N° 1970 - 24 al 30 de Mayo de 2018
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl mundo no deja de escribir ni de pensar por escrito, dice Aldo Mazzu-cchelli, y tiene razón. Y que “la lectura y escritura de calidad es insustituible”. “¿Cuándo lo vamos a entender?”, se pregunta el escritor y exdocente. Y, hablando de educación, dijo: “Antes, a la mayoría de los que actualmente gobiernan les importó poco la educación, cuando dinamitaron todo lo de la reforma de los 90, lo malo y lo bueno”.
Es necesario que un intelectual hable de la importancia de la letra escrita, del libro. Este sábado 26 se celebra el Día Nacional del Libro y en galería quisimos rendir un homenaje con lectores, docentes, escritores, libreros, comunicadores y lectores jóvenes. Para eso recogimos el guante del bookface, esta tendencia que una creativa bibliotecóloga de Nueva York, Morgan Holzer, inventó en 2014 buscando nuevas fórmulas para fomentar la lectura. Veía que muchos jóvenes pasaban más tiempo con su celular que con un libro. Inventó un juego para mezclar los dos elementos y, al mismo tiempo, fomentar la lectura. El juego rinde en Instagram y esa es la clave de por qué funciona. El reto es sencillo: publicar una fotografía en las redes sociales con la cara u otra parte del cuerpo dentro de la tapa de un libro.
Las imágenes con el hashtag #Bookface circulan por las redes. En este número nos sentimos muy honrados de que gente que se dedica a los libros sin apoyos del Estado, sin subvenciones, sin pequeños acomodos, pose para nuestra revista. Es así que el escritor Leandro Delgado, la comunicadora Ligia Almitrán, el fotógrafo y editor de libros Diego Velazco y la docente María Beer accedieron a venir hasta la revista a ser fotografiados. Álvaro Piro Fuentes junto a su hermano Gustavo (que murió en 2016), desde la distribuidora Gussi, han hecho mucho por el libro: a fuerza de viajar y tender redes trajeron sellos importantes como Anagrama, que ampliaron el horizonte de los lectores uruguayos. Por otra parte, en una joven lectora de 16 años queda representada toda una nueva camada de aficionados a los libros.
Soledad Ortega, me consta, es muy lectora y desde la televisión fomenta el gusto por los libros. Que el jugador Sebastián Papelito Fernández es muy lector era sabido en un pequeño círculo. Es casi una hazaña que tenga tiempo para leer, siendo delantero de Nacional y padre de cuatro hijos. El libro que eligió, Antes que anochezca, del cubano Reinaldo Arenas, es estupendo. Valiente la elección de Fernández: en esas páginas, Arenas, un poeta gay, cuenta el infierno que vivió por su elección sexual en la dictadura castrista. El caso de Enrique Aguerre es significativo: desde que asumió al frente del Museo Nacional de Artes Visuales se puso como objetivo hacer buenos catálogos para las muestras y lo ha logrado. Además, le gusta leer ficción. Son todas personas de prestigio y por eso para nosotros es un honor mostrarlos en nuestras páginas.
Lo cierto es que este sábado se celebra en Uruguay el Día del Libro. Hay varias actividades pero destaco la de este sábado de mañana, cuando la Academia Nacional de Letras hará un homenaje a El País Cultural y en memoria de su director y fundador Homero Alsina Thevenet. Fue un lujo conocer a HAT —en mi caso también colaboré con el suplemento—y es un lujo que exista la publicación.
También en este número incluimos un fotorreportaje de bibliotecas importantes de la ciudad. Mis hermanos y sobrinos fueron al Seminario, y vaya si los periodistas habremos ido a la Biblioteca Nacional, que, pese a ser un enfermo terminal hace décadas, es nuestro tesoro. Pronto haremos nota con las bibliotecarias, que desde hace unos años tienen el reto del digital.
Y vuelvo a Mazzucchelli, que citando a Nicolas Carr escribió en Henciclopedia sobre la forma en la cual corremos sobre los textos y lo importante que es leer con profundidad y pensar con atención. “El problema es que ese pasar por encima de todo rápido se está volviendo nuestro modo dominante de pensar. Mientras que antes era medio para un fin, una forma de identificar información para estudiarla después, ahora se está volviendo un fin en sí mismo, nuestro método preferido tanto de aprender como de analizar”.
En eso también las bibliotecólogas tienen mucho para enseñarnos y no solo a nuestros niños: muchas vidas han cambiado gracias a una profesional que puso en manos de una niña el right book at the right time, como dicen los ingleses. A ellas, guardianas de esos espacios casi sagrados, a ellas que todos los días intentan resucitar el mundo, a lectores, a libreros, escritores y todos quienes veneran los libros, feliz día.