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Sumar desde las diferencias

Ponerse en la piel del otro es una frase que puede sonar a cliché y que se usa en muchos sentidos, pero se refiere sobre todo a empatizar

Ponerse en la piel del otro es una frase que puede sonar a cliché y que se usa en muchos sentidos, pero se refiere sobre todo a empatizar

El jueves pasado Romina Di Bartolomeo, Ignacio Trías, Ana García y Angelo Castro compartieron un rato de trabajo juntos como tantas otras veces. La diferencia fue que, en esta oportunidad, no se trataba de un desfile o una producción de moda, sino de una sesión de fotos para ilustrar la nota que hoy publicamos en la revista. Allí, en la charla informal que duró casi tres horas, volvieron a aparecer los mismos temas de los que ya habían hablado en las entrevistas individuales con Alejandra Pintos: las dificultades para conseguir trabajo, los prejuicios, las miradas de desaprobación, los problemas económicos, los pequeños grandes logros, en fin... el racismo.

En el rato que los acompañé mientras hacían las fotos, Romina dijo una de las frases más duras que figura en la nota. "Cuando empecé me dijeron que me iba a ir bien porque era negra con rasgos de blanca". De su boca, esa sentencia es un golpe fuerte. Romina, 29 años, más de 1,80 de altura, convicciones firmes, estudiante de Sociología, conductora del programa de música tropical La universidad de la plena y modelo de campañas de Srta. Peel, H&M y Dove, entre muchas otras, sabe el efecto que genera en el otro. En el momento no hubo mucho más para responderle que el silencio, mezcla de vergüenza e incredulidad.

Los últimos datos formales sobre la realidad de la comunidad negra en Uruguay son del Censo 2011. En aquel momento había 255.074 personas que se autoidentificaban como afro, lo que equivalía a 8% de la población, la minoría étnico-racial más grande del país. De ese total, 40% estaba por debajo de la línea de pobreza y 47% no terminaba la escuela. En la última década esos datos han ido mejorando, sobre todo en lo que refiere a educación, acercándose al promedio nacional. Según un informe de 2018 del Ministerio de Desarrollo Social, a partir de datos de la Encuesta Continua de Hogares, el colectivo afro fue el que más mejoró en comparación consigo mismo, publicó El País. Sin embargo, el artículo señalaba que todavía existe "negrofobia" y, lo que es aún más complicado, que la sociedad niega o no reconoce el racismo.

Después del asesinato de George Floyd en Estados Unidos y el resurgimiento de la movida internacional del Black Lives Matter, en la redacción surgió la necesidad de tratar el tema del racismo de algún modo. Entre varias propuestas, elegimos retratar la realidad de las personas afro en el mundo de la moda, una industria que en Uruguay -igual que en el resto del mundo, pero un poco más lento- se dice cada vez más diversa y menos prejuiciosa. Todas las bellezas valen, todos los talles, todos los tipos de pelo, todos los colores de piel; eso, al menos, en la teoría.

Romina trabaja como modelo hace más de 10 años y aunque su nombre ya es conocido en el ambiente, todavía siente que la tratan al menos distinto que a sus colegas blancas. Ana, también modelo, es consciente de que con 23 años comenzó a trabajar cuando ya se empezaban a ver algunos signos de cambio. Además es peluquera y creó un emprendimiento dedicado a enseñar cómo cuidar los rulos, esos mismos que durante muchos años lació con productos químicos y planchita.  Ángelo es venezolano, vive en Uruguay hace varios años y estudió Diseño aquí, aunque todavía le cuesta que lo contraten en lo suyo. Nacho es fotógrafo, experimenta con la fotografía analógica y colabora en producciones, pero su trabajo estable es en un laboratorio. La discriminación, dice él, la sintió en la vida, no necesariamente en la moda. Solo por ser negro, ya perdió la cuenta de cuántas veces lo miraron con desconfianza al entrar a un local a comprar algo. "La gente no se da ni cuenta de lo que pasa porque no lo vive. Si yo te diera por 24 horas mi color de piel para que salgas a la calle, a buscar un trabajo o hacer una entrevista, te sorprenderías".

Ponerse en la piel del otro es una frase que puede sonar a cliché y que se usa en muchos sentidos, pero se refiere sobre todo a empatizar. No es una tarea sencilla, hay un montón de experiencias, de información y de prejuicios que van formando el ser que somos por dentro y por fuera. Pensando en esas vivencias tan únicas fue que entre Alejandra y Sofía Miranda, productora de la revista, surgió la idea de sumar a Nacho como fotógrafo de esta nota. Nos pareció una forma auténtica de poner en práctica la inclusión de la que tanto hablamos. ¿Quién mejor que él iba a retratar su mirada del mundo? Él y Lucía Durán hicieron un trabajo en equipo con el que quedamos felices. Ojalá sus historias ayuden a allanar el camino de otras personas, minorías o no, con ganas de dejar una huella. Y ojalá esas fotos que a nosotros tanto nos gustó hacer, logren poner en valor las diferencias que a veces tratamos de tapar. Ya eso sería suficiente.