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    Puro marketing

    Las autoridades de Alas Uruguay están muy satisfechas.

    Es que la percepción pública y la difusión de la imagen de la empresa han aumentado considerablemente desde el sorpresivo y extraño episodio de la semana pasada.

    En efecto, como todos recuerdan, hace una semana se produjo un “incidente” (por llamarlo de alguna manera) totalmente inesperado, que colocó a la compañía aérea en las primeras planas de los periódicos y en los grandes titulares de los medios de comunicación, sin haber tenido la mínima participación en los hechos acaecidos.

    Fue cuando el ciudadano argentino Braulio Flordebe Linún, viudo, de 74 años, vecino del porteño barrio de La Matanza, confundió a dos pacíficos pasajeros judíos ortodoxos, tocados con sus extraños bonetes de los cuales emergían sus tradicionales rulos descendentes, ambos espiritualmente transportados en sus rezos, manipulando sus filacterias en las que se superponían las oraciones que recitaban, con dos terroristas islámicos, y no tuvo mejor idea que llamar al 911 de Buenos Aires, antes de despegar rumbo al Uruguay, para decir que el avión transportaba asesinos con bombas conectadas a sus cuerpos.

    Para qué. Cuando el vuelo aterrizó en Montevideo había carros antiexplosivos, ambulancias repletas de médicos y enfermeros, bomberos alineados junto a la aeronave, militares de alto rango, soldados y policías y, por supuesto, cámaras de todos los canales de televisión uruguayos y argentinos, fotógrafos, cronistas de los más diversos medios, listos para presenciar la explosión del avión y la muerte trágica de todos los pasajeros y la tripulación, en medio de un impresionante incendio. Hasta se había reservado un carril de Avenida Italia libre de tránsito, para transportar a los eventuales sobrevivientes en ambulancias a los hospitales donde se intentaría salvarles la vida.

    Por supuesto que nada de ello ocurrió, y al denunciante Braulio Flordebe Linún lo trasladaron a un juzgado, luego de lo cual lo dejaron en libertad, cuando en realidad lo deberían haber transportado al CTI del Hospital para Tarados Mentales, dejándolo internado por tiempo indeterminado.

    El extraño caso fue debida y cuidadosamente analizado por el Directorio de Alas Uruguay, llegándose a la conclusión de que, desde la fundación de la aerolínea nunca había tenido una cobertura tan generosa en los medios, y en particular que todas las notas y reportajes publicados hablaban bien de la aerolínea, y no se mencionaba su descapitalización, el atraso en los sueldos de sus empleados y las deudas por combustible que mantiene con Ancap.

    Se llegó en la reunión del Directorio a la conclusión de que había que cultivar como fuera esta estrategia de difusión informativa, para mantenerse en la cúspide de la opinión pública, con referencias constantes a la imagen de la empresa.

    Se diseñó entonces un plan, al que tuvimos acceso gracias a una azafata amiga que nos pasó los datos, conteniendo la información sobre los futuros acontecimientos que organizará secretamente la aerolínea con el fin de seguir en boca de todos.

    El primero de esos episodios será la divulgación a través de las redes sociales de que ha partido de Carrasco rumbo a Buenos Aires un vuelo de Alas Uruguay en el que volaban el Pepe Mujica y Raúl Sendic, y que ambos, portando armas de fuego, han secuestrado el avión, obligando a los pilotos a dirigirse al sur argentino, a la provincia de Santa Cruz, donde recogerán a Cristina Fernández, para dirigirse luego a Cuba, donde la ex mandataria argentina pedirá asilo político. Circulará conjuntamente la versión de que De Vido ha liberado a Lopecito de la cárcel de Ezeiza al frente de un piquete de militantes de La Cámpora armados hasta los dientes, y que se dirigen al sur con bolsos y valijas repletos de dólares, para subirse al mismo avión con igual propósito.

    Cuando aún no se haya disipado el desmentido de este sensacional disparate, y las autoridades de Alas Uruguay hayan terminado de deslindar responsabilidad en la difusión de la noticia, pero todos los medios no hagan sino hablar de la aerolínea, ya se hará circular el disparate siguiente.

    Se divulgará a través de Facebook y de Twitter la noticia de que en un vuelo de Alas Uruguay de Buenos Aires a Punta del Este se detectó que una viajera llevaba en su equipaje de mano en la cabina una pitón de tres metros, agregando que el peligroso ofidio se ha escapado del bolso en el que la llevaba su propietaria, y circula por debajo de los asientos de los pasajeros, habiendo causado un pánico de órdago.

    Se informará que “ha trascendido que la aerolínea Alas Uruguay, que posee protocolos de seguridad para la defensa y protección de sus pasajeros”, ha organizado un descenso de emergencia en el Aeropuerto de Carrasco, donde un equipo de veterinarios, zoólogos y médicos con ampollas cargadas con suero antiofídico aguardan a la aeronave con el fin de detectar al peligroso animal, trasladándolo luego al zoológico de Parque Lécocq.

    Ni bien las cámaras de televisión hayan cubierto hasta el mínimo detalle la inesperada y desmentida noticia, hablando todos de Alas Uruguay y su persistente participación en publicitados episodios, se echará a andar la siguiente.

    Circulará la información de que en Alas Uruguay aún quedan unos pocos pasajes sin vender en el vuelo chárter organizado por la Asociación de Admiradoras de Deportistas, de Montevideo a Buenos Aires, en el curso del cual se servirán blinis de caviar y champagne en canilla libre, y el célebre ex futbolista “Chengue” Morales realizará un show de strip tease para amenizar la velada.

    También tendrán que desmentirlo, pero una cosa es segura: aunque no aumente la venta de pasajes, la gente no dejará de hablar de la popular aerolínea de bandera uruguaya…