en el marco de un panorama financiero muy complicado— soñaba con aumentar gastos en la Rendición de Cuentas 2016.
A continuación transcribo parte de lo que señalaba:
“En el contexto descripto (me refería a la delicada situación financiera y fiscal) la comisión de programa del FA se reúne y se pelea por ver quién de todos sus integrantes trae propuestas más ingeniosas y delirantes en las cuales el denominador común es el aumento de impuestos para financiar más gasto, con el argumento de que con este accionar se estaría cumpliendo el programa de gobierno que la ciudadanía votó en 2014.
Parecen ignorar que a la luz de lo que pasó después de octubre 2014, ha quedado muy claro que en la mejor de las hipótesis, las propuestas sometidas a consideración del votante padecieron de un grave error de cálculo o sencillamente fueron fruto de un engaño al elector.
Por tal motivo, ahora lo que hay es un déficit gigantesco del orden del 4% del PBI, deudas millonarias con colectivos muy importantes de la sociedad, sobre costos muy pesados para el consumidor y el aparato productivo, abultado déficit de inversión en infraestructura, una carga tributaria que era elevada hace un año y acaba de incrementarse, una deuda pública que no para de subir y en ese escenario, el aporte más significativo e ingenioso del oficialismo parecería ser más impuestos y más gastos. Increíble, ¿no?”.
Un año después, a pesar del despiadado ajuste fiscal instrumentado el año pasado, las cosas están claramente peor y el déficit fiscal resultó ser mayor al programado. Recaudaron mucho más IRPF y IASS de lo previsto y aun así, el déficit esperado aumentó.
Intentando hacer algo para reencauzar las cosas, los secretarios de Estado se fueron de cónclave a Anchorena y a la salida, el director de OPP con un brutal desparpajo señaló que no se habían resuelto cosas concretas sobre la Rendición de Cuentas porque aún faltaban números. Tras cartón acotó que en su lugar solo habían hecho un abordaje sobre la visión conceptual de la rendición y definido prioridades.
A continuación, incontinencia verbal mediante, habló acerca de que las prioridades eran la educación, salud, seguridad, vivienda y empleo. Tal vez pensando que se había quedado corto en las prioridades adoptadas, agregó: “(...) También habrá énfasis en cuidados, infraestructura y desarrollo productivo”. No lo han podido hacer en tres años con una presión fiscal récord y piensan hacer todo eso ahora en un contexto mucho peor? Cómo se puede tener tanto rostro de anunciar tantas prioridades si no se tiene un mango partido por la mitad? Y los periodistas? Se comieron la pastilla de una explicación tan rudimentaria, imposible de cumplir y cínica como esa? Nadie repreguntó. Lamentable.
Si de verdad el FA quiere hacer algo por el país, tienen la oportunidad histórica de ponerle un poco más de sensatez y pienso a la situación de emergencia que se ha instalado. En ese contexto, la única fórmula es dejarse de delirar con tantas prioridades, porque el dinero se acabó (no hay más capacidad de pago de impuestos y de endeudamiento), e implementar medidas austeras de inmediato.
Por ejemplo, bajando todos los gastos superfluos que se pueda ya —que por supuesto los hay—, y no demorando un minuto más en enviar a consideración del Parlamento una Rendición de Cuentas 2017, acorde a la situación de emergencia que se vive. Si fuera posible en marzo, a más tardar en abril. Y con baja de gasto, porque “gasto cero” ya es insuficiente.
Si no fuera posible llegar a un ahorro de 3,5% del total del gasto, que permita una baja sensible de tarifas (como algún economista prestigioso sugirió) y dar una bocanada de aire al sector privado, pues entonces que se ahorre el 2%, 2,5% o 3% y se evite soñar con aumento de gastos afectado a las famosas prioridades.
A esta altura de los acontecimientos, la única prioridad es salvar la fuente de recursos genuinos que representa el empresariado nacional, porque si persisten en asfixiarlo, ahí sí se nos vienen noches muy oscuras por delante. No matar la gallina de los huevos de oro debería ser la prioridad. Las del FA en boca de su vocero Álvaro García son un sueño imposible de cumplir si no se quiere llevar al país al despeñadero.
Pero están “acorralados” por sus votantes y presos de sus promesas demagógicas de 2014. Si a esto le sumamos su adicción al poder, el panorama no luce muy alentador.
Cr. Ricardo Díaz Nadal