Humor bien escrito

Héctor Perry cuenta su rivalidad con Roberto Barry y la triste sensación de haber quedado fuera de tiempo. Gustaf describe el under de los 90, cuando era el Acerpijo en Teatrotrash. Eduardo D’Angelo no llegó a ver el libro: entrevistado pocos meses antes de morir, revive su prolífica factoría vocal y el furor de “los uruguayos” en Argentina. Laura Falero, Manuela da Silveira y Pablo Fabregat representan al humor de pie y a la generación Undermovie. Diego Delgrossi recuerda su imitación consagratoria de Juan Pablo II y Maxi de la Cruz, un tipo que creció ante cámaras y se emancipó de su padre, va desde Maxianimados a actuar para 300.000 en calle Corrientes. Luis Orpi, Graciela Rodríguez y Petru Valensky son los exponentes de la comedia tradicional. Orlando Petinatti y Andrés Reyes, los hombres de radio. Carlos Barceló, Cucuzú Brilka y Jorge Esmoris, los hombres de Carnaval, aunque este último lo trasciende y se erige en un género en sí mismo.

García hurga en la relación entre el humor y la gente, en el humor como catalizador vital y herramienta de trabajo. Carlos Tanco (Darwin Desbocatti), Cacho de la Cruz y Leo Maslíah rechazaron participar, con motivos diversos. Christian Font es el prologuista. Cotelo, Bello, Aguirrezábal, Pacella, Cammarota, Lagos, Alcuri, Eyherabide y Perciavalle quedan para otro libro.