En condiciones de secano, los mejores productores en Uruguay logran rendimientos promedios de 6.300 a 7.000 kg/ha. “Con las tecnologías que tenemos hoy, sin invertir más, podríamos llegar a los 8.000 kg/ha”, sostuvo, considerando el potencial de producción por hectárea que tiene Uruguay para esas condiciones. Pero “si se adoptaran más niveles de fertilización u otras medidas de manejo más conservacionistas, ese potencial de rendimiento podría ser incluso entre 10% y 15% superior”, consideró.
El ejecutivo de Bayer aseguró que el impacto del mejoramiento genético “ha sido la base del incremento del rendimiento del cultivo de maíz, que pasó de 125 a 130 kg/ha/año”. En 10 años “el rendimiento potencial de los materiales aumentó más de 1.300 kg/ha”, y aseguró que eso “no ocurre en muchas regiones del mundo”, y que el país “está a la vanguardia en crecimiento del rendimiento potencial por ganancia genética”.
De Santa Eduviges indicó que las compañías trabajan para construir ese rendimiento potencial a través de la ganancia genética, “pero el manejo del productor es fundamental para acompañar esa mejora”. Todas las herramientas que se utilizan en el mejoramiento genético, incluidas las que se exploraron en el pasado, “nos permiten acelerar los procesos de mejora”.
Hasta hace algunos años “se tenía una sola zafra por año para seleccionar; y ahora, por distintos avances, se pueden hacer tres generaciones por año, lo que acelera mucho el proceso”. Además, se suma la edición génica, que “también acelera” el trabajo de mejoramiento, por lo cual “se espera que la tasa de innovación sea todavía más alta”.
Explicó que, si en los últimos 10 años hubo un avance de 1.300 kilos por hectárea, “con las nuevas tecnologías del mejoramiento genético ese incremento se logrará en cinco años. Los primeros resultados que se están observando son muy promisorios, se está acelerando notablemente la velocidad de la ganancia genética, que era más baja”.
Más de 200.000 hectáreas
Pese a tener un “escenario complicado” por el impacto de la seca en la agricultura, “el productor está redoblando la apuesta” y “volvió a ponerse el cuadro al hombro”, señaló a Agro de Búsqueda el líder comercial de Bayer Cropscience Uruguay, Marcos Carrera.
En el marco del lanzamiento de la campaña Dekalb 2023-2024, realizado por Bayer y Agroterra (ver fotos), destacó que se superaron las expectativas previas y eso es una “señal del mercado”, que consolida el crecimiento “muy fuerte” del cultivo durante los últimos 15 años, lo que es “muy reconfortante”, porque “se le encontró la vuelta al maíz” para “seguir creciendo”.
En ese período la tasa de crecimiento del rendimiento de maíz en “Uruguay superó a los principales países productores del mundo”, debido al “manejo, a la genética”, pero también responde al “compromiso de los productores de entender el cultivo y avanzar”, resaltó el líder comercial de Bayer Uruguay.
Consultado sobre el área de siembra de maíz en la próxima zafra, indicó que hace cinco años la superficie estructural era de unas 70.000 hectáreas y hoy está en “120.000 a 130.000 hectáreas de piso, no se mueve, y el gran desafío es ver cómo nos hacemos autosuficientes y empezamos a exportar”.
También habló sobre la importancia de “dar el paso” y contar con “una pizarra de maíz que nos permita jugar en el mercado”. Y planteó que “más allá del piso hay que pensar en cuál es el techo” de siembra del cultivo, donde “hay mucha tela para cortar”, por lo que “creo que este año se van a superar las 200.000 hectáreas”.
Según los datos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), en el año anterior la superficie fue de 188.000 hectáreas, y 47% del área no se llegó a cosechar, fue destinada a pastoreo y/o a reserva de forraje. Con ese panorama el rinde promedio fue de 1.145 kilos por hectárea.
En “un escenario donde el consumo interno está en torno de 1,2 millones de toneladas de maíz” debería “ser tentador para disparar el cultivo, dar ese salto para llegar a ser autosuficientes” y “en la medida en que se llegue a 250.000 a 300.000 hectáreas” se pasará a “otro negocio y otro lugar”, para “jugar en el mercado exportador, como sucede en el resto de los cultivos”, valoró.
Respecto a la disponibilidad de semillas, el ejecutivo de Bayer dijo que “el impacto de disponibilidad varía según cada empresa”, y “puede estar afectado en alguna parte el abastecimiento” por el impacto de la sequía en la campaña pasada, lo que afecta los costos, y “porque hay una menor disponibilidad global de semillas en la región”, como en Argentina, donde “ya se acabó”. En ese país se produce la mayoría de la semilla de maíz que se siembra en Uruguay.
Considerando los diferentes factores que inciden en la actividad productiva, el precio de las semillas de maíz tiende a aumentar entre 10% y 15% para la próxima zafra del cultivo.
Más área de maíz de primera
El gerente comercial de Agroterra, Gonzalo Reynoso, dijo a Agro de Búsqueda que la superficie de primera crecerá por las perspectivas climáticas y porque hubo siembras de invierno que no se terminaron de concretar o fallaron. “El área total de maíz estará mucho más balanceada y la proporción entre siembras de primera y de segunda será similar”, estimó. El año pasado la siembra de segunda ocupó casi un 70% del total.
Agregó que un año Niño “permite capitalizar el clima con buenos rendimientos”, sobre todo de los maíces de primera, además de “tener una cosecha temprana, algo que genera expectativas”.
En el lanzamiento de la campaña Dekalb 2023-2024, Bayer y Agroterra presentaron nuevos híbridos y la tecnología Trecepta, que amplía el control de insectos en hoja y espiga, con un “recambio tecnológico fuerte”, porque “más del 50% del portafolio” estará disponible con la tecnología Trecepta. “Esto permite reafirmarnos mucho más en siembras tardías y de segunda, por la protección que suma el cultivo”, acotó.
Reynoso resaltó que Uruguay, al contar con esa tecnología, “se sube al germoplasma más avanzado” y el país queda equiparado con los lanzamientos que se realizan en Argentina. Se están presentando DK72-72 un híbrido “para los ambientes donde se exploran los mayores rendimientos” y DK73-03 “para ambientes medios y altos, incluso con riego”, ambos “se destacan por su sanidad”.
Además, consideró que el área bajo riego “seguirá creciendo”, pero explicó que la preocupación está en el llenado de las represas, por lo que “es clave” que continúe lloviendo. El riego “vino para quedarse y seguirá desarrollándose”, aseguró. Actualmente, según un relevamiento de Agroterra, hay unas 23.000 hectáreas de maíz con riego.