Sobre la "penalización de la maternidad", esa brecha en los ingresos laborales que se produce entre hombres y mujeres a raíz de tener hijos
Sobre la "penalización de la maternidad", esa brecha en los ingresos laborales que se produce entre hombres y mujeres a raíz de tener hijos
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa semana pasada la vicepresidenta Beatriz Argimón hizo algo poco habitual. Dejó su lugar como presidenta de la Cámara Alta de la Asamblea General y bajó al pleno del Senado a plantear una preocupación. No era una inquietud más. Se trataba de su preocupación por la "penalización de la maternidad", un concepto no tan nuevo pero que afecta sobre todo a las mujeres jóvenes, quienes postergan su deseo de ser madres por considerarlo un obstáculo para su desarrollo profesional y económico. Su exposición fue breve, duró 15 minutos. Pero fue suficiente para plantear uno de los grandes temas de la igualdad de género.
La argumentación de Argimón, histórica defensora de los derechos de las mujeres y su búsqueda de la equidad, llegó para darles visibilidad a los datos revelados en un informe presentado recientemente por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y ONU Mujeres. Uno de los temas más graves que aborda la investigación es la llamada "penalización de la maternidad", que refiere a la brecha en los ingresos laborales que se produce entre hombres y mujeres a raíz de tener hijos. Según el informe, durante el primer año luego de la maternidad, el salario total se reduce 19%; "y dicha penalización no logra revertirse en el mediano y largo plazo, alcanzando una reducción del 42% 10 años despue´s de la maternidad". Así, va quedando claro que la sobrecarga de las tareas de cuidados en las mujeres es una de las principales causas de las diferencias de ingresos.
La realidad de Uruguay no escapa a lo que ocurre en todo el mundo, incluso en los países más desarrollados o con políticas públicas que desde hace décadas trabajan en ese sentido. La evidencia a escala internacional, señala el informe, muestra que mientras las mujeres tienen una penalización salarial por ser madres, no hay modificaciones en los ingresos de los varones que deciden ser padres ni en los de las mujeres de las mismas características que no decidieron ser madres.
En España, por ejemplo, un estudio concluyó que la maternidad provoca una brecha del 28% entre los ingresos de las madres y los de los padres en la primera década, una magnitud similar a la de Suecia y Dinamarca, pero menor que la de Reino Unido, Estados Unidos, Alemania y Austria. En América Latina, donde las brechas laborales de género se han reducido fuertemente en las útimas décadas (en la región, Uruguay se posiciona como uno de los países con mayor participación laboral femenina), la cifras todavía son altas: la relación del salario percibido por las mujeres en comparación al de los varones fue de 76% para el año 2018.
"¿No será hora de considerar la situación de las jóvenes mujeres que para ejercer el derecho de desarrollarse económicamente, ven en la maternidad querida un obstáculo, un castigo?", cuestionó Argimón en el Parlamento. La respuesta, claramente, es un sí. Pablo Mieres, ministro de Trabajo, también se refirió a la situación con preocupación: "En un país que tiene las tasas de crecimiento demográfico y de natalidad tan bajas, es tremendo que el costo de la maternidad sea un deterioro de sus condiciones de trabajo y de su remuneración".
Los datos del informe de Cepal y ONU Mujeres explican que parte de esta reducción en los ingresos se debe a que las mujeres que son madres trabajan menos que los hombres y que las mujeres que no tuvieron hijos en términos de horas, y a la vez porque el salario por hora se va reduciendo a medida que pasan los años hasta alcanzar una baja de 25%. Y ahí, casi sin querer, comprendí aún más las historias que elegimos contar esta semana para celebrar el Día del Niño. Giovanna D'Uva conversó con mujeres y madres que convirtieron una idea o un sueño en un emprendimiento propio y concreto a partir del nacimiento de sus hijos. Varias de ellas, por suerte, lo hicieron de la mano de su pareja. Arquitectos que empezaron a diseñar mobiliario o espacios públicos, diseñadores que dan consejos en redes o pensaron juguetes diferentes, docentes que inventaron juegos y la lista podría seguir, porque seguro que hay muchos más. Los niños, como suele suceder tan claramente en la vida cotidiana, les dieron la excusa y el impulso para hacer un cambio también en lo profesional. Porque los hijos siempre son (o deberían ser) un motor, nunca un freno.