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Luego de varios años de haberse expandido a ritmo acelerado, en 2013 la economía uruguaya tendió a crecer a un ritmo más cercano a su potencial. Esa desaceleración se reflejó en un ligero deterioro del mercado laboral, mientras la inflación no pudo ser reducida, las finanzas públicas mejoraron ligeramente y se mantuvo el déficit en la cuenta corriente en niveles relativamente altos.
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Por tanto, el balance para la economía en el año que termina es de claroscuros. Con ese punto de partida, para Uruguay en 2014 será un desafío enfrentar un escenario externo distinto: Estados Unidos (EEUU) desmantelará gradualmente su política de estímulos monetarios, lo que se espera que eleve el precio del dólar y aumente el costo de financiamiento en los mercados internacionales.
El Producto Bruto Interno (PBI) creció 4,4% en enero-setiembre y todos los sectores —salvo la construcción— expandieron su actividad respecto a un año atrás, según datos del Banco Central (BCU).
Las autoridades del gobierno estiman que el crecimiento potencial de la economía uruguaya es de 4%, que casi fue lo que se había expandido el PBI en 2012 (3,9%).
Precios.
La inflación volvió a ubicarse este año por encima de los niveles que pretende el gobierno (en torno al 5% anual) debido a las presiones asociadas a un consumo dinámico y mayor gasto público, entre otros factores. Se espera que el Índice de Precios del Consumo (IPC) cierre con una suba algo superior a 8%; la mayoría de los analistas privados no creen que baje mucho en 2014.
El dólar se valorizó en la plaza local en el año que termina, pero lo hizo menos que en algunos de los países con los que Uruguay tiene fuertes relaciones comerciales. Así, la competitividad medida a través del Índice de Tipo de Cambio Real siguió deteriorándose hacia fines de este año. En el promedio de 2013 el país se volvió en torno a 10% “más caro” en dólares frente al resto.
Sector externo.
Las exportaciones de bienes se encaminan a un nuevo récord en el año que termina de unos U$S 9.000 millones (cerca de 6% más que en 2012 en términos de volumen físico). El monto de mercaderías importadas finalizará el año en torno a los U$S 11.600 millones, un valor similar al del año 2012; en volumen las compras aumentaron cerca de 2%, según los datos de BCU hasta setiembre.
Las cifras sobre el comercio de servicios aún no están disponibles más allá de junio de 2013. En 2013 esas actividades reflejaron un deterioro que se espera continúe el año próximo, básicamente por las medidas dispuestas por el gobierno de Argentina para desalentar la salida de divisas del país.
Aunque fue compensado por el arribo de inversiones desde el exterior, el déficit de cuenta corriente de Uruguay en el año que termina se mantuvo por encima de 5% del PBI (unos U$S 2.766 millones), según las cifras a junio del BCU. Los capitales que llegaron en ese lapso estuvieron en niveles históricamente altos, cercanos a 13% del Producto (U$S 7.164 millones), por lo que las necesidades de financiamiento de la economía no se vieron comprometidas.
Pero el panorama está cambiando. Desde mitad de año, jerarcas de la Reserva Federal de Estados Unidos dejaron entrever su intención de empezar a recortar la política de estímulos monetarios a la economía de ese país. Una primera medida en esa dirección fue anunciada el miércoles 18, con una reducción de las compras de activos financieros que realiza en los mercados.
Según varios expertos, esa coyuntura generará mayores dificultades a los países que, como Uruguay, tienen altos déficits de cuenta corriente, ya que les será más difícil financiarlos.
Mercado laboral.
En 2013 se mantuvieron los niveles históricamente máximos de empleo —aunque se frenó la creación de puestos de trabajo— y mínimos en desocupación. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística —INE—, en promedio entre enero y octubre las personas desempleadas eran 6,6% de las que pretendieron trabajar (unas 115.000).
Los ocupados fueron en promedio 1.611.000, el 59,4% de los que tenían 14 años o más. Dentro de ese grupo, 21% no estaban registrados a la seguridad social y 2,4% se encontraban subempleados —trabajan menos de 40 horas semanales y desearían hacerlo más horas—, aunque esos porcentajes de empleo precario bajaron respecto a 2012.
Eso se combinó con aumentos de sueldos, aunque la mejora del poder adquisitivo salarial (al menos 3%) fue de las más bajas desde la reinstalación de la negociación colectiva en 2006. También crecieron otros ingresos, como las jubilaciones y pensiones.
Fiscal y deuda.
El déficit fiscal inició el año por encima del 2,7% del PBI, luego descendió a poco más de 1,4% y en los 12 meses cerrados a octubre se ubicó en el equivalente a 2%, unos U$S 1.057 millones. Para 2014, el Ministerio de Economía espera que se ubique en 2,4%, mientras que los analistas privados creen que será 2,7%, según la mediana de las respuestas que dieron al BCU en su encuesta de expectativas.
La deuda pública era a mitad de año (último dato disponible) de U$S 30.877 millones, lo que representa 57,4% del PBI y descontando los activos de reserva, el endeudamiento bruto se ubicó en U$S 12.241 millones (22,8% del Producto). Si bien esos montos son más altos que a fines de 2012, el ratio de deuda se redujo.
