Un nuevo libro sobre el color como protagonista en la decoración de los hogares da fe de la consolidación de una tendencia que habla de un estado de ánimo y ha llegado para quedarse.
El libro Vibrant interiors, homes with a colourful soul recoge proyectos de interiorismo de diseñadores y arquitectos de diferentes partes del mundo en los que reina la variedad tonal en el hogar
Ático en Berlín para una pareja joven, diseñado por Studio Bosko
Un nuevo libro sobre el color como protagonista en la decoración de los hogares da fe de la consolidación de una tendencia que habla de un estado de ánimo y ha llegado para quedarse.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáRelegados a un segundo plano tras varios años de reinado del minimalismo, los colores recuperan la primera línea en el mundo de la decoración y además lo hacen de manera generosa, sin imponer fórmulas o tonos de moda. Es que cuando el mundo exterior se presenta hostil y el futuro aparece incierto queremos que nuestras casas nos arropen y actúen como un refugio emocional. Y en ese reclamo el color juega un papel fundamental por su capacidad para transmitir emociones.
De ello hablan los proyectos de interiorismo que forman parte del libro Vibrant Interiors, Homes with a Colourful Soul (Loft Publications). La publicación, curada por quien firma esta nota, presenta el trabajo de diseñadores y arquitectos de diferentes partes del mundo y de cuyas páginas es posible extraer algunos enunciados útiles a la hora de dar paso a la variedad tonal en el hogar.
El color puede desplegar todo su potencial en contextos clásicos, modernos, mid-century o provenzal por igual. Esa es una de las claves que recorre el libro con proyectos de decoración tan diversos como un apartamento reformado en Lyon (Francia) por el estudio CRAIE CRAIE, con colores primarios aplicados sobre paredes y detalles arquitectónicos; un ático contemporáneo en Berlín, diseñado por Studio Bosko, en el que el color irrumpe como gesto audaz; una villa de veraneo de estilo étnico en Marrakech reformada por el estudio francés Bedel Interiors, donde los tonos tierra dialogan con los materiales tradicionales; o un apartamento en Curitiba, Brasil, proyectado por Moca Arquitetura para las creadoras de contenido Two Lost Kids, que se construye a partir de contrastes marcados y combinaciones inusuales.
El color es también un hilo narrativo que enlaza la arquitectura con su geografía e historia. En Casa Coa, del estudio mexicano Maye, los verdes intensos, rojos, rosas y borgoñas no solo aportan energía visual: remiten a la naturaleza del entorno, a la artesanía local y a la tradición cromática de la arquitectura popular de ese país. Una lógica similar aparece en el trabajo de la arquitecta Mirta Ottaviani en el sur de Italia, en el que los colores reinterpretan el imaginario mediterráneo desde una mirada actual. En una villa de Apulia, amarillos dorados, verdes oliva y tonos terracota se combinan con materiales locales y técnicas artesanales para crear un espacio colorido y fiel a su contexto. En ambos casos, el color transmite pertenencia, memoria y lugar.
El color no siempre necesita ocupar grandes superficies para marcar presencia: a veces basta con un gesto preciso para transformar por completo la percepción de un espacio. En la casa de Mallorca diseñada por bconnected, paredes, suelos y techos permanecen completamente blancos, pero el mobiliario y las obras de arte introducen una paleta vibrante que rompe con la neutralidad. Lo que podría parecer un enfoque contenido se convierte, en realidad, en una apuesta contundente: los tonos saturados y contrastantes de piezas contemporáneas y vintage dialogan con el fondo blanco como si de un lienzo se tratara. El resultado es una casa llena de vitalidad.
El color traduce emociones, sugiere atmósferas, define intenciones. No es un añadido decorativo, sino una herramienta con la que arquitectos y diseñadores modelan la experiencia de habitar. Un comedor puede cargarse de energía con un amarillo mostaza, como en la reforma de una antigua rectoría en Maguncia, Alemania, de Constance Ladner, mientras que un azul marino profundo, como el que emplea Arabella Rocca en un baño en Roma, invita al recogimiento y la calma. Cada elección cromática responde a una intención clara: activar, relajar, conectar o contener. El color se despliega así como un lenguaje propio dentro del proyecto, capaz de transformar no solo lo que se ve, sino también lo que se siente.
Más allá de dar vida, el color estructura el espacio: crea jerarquías, define recorridos, establece conexiones. No se limita a resaltar formas o texturas, sino que actúa como una herramienta de lectura espacial, especialmente útil en interiores complejos o reducidos.
La transformación de una vivienda en las afueras de París, firmada por Atelier Germain, lo ilustra con claridad. A partir de una planta compartimentada y una cocina angosta, el estudio apostó por abrir ejes visuales y dejar que el color articulase el nuevo espacio. Tonos vibrantes, patrones gráficos y piezas de estética pop inyectan energía, marcan transiciones y guían la mirada.
El contraste no está reñido con la armonía. Al contrario, bien planteado, puede potenciarla. El estudio holandés Nox no duda en situar sofás de verde eléctrico frente a paredes magenta en su casa en Maarssen; o los australianos de WOWOWA Architecture en pintar puertas rojas con muros naranjas en una casa de Melbourne. No son impulsos caprichosos, sino composiciones deliberadas para generar tensión visual sin romper la coherencia del conjunto.
Los colores tienen la capacidad de modificar la percepción del tamaño y las distancias. Tonos cálidos acortan distancias; los fríos, las expanden. En pasillos largos o habitaciones estrechas, pintar la pared del fondo y el techo en un tono más oscuro que los laterales crea una ilusión de mayor anchura. Si el objetivo es generar recogimiento en un estudio, por ejemplo, se invierte la fórmula: laterales oscuros, fondo claro. Son gestos aparentemente simples, pero que transforman radicalmente la forma en que se vive un espacio.
Vibrant Interiors, homes with a colorful soul. Editado por Daniela Santos Quartino. Loft Publications, 240 páginas. Disponible acá a 42 euros (1.988 pesos). Próximamente a la venta en la librería Bookshop.