Los casilleros vacíos que se apilaban contra la pared, los vasos amarillos sobrepasados de espuma y las manos desesperadas con billetes que se apretaban contra el mostrador de chapa apenas el juez decretaba el fin del primer tiempo.
Los casilleros vacíos que se apilaban contra la pared, los vasos amarillos sobrepasados de espuma y las manos desesperadas con billetes que se apretaban contra el mostrador de chapa apenas el juez decretaba el fin del primer tiempo.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáUna imagen icónica durante la década de 1990 en cualquier tribuna del Estadio Centenario. Fútbol y cerveza, una relación que parecía casi natural pero que desde 2006 quedó vetada y únicamente viva en la memoria del hincha. La Ley de Erradicación de la Violencia en el Deporte (N° 17.951) facultó desde entonces al Ministerio del Interior a disponer la prohibición total o parcial de venta de bebidas alcohólicas en los eventos deportivos. La razón fue la sucesión de muertes en el fútbol, incidentes de barras bravas contra la policía e incluso los robos a los comerciantes que vendían en las canchas.
Hoy la situación cambió, al menos en la óptica de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). Entienden que la irrupción de las cámaras de videovigilancia y de la lista de admisión en el deporte son elementos que permiten mejorar el control de la violencia y que los incidentes están menos relacionados con el consumo de alcohol y más a otras circunstancias como las disputas internas dentro de una misma barra o los enfrentamientos fuera de los días de partidos entre grupos concretos de clubes rivales. También observan que, en los hechos, el consumo de alcohol ya existe en las canchas, especialmente desde que Nacional y Peñarol popularizaron la compra y uso de palcos en el Gran Parque Central y el Campeón del Siglo, donde con ciertas condiciones sus propietarios pueden ingresar todo tipo de bebidas para los partidos.
En noviembre de 2021, a instancias del Poder Ejecutivo, el Parlamento aprobó por unanimidad levantar la prohibición de venta de bebidas alcohólicas el fin de semana que se desarrollaban las elecciones de representantes en el Banco de Previsión Social (BPS). Esa instancia electoral coincidía con la final de la Copa Libertadores de América, que se disputaba en Montevideo, entre los equipos brasileños Flamengo y Palmeiras. Los hinchas pudieron tomar alcohol ese día, aunque solo fuera del Estadio Centenario.
La semana pasada, el presidente de la AUF, Ignacio Alonso, afirmó a Telemundo que el registro de personas violentas debe enfocarse en conductas que incentiven “la cultura del odio” y “la apología del crimen”. Actualmente desde el Ministerio del Interior se incluye a personas que se presentan a los estadios bajo los efectos del alcohol o de estupefacientes, en ocasiones eso queda definido porque superaron el límite de una espirometría.
A partir de estas consideraciones, fuentes de la asociación señalaron a Búsqueda que plantearán al gobierno la posibilidad de retomar la venta de cerveza en las canchas de fútbol. Trabajan en un proyecto concreto que maneja distintos parámetros como la limitación del porcentaje alcohólico, de los puntos de venta, de los horarios de venta, del tipo de envase a utilizar por los vendedores y del material y tamaño de los vasos a entregar.
La mira está puesta en Argentina, que en 1998 prohibió la venta de cerveza en las canchas y en agosto de este año la reinició, aunque con la variante 0% de alcohol de la marca Quilmes. La idea también tiene sustento en Brasil, donde la cerveza en el fútbol lentamente empezó a habilitarse en estados como Minas Gerais, Paraná, Pernambuco, Río de Janeiro y Santa Catarina a partir de 2014, cuando el Mundial organizado por la FIFA obligó a un cambio de legislación para permitir la venta de la bebida en los campos de juego.
Más allá del debate sobre la violencia, un punto que manejan los dirigentes del fútbol uruguayo es la necesidad de profundizar los ingresos económicos que producen el patrocinio de marcas de cerveza. La AUF tiene actualmente como “colaborador” a Pilsen, que en mayo fue invitada a una cena de honor junto con el resto de los patrocinadores de la asociación. “Estamos entre gente que sabe de lo que hace y puede, en los peores momentos, encontrar soluciones y oportunidades. Hoy miramos por el retrovisor sabiendo que sorteamos las dificultades y nuestro lazo es más fuerte de lo que era cuando comenzó”, valoró allí Alonso.
Consultado por Búsqueda, el director de Marketing de Fábrica Nacional de Cervezas, Gabriel González, respondió por escrito: “Desde FNC seguiremos apoyando el fútbol uruguayo como lo hacemos desde hace tantos años con Pilsen. En relación con la venta de cerveza dentro de los estadios, estamos buscando que nuestra Pilsen 0,0 (sin alcohol) esté disponible en los estadios de todo el país. Más allá de esto, no hemos realizado ninguna gestión por la inclusión de otras cervezas de nuestro portafolio”.
El vínculo comercial con las marcas de cerveza es uno de los más potentes que tiene el fútbol por el consumo de la bebida entre los hinchas, dentro de los estadios —en la propia cancha y zonas aledañas como los fan fest— o vía transmisión televisiva. En 2017 la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) firmó un acuerdo con la holandesa Amstel para la Copa Libertadores. La también holandesa Heineken es socia de la Champions League de la Unión Europea de Fútbol (UEFA) desde hace casi 30 años, mientras que la estadounidense Budweiser patrocina el Mundial de la FIFA desde 1986. Debido a las leyes cataríes que regulan el consumo de alcohol por motivos religiosos, Budweiser venderá solo cerveza sin alcohol dentro de los estadios del Mundial de Catar, aunque habrá afuera estaciones de venta con alcohol.